Mi aprendizaje del 2017
Aprendí que está bien sentirse solo, considerando que el 70% del tiempo de mi vida estaré solo, he aprendido que hasta cierto punto todos se sienten solos en esta aventura.
Aprendí que encontrar silencio es encontrar tu voz y para encontrar tu voz debes encontrar el silencio.
Aprendí que mi infancia todavía me afecta en este mismo segundo, las partes buenas, las malas, todo resuena y en algunos días es más fuerte que otros.
Aprendí que el perdón es más útil cuando se administra incondicionalmente a quienes me hicieron daño a mí y a los que he herido. He aprendido a mirarme al espejo de otra manera. He aprendido a perdonarme a mí mismo.
Aprendí que nunca serás feliz en la vida si sigues buscando lo que es la felicidad. Aprendí que nunca vivirás si sigues buscando el sentido de la vida.
Aprendí que cuanto más te obsesionas con la idea de las cosas, más posibilidades tienes de salir herido o decepcionado. He aprendido a dejarlo ir.
Aprendí que esforzarse para ser querido es intentar ser otra cosa que no sea uno mismo.
Aprendí que luchar por la perfección es luchar por la locura.
Aprendí que la única opinión que realmente importa es la mía y la de los demás no es más que un comentario subjetivo.
Aprendí que la única persona para compararte es tu mejor yo y he aprendido a conocer a mi mejor yo.
Aprendí que las dos palabras más poderosas en nuestro idioma son "yo" y "soy" y que cuando se unen pueden crearse o destruirse a sí mismas.
Aprendí que no se trata de lo que sabes sino de lo que haces con lo que sabes.
Aprendí que huir no resuelve tus problemas, solo los pospone por un tiempo.
Aprendí que la sensación de tener mariposas en el estómago cuando miras a tu crush no es solo una cosa de la escuela secundaria, también es algo de veintitantos años. He aprendido que está bien volver a enamorarme, incluso si es solo una caída una vez más.
Aprendí que mi corazón no está completamente muerto, solo hibernando.
Aprendí que el agua salada es la verdadera cura para cualquier cosa. Sudor y lágrimas en el océano.
Aprendí que las despedidas pueden ser para siempre, los hola no están garantizados. Aprendí que no puedes volver atrás y crear un nuevo comienzo, pero puedes comenzar ahora y crear un nuevo final.
Aprendí que crecer a veces apesta y está bien dejar el acto de saber lo que estás haciendo las 24 horas, los 7 días de la semana.
Aprendí que prefiero crear recuerdos que pueda recordar y dejar atrás los borrosos y confusos.
Aprendí a hablar más y enviar menos SMS, besar más y pelear menos. Aprendí que todos podríamos usar un poco menos de URL y más IRL.
Aprendí que para encontrar un propósito debes dejarlo ir y perderte por un tiempo. Aprendí que está bien perderse, la respiración y eso te ayudará a superar el día.
Aprendí que amarse es difícil, probablemente lo más difícil de lograr en la vida y tampoco es algo que adquieras a través de los demás.
Aprendí que el cambio es incómodo y, mientras te sientas cómodo, no cambiarás.
Aprendí que esperar una respuesta no es algo que valga la pena esperar, hay 7 días de la semana y algún día no es uno.
Aprendí que ser feliz es amar y abrazar todas las imperfecciones.
Aprendí que ser libre es sufrir, experimentar dolor, sentirse inseguro, estar solo y saber en tu corazón que tienes la capacidad de aprender y crecer de todas las formas posibles de sufrimiento que te trae la vida.
Aprendí que mi 2017 no fue mayor ni menor que, sino igual. Aprendí que no importa cuán perdido me encuentre o cuánto tiempo me sienta solo, todos pasamos por nuestro propio capítulo, nuestro propio año.
Y tú, ¿qué aprendiste este año?
¡Feliz y próspero 2018!