Un día de febrero me tocó tomar un avión, con dirección a quitó ecuador, fui víctima del engaño que como venezolanos le hacemos creer a nuestros compatriotas, TODO es mejor afuera y no es mentira, consigues lo material que necesitas, medicina, seguridad y si corres con suerte un buen empleo donde puedas ejercer, lo que con mucho o no tanto sacrificio estudiaste, NADIE te habla de la soledad que se siente, de la tristeza que te abraza, el ahogó ancho como el cielo, por qué lo tienes todo, pero tu gente, tus amigos, tus familiares, rutinas y calles de la ciudad, no están allí, porque no hay nada en buen funcionamiento que lo iguale, ni la tecnología, ni los nuevos edificios de una gran ciudad llene el vacio, pero para el venezolano quién se encuentra en una situación de emigrante luego de unos meses sientes la realidad del cuento de hadas. Pero este cuento no es para hablar de lo difícil o doloroso que puede ser el emigrar es para hablar de lo que se siente volver a tu tierra añorada. En el mes de noviembre tome un vuelo de retorno a Venezuela, solo una semana, por causas mayores, me tocó subir a mi amada VENEZUELA Y MI TAN AÑORADA CARACAS.

Al principio no lo podía creer, por fin subiría, por fin estaría en casa, después de unos meses, pensé en mi hermana que ya hace 3 años vive el sueño americano, y no ha podido volver a casa; vuelven nuevamente los sentimientos de ansiedad, se acercaba la fecha, correr para llevar chocolates, llevar artículo personales, hacer una lista de solo personas que le vas a comentar que vas, y personas que correrán con la suerte de que le puedas llevar algo, comienza el terror, llegaba en un vuelo de las 2am; noticias amarillistas llegaban a mis oidos "en Caracas están secuestrando apenas llegué" , "te van abrir la maleta" , "te cuentan los dólares y te los quitan", "La GNB te va a extorsionar", "Nicolás sabrá que llegaste y no te dejarán salir" y pare UD de contar. Era presa de un terror psicológico, pero aún así dije, si me montaré en ese avión.

Y así fue embarque un avión a las 530pm.

Cuando ví nuevamente Maiquetía sentía el que tiempo se congeló, que lo vivido simplemente era un sueño largo con altas y bajas, y que ya podía despertar, ya estaba en casa, en MI CASA.

Antes de aterrizar las azafatas me facilitan una boleta de los impuestos por declarar, boleta que dañe dos veces (era víctimas de los nervios y euforia), declara todo lo que traigas nuevo me dice a la segunda hoja que me entrega y cuánto es su costos en $, y simplemente dejé todo en blanco, ¿que que traigo nuevo? Las ganas es abrazar a mi gente, ¿eso cómo se valora en $.?

El piloto a través del parlante te da la bienvenida al AEROPUERTO INTERNACIONAL DE MAIQUETÍA CCS, que por favor no salgan con el celular en la mano. Y allí estaba, tan tranquila, tan silenciosa oliendo a salitre y con una brisa pegajosa, ahí estaba mi corazón.

Bajé emocionada, tan o mas feliz que un niño en noche buena, pasé por emigración, con una gran sonrisa le dije a la chica muy buenos días amiga y su cara de "¿Que tienen de buenos?", Me dijo buen día. Eran las dos de la mañana esa chica seguro quería dormir o estar en su casa, pero no, le toco recibir aquel vuelo proveniente de panamá.

Es hora de esperar la maleta, es hora de ver si la han ultrajado, si falta algo, el corazón se me quería salir, luego venia la prueba de fuego, pasar por Seniat ver si las máquinas de rayos Xs detectaban que traje un par de desodorantes de más, o si se detectaban los shampoo que era más de lo que una persona puede necesitar solo para una semana, y llego la maleta intacta, forrada en papel transparente, y llego la hora de acostar la maleta en la cita para pasar por los rayos xs, con una sonrisa doy los buenos días, pero no fueron percibido ya que mi operadora conversaba de una forma muy calurosa con su compañera contándole una anécdota personal que no podía esperar, me entregan mi maleta y oficialmente me encontraba en mi país, entrar al aeropuerto, ver como unos lloran, otros se abrazan con gran anhelo y a mi me espera una gran amiga que para mi es muy importante la descubro entre la gente con un tono de voz fuerte que dice: "maríca eres tu, por aquí ciega" y es ahí donde realmente comienza mi aventura. Abrazos, chistes, cuentos, pero poco a poco entró en la realidad, el costos de los hoteles era incomprensibles y absurdos, pero no Importaba, lo que importa a era que estaba allí y que me moría por ir a la playa y seguir ejemplo que me da la iguana, tirarme bajo el sol.

