Cervantes Ciencia // Serie de energía. Vol.17 pt.1/2

En días de descanso es común que la familia se reúna en torno al televisor o al computador para seguir de cerca los nuevos episodios de sus series favoritas. En esta temporada se destaca “Miraculous —Las aventuras de Ladybug—, donde el principal villano, conocido en Latinoamérica como Hawk Moth, esconde su rostro y se hace secundar por mariposas con mensajes imperativos hacia sujetos circunstancialmente vulnerables.

En la trama, se evidencia el apoyo de la ciencia para crear ante los televidentes la sensación de verosimilitud; al emparentar al antihéroe con lepidópteras nocturnas o polillas halcones. Refrendando el nombre del personaje y justificando la utilización de mariposas akumatizadas (convertidas en seres malignos) para posarse sobre los objetos personales de sujetos enceguecidos por pensamientos de tristeza, enfado o venganza; y así ser aprovechados por el “malo de la historia” y transformados temporalmente en supervillanos a su servicio.

La Polilla Halcón se encuadra en el libreto que orienta la historia, al caracterizarse por sus tonos oscuros y hábitos crepusculares o nocturnos. Posee la particularidad de ralentizar la transmisión sináptica de su sistema sensitivo visual para aprovechar cada fotón de luz y obtener una mayor definición de su campo óptico, con lo cual se hace más eficiente la tarea polinizadora de flores en la penumbra. Este contexto está en perfecta sintonía con la misión “akumatizadora” del personaje televisivo, cada vez que infesta de poderes dañinos a los desprevenidos ciudadanos para impulsarlos a librar batallas contra los verdaderos héroes de la historia —Ladybug y Cat Noir—, quienes finalmente salen airosos ante las pretensiones del villano.

La serie se desarrolla en la turística ciudad de París, donde probablemente algunos de nuestros lectores hayan disfrutado o anhelen experienciar unas merecidas vacaciones, ante lo cual es fácil predecir que la locación recorrida por los personajes les resulte gráficamente familiar. Adicionalmente, los protagonistas están asociados con sujetos de nuestra fauna silvestre o doméstica, como la mariquita —Ladybug—, el gato —Cat Noir—, e incluso zorros —Alya—, abejas —Chloe—, entre otros animales, logrando mayor empatía con los telespectadores en la medida en que entregan nuevos episodios.

También hay que destacar, como otra cualidad de la historia, la oportunidad que ofrece para hacer alfabetización científica, cuando se hace referencia a los atributos de la fauna y sus hábitos mediante la búsqueda de analogías en medio del buen ánimo que despierta la trama, sobre todo en los más jóvenes, para abordar temáticas académicas. Adicionalmente, el programa fomenta ocasiones para reflexionar sobre los efectos que las situaciones conflictivas pueden generar en los seres humanos cuando nos dejamos llevar por terceras personas ante episodios de vulnerabilidad introspectiva (rabietas, envidia, celos, miedo, angustias), que por manejo inapropiado de la inteligencia emocional pudieran conducir a la toma de malas decisiones. Tal y como lo propicia el villano Hawk Moth en los personajes indefensos de la caricatura televisiva, que como indiqué ha resultado atractiva para disfrutar en esta temporada vacacional.

Anteriormente estuvimos indagando en cómo funciona el Bitcoin y su cadena de bloques, explicando de manera detallada de qué manera se producen bloques y del cómo se validan y/o verifican las transacciones mediante los algoritmos de consenso con el cual trabaja esta tecnología, que hace que sea inmutable, descentralizada y anónima. Sin duda un avance tecnológico completamente innovador y que actualmente revoluciona la manera en la que podemos resguardar e intercambiar nuestro dinero, funcionando perfectamente como almacén de valor. Sin embargo, no solo existe este tipo de Blockchain, que podemos ver en varias criptomonedas como el Bitcoin o Litecoin, sino que también existe una red mucho más robusta que ha llevado la manera de hacer negocios mucho más allá de lo que comúnmente conocemos.

Inicialmente la manera tradicional en la que muchos inversionistas buscaban levantar un proyecto era a través de los servicios de empresas “Crowdfunding”, donde se realizan campañas de recaudaciones de fondos dando a conocer el proyecto en cuestión, para llegar a una cifra establecida por el inversor y finalmente desarrollar la idea por la cual se contrató dicho servicio. Gracias a la Blockchain y a un proyecto llamado “Ethereum” ese antiguo mecanismo fue cambiando, ya que estos implementaron en su red los “Smart Contracts” o en español “Contratos Inteligentes”.

El término Smart contract fue usado por primera vez por Nick Szabo en el año 1994, este personaje ha sido uno de los que ha aportado y desarrollado la idea de Bitcoin y la propagación de su filosofía, definiendo los principios básicos del trabajo concernientes a los Contratos Inteligentes; sin embargo, en esa época aún no existían las bases necesarias para poder desarrollar una idea tan peculiar.

