Reconstruyendo la Identidad Laboral
Podría asegurar que el sujeto actual es en esencia un sujeto laboral, desde el vientre al niño se le define con frases relacionadas al mundo laboral/profesional: él será ingeniero, ella será médico, será un gran artista; vamos creciendo determinados por lo que seremos dentro de la Organización del Trabajo hasta que llega el momento en el que ya inmersos en nuestra profesión, oficio o tarea nos veremos constituidos por lo que hacemos surgiendo nuestra Identidad Laboral. La Identidad Laboral es fundamentalmente un elemento dependiente del trabajo y de la satisfacción del mismo, su significado se construye e internaliza en el trabajo respondiendo a la pregunta ¿Quién soy yo como trabajador? Se puede sostener desde la empresa u organización para la que se trabaja adoptando los valores y referentes de la organización, desde la actividad de trabajo que se lleva a cabo o desde la profesión en que la persona se formó y se desempeña.
En un entorno laboral productivo y eficiente la Identidad Laboral se refleja en la capacidad que tiene el trabajador para hacer las tareas que se le asignan y la voluntad que posee para realizarlas, pero en un contexto en crisis ésta diada se rompe sumergiendo al trabajador en una profunda confusión en la cual no le encuentra sentido al papel que él cumple dentro de la Organización del Trabajo. Por un lado la credibilidad de la organización, empresa o institución se pierde ya sea porque está inmersa en corrupción ya sea porque no puede sostener los valores y principios que la representaba, por otro lado el trabajador no encuentra en el trabajo una fuente de reconocimiento social y para rematar en ocasiones no podrá ejercer sus tareas y funciones por falta de recursos o un ambiente laboral inadecuado; no incluyo una pobre remuneración para destacar que no es sólo el salario lo que crea el vínculo trabajador/trabajo. Todo éste vacío de satisfacción en el ejercicio laboral desmotiva al trabajador alejándolo cada vez más del trabajo como fuente de placer y hundiéndolo en la desidia e incluso en la falta de ética.
Reconstruir la Identidad Laboral perdida no será trabajo fácil en medio de esta crisis, la credibilidad en las instituciones así como el trabajo como fuente de reconocimiento social y económico no será recuperado en la brevedad, al contrario pasará mucho tiempo para que eso se logre, nos queda entonces aferrarnos a la actividad laboral en sí misma, a esa vocación que un día tuvimos, a ese orgullo que un momento nos generó nuestra profesión, que ese amor por lo que hacemos nos lleve a buscar nuevos profesionalismos, a explorar nuevos caminos para sentirnos satisfechos con lo que somos; todo esto sólo será posible con un esfuerzo decidido que reafirme la valoración social del trabajo y del trabajador.
Fotografía Gladys Burgazzi.