Cuentos Ilustrados: La violinista (cuento erótico) parte 5
¡Hola a todos!
Hoy les traigo el quinto capítulo de este cuento calentón, falta muy poco para que Clara y el comandante se conozcan (¡Que emoción!) Lo único que les separa es una cortina.
En el capítulo anterior...
Clara se asustó tanto que se alejó de la cortina y Emmett solo pudo ver la tela temblar ligeramente.
— Comandante Garlett — Le saludó con voz siseante — ¡Qué grata sorpresa verle por aquí! No suele usted elogiarnos con su presencia muy seguido en los bailes.
— Solo vengo a disfrutar de un concierto de violín — Le respondió el comandante lo más cortésmente que pudo. Lidia no le gustaba para nada. — No pienso quedarme demasiado tiempo.
— Ah — Soltó la chica con una sonrisa que no llegaba hasta sus ojos al escuchar la palabra « violín ». ¿En serio vino solo a ver a esa insípida? — Pero el concierto todavía no empieza, ¿Verdad? — entonces se acercó a él poniéndole una mano en el brazo, de forma descarada, y con una mirada intensa, le susurró — Tal vez podemos ir a algún sitio a conversar…
No es que no fuera tentador, ya conocía la fama de la hija de la Baronesa y aunque su carácter era horrible, fea no era, de hecho era muy bonita. Pero para él solo habría sido una aventura de una noche más. Y eso Lidia no lo hubiera aceptado. Realmente la creía capaz de cualquier bajeza con tal de salirse con la suya. Mejor no arriesgarse.
— Prefiero quedarme aquí, si no le molesta, tengo amigos que me esperan — Respondió el comandante, buscando lo más discretamente que podía a alguien que conociera a quien pudiera saludar. Como no encontraba a nadie, Lidia siguió atacando.
— Parece que la niña Schweiser dará un buen espectáculo cuando se presente con su vestido de monja. — Se rió la hija de una baronesa — Pobrecilla, esto será tan humillante para ella, verdad que sí, ¿comandante?
Eso fue un golpe bajo.
— Si no tiene su carácter, Milady, le puedo perdonar el vestido. — Contestó Emmett secamente. Sin mas miramientos, se dio la vuelta y se alejó de la hija de la Baronesa, mientras ella se indignaba. Ya era conocido por no respetar el protocolo. Odiaba este tipo de personas.
De hecho, estaba aburriéndose en la fiesta, pues no le gustaban para nada. Era verdad que solo había venido para ver a la joven violinista, pues le causaba curiosidad, como a todos. Después de su presentación, se largaría.
Detrás del escenario, Clara sostenía su violín y estaba muy nerviosa. Había visto desde lejos la conversación entre Lidia y el militar apuesto, y sus puños se habían tensado por los celos sobre la falda de aquel estúpido vestido que hubiera querido arrancar. Cuando vio como el hombre rechazaba a su rival, se sintió tan macabramente feliz que casi empezó a reírse.
Por fin algo bueno. Te lo mereces por arpía.
En ese momento llegó Harold, quien al verla creyó que su postura se debía a los nervios de la presentación.
— No te preocupes querida, lo harás bien — La alentó su padre.
— Si no es eso lo que me preocupa — le contestó Clara, enfadada — Se van a burlar de mi y de mi horrible vestido.
— Se olvidarán cuando empieces a tocar — dijo Harold. Si estaba arrepentido de haber sido tan inútilmente opresivo, ya era un poco tarde.
El telón se abrió. Ahí estaba Clara, con su violín y con el pianista. Como era de esperar, las chicas de su edad se empezaron a reír de su vestido anticuado, la señalaban y decían cosas poco amigables lo suficientemente alto para que ella las oyera. La duquesa les lanzó una mirada asesina, que solo sirvió para que escondieran sus risillas tontas detrás de sus abanicos.
muchas gracias!!! <3