Perdidos en Venezuela, el camino a la frontera.
Esta no es una historia diferente a la que escuchamos cada día, todos los días jóvenes venezolanos deciden emprender viajes a otros países por la situación del país.
Tengo 20 años, en todos estos años viví y crecí con mi hermana, nos consideramos “gemelos” ya que nuestra diferencia de edad es de solo 10 meses. El 10 de agosto del año pasado le tocó a ella partir, su destino fue Perú. Decidió irse un par de meses antes (en medio de protestas antigubernamentales) debido al paro constante de la universidad donde estudiamos y la dificultad para encontrar trabajo.
Mi familia apoyó a mi hermana en todo momento y es aquí donde comienza la historia, el camino de despedida hasta la frontera de Venezuela.
Era un viaje de despedida, un viaje sentimental, partimos aproximadamente un 4 de agosto, y aunque en los planes está previsto que mi hermana regrese al país, es incierto el día que la volvamos a ver. Mis tíos que más allá de ser unos simples tíos son como otros padres, la fueron a llevar hasta Cúcuta (de ahí saldría a Perú). Decidimos que el viaje fuera “turístico” y lo hicimos un poco más largo. Mis tíos fueron sumamente complacientes en todo, cualquier antojo de mi hermana era una compra, cuando salimos de Valencia llevábamos un bolso lleno de chucherías.
Un viaje con muchas paradas para comer, para tomarnos fotos, para caminar y para hablar, al fin y al cabo era el último viaje que haría con mi hermana en mucho tiempo. Para alargar el viaje decidimos que llegaríamos a Michelena, estado Táchira, lugar donde vive mi abuela por Mérida, así podríamos durar más tiempo con mi hermana y podríamos visitar algunos lugares de esos que tanto le gustan en medio de los páramos donde ella siempre dice: "Aquí se respira el aire limpio".
Recorrimos Mérida, compramos las famosas fresas con crema y cenamos pizza a la leña en la ciudad de Mérida. Por suerte mi hermana no partió sola, la acompañó mi tía, ella es otra mujer joven que se va del país, una profesional con posgrados y bilingüe. Muchos amigos y jóvenes de nuestro país se sienten perdidos ante la crisis económica, ante la posibilidad “casi nula” de prosperar e independizarse, así que recurren a buscar oportunidades que Venezuela no les puede brindar en otros países.
Un 10 de agosto comenzó su travesía a Perú, llegamos a las 4 de la mañana a la frontera para poder sellar el pasaporte, desayunamos en la cola y luego de 4 horas de cola pudimos pasar la frontera. En Colombia mi hermana y tía compraron los pasajes y luego sellaron el pasaporte. Fue un día rápido donde en todos lados se veían venezolanos comprando (bolívares, oro, plata, cualquier cosa y hasta cabello). Tratando de sobrevivir...
La despedida de alguien tan cercano te marca, alguien con quien compartiste 20 años de tu vida es difícil, es de esos momentos que no quieres que llegue, pero ¿cómo le dices a alguien que tú amas que se quede en este país?, fue un momento en el que no pude aguantar las ganas de llorar al despedirme de mi familia, al despedirme de mi hermana. Aún así, cuando se montó en el bus la dejé de ver y aún espero el momento que regrese, que regresen todas esas personas que se han visto obligadas a irse.
Esta fue la experiencia de un viaje marcado por los sentimientos.
Son muy aventureros amigo pero con una misión de ser felices y conquistar sus sueños, triste la realidad de tu país ojala pronto termine esta pesadilla, buen trabajo @cesarsc. Saludos ; )
Wow que bello tu post! Nosotros dentro de poco tambien tendremos que emprender el camino a otras fronteras! se me arrugó el corazón con tu despedida. Se que muchos nos vamos a buscar mejor vida y volveremos a este pais en el cual quedan nuestros corazones!
Soy venezolana...y también me toca ver a mi familia irse..y se lo que eso te hace sentir...Pero tengo esperanzas que todos esos venezolanos regresen...mientras tanto quedamos los demás luchando por que todo mejore... me Gusto mucho tu post...Tienes mi voto.