De cómo a veces damos de más
Hoy escribo sobre los afectos.
En el imperio romano existió un emperador llamado Heliogábalo.
Fue de los mas pomposos y extravagantes, pero por alguna razón que ignoro, no ha sido muy mencionado en la historia universal.
Heliogábalo (quien adoraba los excesos) tenía como costumbre hacer fiestas, donde agasajaba a sus invitados con diferentes manjares, bebidas, música y compañía.
En ocasiones, mandaba a sus servidores a que lanzaran desde el techo, una lluvia de pétalos de rosas, siendo tanta la cantidad y la velocidad con que se realizaba esta acción, que se rumoraba entre las demás cortes que los invitados terminaban sepultados y en ocasiones hasta asfixiados y muertos.
Esta historia inspiró las rosas de eliogabalo de Sir Lawrence Alma-Tadema, cuadro rico en detalles, que relata visualmente este episodio.
¿Cómo es que podemos asociar esto con los afectos?, pues la analogía es muy sencilla...
A veces demostramos tan desmesuradamente el amor que sentimos, que terminamos matando los sentimiento de la persona a quien se lo damos
Recomendación ...al no poder regular cuánto y cómo sentimos, propongo que utilicemos y hablemos sobre el amor que nos dejaron servido, en mi caso, lo uso como inspiración para motivarme a escribir, a trabajar en los proyectos en los que creo.
Imagen: Detalle de las rosas de heliogabalo, Sir Lawrence Alma-Tadema 1888
esa es una de las tantas mascaras del ego, digo...