Las drogas y yo. Capítulo I: Marihuana.
Era el año 2008 y tenía 15 años de edad, estaba completamente lleno de impulsividad, lleno de hormonas y lleno de curiosidad. En un día que comenzó normal como cualquier otro día de escuela finalmente me decidí a ir saciar mis ganas de fumarme mi primer porro. Así que al salir de clases fui al ciber (centro de computadoras) de la zona pues sabía que ahí se la pasaban muchos marihuaneros por lo que me sería relativamente sencillo adquirir la tan deseada hierba. Me acerqué a un joven que no tendría más de 20 años y le pregunté si estaba activo y me dijo «Si, 15 bolívares el punto», yo no estaba familiarizado aún con la jerga callejera relacionada a las drogas, pero el precio me pareció adecuado así que sin más le di los 15 bolívares y el me dió una bolsa muy pequeña, en la cual había una especie de cogollo el cual olía muy bien. Me dijo el joven «También tengo marrón», yo no sabía muy bien a que se estaba refiriendo aunque luego descubriría que el «marrón» es sólo las hojas, ramas y semillas y por eso lo venden mucho más barato y que el «creepy o weed» son los cogollos de la planta, en los cuales se encuentra mayor cantidad de THC (tetrahidrocannabinol), el cual es el compuesto químico que hace que uno «agarre tremenda nota».
Yo a los 15 años.
Luego de haber adquirido mi primer gramo me fui a casa y sabía que estaría solo como hasta las 8:00 de la noche, ya había visto tutoriales en internet de como armar mi porro pero había olvidado comprar los «Rolling papers», que son el papel más adecuado que venden para fumar y enrolar, pero eso no me detuvo así que simplemente utilicé una hoja de biblia, pues el material era muy similar y se consumía muy bien según había leído en internet.
Después de forcejear un poco con la tijera para cortar mi marihuana y de haber luchado con determinación para intentar darle forma, pude por fin lograr armar mi primer porro. Parecía un cigarro al que le hubieran dado una paliza, me dispuse a encenderlo y a darle la primera jalada y vaya que sensación tan agradable comenzó a correr en mí, me sentí más vivo, más sensible, más alegre. Volví a darle dos jaladas más, tocí un poco ya que no estaba acostumbrado a tener humo en los pulmones y es que curiosamente jamás me llamó la atención fumar cigarro, creo que es la única droga que puedo decir nunca cautivó, ni despertó mi curiosidad. Seguí dándole varias bocanadas más esta vez aguantando más el humo dentro de mí y saboreando más el recorrido que hacía desde mi paladar hasta mis pulmones. Luego de un rato y al compás de Pink Floyd que sonaba con un volumen agradable desde mi computadora, me dí cuenta que estaba volando, disfrutando aquellos sonidos los cuales captaba con mayor detenimiento y con gran detalle, pues sentía que mis sentidos estaban más afinados, me sentía muy bien, me sentía alegre, tanto que ver a una moca golpearse con el vidrio de mi ventana hizo que soltará una gran carcajada, estaba súmamente «fachado» como se diría en la jerga callejera y lo estaba disfrutando mucho.
Ese fue mi primer encuentro con la marihuana, específicamente con el cannabis sativa, que era el que abundaba en aquellos tiempos y que es para mi gusto particular el más apropiado para consumir de forma recreativa, pues la otra gran rama es el cannabis indico, pero este tiene un efecto un poco más narcótico, somnoliento y sedante, el cual no me agrada tanto, pero que es el más se encuentra actualmente en el mercado y es la que más comenzó a surgir en el mercado durante mis años más fuertes de consumo.
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Han pasado ya casi diez años desde la primera vez que probé la marihuana y con ella he vivido muchísimos momentos buenos pero también muchos momentos desagradables. Desde aquel primer encuentro mi amor por esta droga creció en enormes cantidades y pasé de ser un consumidor casual a ser un consumidor habitual y es que no podía faltar en mi habitación o en una reunión social a la que yo fuese invitado, mi respectiva dosis de cannabis. En lo particular no sentí que me estuviese generando una adicción, al menos no en el sentido estricto de la palabra, pero el hecho de que siempre quería fumar y que cada vez necesitaba de más y más dosis para llegar a un cierto estado de «nota» pues el cuerpo y la mente a medida que uno va consumiendo más seguido, va creando cierta resistencia a los efectos lo cual generaba en mi cierto estado de dependencia pero era una dependencia netamente psicológica.
En aquellos tiempos donde mi vicio por fumar estaba en su máximo auge también lo estaban mis problemas con mis padres, con la autoridad, con mis amigos y conmigo mismo. Siempre he sido una persona ansiosa, pero en aquellos días lo era aún más y fumar en algún momento calmaba mi ansiedad, pero paradójicamente también me generaba mucha más ansiedad, esa fue una de las razones que me llevaron a decidir que tenía que dejar de fumar. De igual fumar marihuana también me ayudaba y mucho a lidiar con mis problemas de insomnio, pues soy una persona a la que le cuesta mucho conciliar el sueño y cuando logro hacerlo suele ser un sueño muy sensible, es decir me despierto con mucha facilidad y esto es uno de los motivos por el cual me costó un poco más dejarla.