En este sentido, los contratos inteligentes son básicamente la nueva generación de que permite llevar a cabo el cumplimiento de un acuerdo entre dos o más partes, bien sea de personas o empresas, donde toda esta información se relaciona directamente con la tecnología blockchain y las criptomonedas. Es decir, es un pequeño programa informático que se almacena dentro de una cadena de bloques. Actualmente Ethereum es uno de los proyectos más sólidos y el primero en su tipo en el sector de los Smart contracts, ya que es una plataforma de computación distribuida basada en una blockchain pública.

Hasta ahora los contratos habían sido acuerdos verbales o documentos escritos sujetos a leyes y jurisdicciones del país donde se hicieron, en ocasiones requiriendo de un notario, lo que aumentaba considerablemente su valor. Sin mencionar que el contenido de los contratos puede estar sujeto a la interpretación de cada persona. Por su parte los contratos inteligentes son capaces de ejecutarse y hacerse cumplir por sí mismos, de manera automática y autónoma, es decir, sin necesidad de intermediarios. Estos se tratan de Scripts o códigos informáticos escritos con lenguaje de programación, siendo los términos del contrato sentencias claramente definidas en el código que se escribe, donde estas condiciones son añadidas en un Smart Contract, para luego incluir el mismo en una red blockchain.

Adicionalmente es un código visible por todos, que tras haber sido creado sobre la tecnología blockchain, no puede ser modificado; lo cual le da un carácter descentralizado, inmutable y transparente.

Por esta tan sofisticada invención es que las negociaciones tradicionales poco a poco van quedando en el pasado, dando puerta abierta a la nueva generación que se va adaptando poco a poco a los cambios que la tecnología blockchain nos ha traído.

El filósofo y científico Edgar Morín, en su extraordinario libro Ciencia con Consciencia, expone lo que ha denominado “el lado malo de la Ciencia”. En virtud de hacer honor a esta temporada de Cervantes Ciencia dedicada a la Energía, estudiaremos la manera como el desarrollo científico de la humanidad, en su afán de satisfacer sus curiosidades, trajo consigo una ciencia sin consciencia, que invirtió sus energías en aspectos que ocasionaron atrasos en el desarrollo social y político de la humanidad.

La especialización de la ciencia ha ocasionado que ahora todo se divida en áreas de trabajo, perdiéndose la unión de esfuerzos y la integración del conocimiento. A cada campo del saber se le ha llamado ciencia, y cada científico trabaja encerrado en su disciplina; si se aventurase a cruzar la línea de su especialización, se interpretaría como una invasión al espacio de otra ciencia. Esto trae consigo atraso, porque las ciencias integradas tienen más posibilidad de encontrar las respuestas a asuntos complejos.

La biología del hombre es tan profundamente compleja, que no basta con estudiarla solo desde su perspectiva anatómica. La humanidad es dejada de un lado por las ciencias naturales como si las personas fueran capaces de vivir solo con su biología y sin su esencia psicológica y espiritual. En otras palabras, si el ser humano se desarrolla mental y biológicamente de manera simultánea, estos campos no tienen por qué estudiarse por separado. El hombre es un ser integral y su estudio debe llevarse a cabo bajo este principio.

La antropología heredó la división entre disciplinas de conocimiento. Se pretende estudiar la evolución del hombre en partes separadas, por lo que los aspectos anatómicos, sociales y culturales se excluyen entre sí, cerrando la oportunidad de desarrollar un conocimiento interdisciplinario. Se ignora la moralidad y espiritualidad que hacen del ser humano un ser complejo y místico.

La sistematización del conocimiento promueve el anonimato de los autores. Hay una desproporcionada acumulación de datos que le restan importancia a los grupos sociales que promulgan el desarrollo científico. La tecnología divulga la información a grandes velocidades, ignorando a las mentes genuinas que la origina. Con solo utilizar google accedemos a un sinfín de textos, donde las mentes brillantes que los elaboraron han quedado reducidas a nombres de páginas electrónicas y blogs impersonales.

La energía atómica a nivel mundial tiene la capacidad de extinguir a la especie humana, y su uso desmedido ha ocasionado conflictos políticos y sociales con consecuencia devastadoras en pueblos enteros. Las guerras, con su añadido de muerte y hambre, son consecuencias de utilizar la ciencia para la elaboración indiscriminada de armamento. Por otro lado, la ingeniería genética tiene el potencial de atentar contra la autenticidad humana: la selección de razas y la intervención a nuestra inteligencia o a nuestra afectividad, son algunas de las repercusiones que ya se viven de la industrialización del material genético humano. Así pues, la ciencia que ha atentado contra la humanidad ha sido tan prominente como la que ha traído progreso. Los 5 rasgos anteriores son una alarma para despertar la consciencia que nos ilumine el camino de hacer Ciencia a favor de la humanidad. En la próxima entrega de Filosofía de la Ciencia estudiaremos la mejor manera de hacer “Ciencia con consciencia” desde la óptica del brillante escritor Edgar Morín.