Luego ese día de playa, se vuelve un día confuso donde NO comprendes los costos pero... Es tu país, en tu tierra, el acento, el calor, todo lo reconoces pero cuando te presentan a los soberanos no entiendes nada! Es donde la ley de la matemática y de la lógica pierden el sentido, Entre más 0 tengas menos vale... Así entendí.

Ese mismo días fui a una fiesta, me encontré con muchos amigos y seres queridos, ya eran las 12M y la fiesta estaba casi vacía y pregunte donde esta le gente y me dijeron se fueron y fue allí cuando me di cuenta cuan sola se esta quedando Venezuela, algunos que estamos regados en el sur, otros en el centro y algunos poco en el norte, solo unos cuanto saltaron el charco y se encuentran en Europa.

Luego de clases magistrales para entender a los soberanos, y entender los precios alocados y desenfrenado que lleva mi país, tuve la oportunidad de utilizar metro, transporte que había utilizado toda mi vida, pero esta ves era diferente, sentía la tristeza del pueblo, hablando de política, hablando del hambre, quizás siempre fue así pero Como era presa del día a día y del sistema no me Percataba, cuanto sufrimiento hay en los ojos de mis hermanos venezolanos, cuanta frustración, Cuan triste y delgado se ven sus rostros, una piel gris por la mala alimentación, sentía que estaba en una película de terror, o de la segunda guerra, pero en mi país no estaba, salí consternada por lo que puede ver y escuchar en el metro, y pensado en todo lo que escuche alce la mirada y como si me estuviera viendo y como si leyera mis pensamientos, allí estaba mi Ávila querida verde imponente, diciéndome que ella ha pasado por peores cosas y sigue allí como si nada, sin decaer, sin perder la vida, ella estaba allí y allí se quedaría, llueve truene o relampaguee. Entonces entendí, debía disfrutar los días que me restará por que no sabría Cuando regresaría, me vi con amigos, me tomé un Ron venezolano, abrace, y bese a los que quiero lo más que pude, me reí cuando pude por que sabría que en el momento que me montará en el avión de regreso allí lloraría nuevamente. Y así paso mi semana entre visitar a fulano y hablar con mengano llego el momento de hacer la maleta y bajar nuevamente a las 2am al aeropuerto, mi familia entre lágrimas me decían vuelve pronto, pero ya no era igual, ya no temía a donde iría por que iría a mi segunda casa, ya no había ese terror del "¿ y si no puedo!?", o el "¿ y si no me adapto?" ya era diferente por que sabría que cuando me propondría volver lo haría, solo esta vez temía por algo nuevo y es el "¿y si le pasa algo a mis seres querido mientras yo estoy afuera, me lo perdonaría?" pero todas las oportunidades tienen algún costo, espero no sea ese al precio que debo de pagar!.

Y me fui, a mi segundo hogar, a mi rutina a mi día a día pero en esta oportunidad me vine con tranquilidad, me vine con añoranza de que mi tierra vuelva a ser lo que en algún momento fue, por mis amigos, por mis familiares, por mi, por ti que lees hoy estas líneas, por que no los merecemos, merecemos volver a casa y no solo en forma estructural, si no a nuestro hogar!.

Ya ha pasado algún tiempo, y me di cuenta que no perdí mi país, que gane otro, que con muchas cosas buena me ha RECIBIDO, pero sobre todo que el nuevo país me provee y con paciencia me espera mientras yo me alisto para volver a mi ETERNO AMOR, VOLVER A VENEZUELA!

Escrito Por: Woaleozka Rojas (Venezolana)

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