Debo admitir que al principio en los primeros años no me importaba mucho que las personas me vieran por la calle con los ojos sumamente rojos y evidentemente drogado, tampoco me importaba fumarme un porro en la calle en una plaza o en una esquina como si fuera algo perfectamente aceptado por la sociedad y es curiosamente Caracas es una ciudad donde sobran las extravagancias y los comportamientos más peculiares pero a la vez es una ciudad llena de prejuicios no obstante yo no lo veía así, pues solo era un adolescente con ganas de estar drogado; de escapar de la realidad o de al menos hacerla más apacible para mi gusto.
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Era un cobarde, si quizás lo era puesto que desvirtué y me alejé de las razones por las cuales había comenzado a probar las drogas y en este caso la marihuana, estas razones eran simplemente la curiosidad, la diversión y las ganas de desafiar los valores convencionales que nos inculcan desde que nacemos y que nos persiguen hasta que morimos.
Durante esos años en los que fumaba marihuana en forma viciosa, desarrollé muchos patrones de conductas que actualmente marcan mucho mi personalidad. Por ejemplo en aquellos días solía caminar largas distancias en altas horas de la noche completamente «arrebatado», es decir bien fumado, también solía meditar mucho y reflexionar, aprendí a contemplar y apreciar más la naturaleza; sus paisajes y sus sonidos, conocí también a muchísima gente y desarrollé una mejor habilidad para socializar con desconocidos, desarrollé una mejor comprensión musical y a disfrutar más de una buena película o de un buen concierto. Mi percepción se tornó más amplia y mi manera interactuar con la realidad fue evolucionando. Por otro lado también desarrollé mucha más ansiedad, me distancié de mi familia y descuidé enormemente mi apariencia personal, tenía la clásica imagen ochentera de adolescente de cabello largo con ropa vieja y rota y lo más grave y que me hizo definitivamente dejar de fumar marihuana es que comencé a volverme muy paranoico y más la ansiedad que me generaba fumar y no poder fumar, era una terrible combinación.
Aunque me desagrada un poco contarles esta parte, siento que me ayuda un poco desahogarme, y es que lo que ocurrió un día por allá en el 2014, año en el que me sucedieron muchas cosas como que caí preso, comencé la universidad y finalmente la más importante de todas es que conocí a una mujer a la que amé con todo mi ser, así como esos hombres de películas que las mujeres piensan que no existen en la vida real, bueno así fui yo con ésta mujer y a pesar de que ya o estamos juntos y que muchas cosas ocurrieron mucho después y que fueron matando poco a poco el amor que tenía por ella y el pedestal en que la tenía fue sucumbiendo, debo decir que le debo mucho y que le agradezco entre muchas cosas por haber sido la principal impulsora de que lograra dejar de ser un fumador compulsivo y vicioso.
Ella no fue digamos la única razón por la que comencé a dejar de fumar, de hecho cuando la conocí ya tenía yo 2 meses que no fumaba y era porque había comenzado a estudiar Derecho en la Universidad y realmente quería dar lo mejor de mí (y así fue). Sin embargo conocerla y empezar a dejarla entrar en mi vida, digamos fue la motivación y el impulso que me hacían falta para dejar de fumar y así un día en el que estábamos en un cumpleaños de una de sus amigas y unos sujetos sacaron un porro, lo cual me emocionó y a la vez me incomodó porque yo quería fumar pero sabía que eso la iba hacer molestar. Pero no importó ella me dijo que fumara que no se molestaría (clásico de las mujeres), lo hice y luego tuvimos esta pequeña conversación pero muy significativa en la que ella simplemente me dijo una frase que me marcó mucho «no me gusta cómo se ponen la gente cuando fuma y creo que eres mucho mejor que eso y no siento que necesites fumar sentirte bien contigo mismo», no sé si fue porque me lo dijo mientras yo estaba arrebatado o porque realmente la amaba o porque realmente tenía razón y yo si soy mejor que eso o bien puede que sea por todo eso, pero la verdad que en ese mismo momento la miré a los ojos mientras sacaba un porro que tenía en el bolsillo y le dije «sabes que tienes razón no quiero ser esclavo de esto ni de nada ni nadie, a partir de hoy dejo de fumar» y proseguí a romper el porro enfrente de ella y arrojarlo al piso, acto que no pensé que haría y que a ella le fascinó, y desde ese día que fue como en febrero de 2015 dejé de fumar ininterrumpidamente.
Llegaría el 2016 y por esos días de noviembre esta mujer se iría de mi vida para no volver, y con ella mi hermoso record de aproximadamente un año y doce meses sin fumar, pero esta vez yo era muy fuerte y con el autocontrol suficiente como para solo fumar de forma recreativa y no volver a caer en el maldito hábito vicioso. Y así fue desde entonces solo he fumado de forma muy esporádica en reuniones con amigos y solo cuando no estoy en temporada de clases. Lo que más me enorgullece es que desde el 2014 jamás volví a gastar un centavo en marihuana ni en ninguna otra droga y esto es algo muy importante porque yo solía invertir mucho de mi dinero en esto y si dije invertir porque compraba en cantidades relativamente altas para que me saliera más barato y vendía una parte hasta recuperar lo invertido de manera que fumar no me costará una parte significativa de mis ingresos, al menos en esa parte fui precavido.
No me arrepiento para nada de todo esto que en estos párrafos les he contado, tampoco es que me enorgullezca y sea algo digno de pregonar a los cuatro vientos como si hubiese creado la vacuna contra el sida, pero esto es parte de mi pasado, de mi vida y me hace ser quien soy hoy y creo que si no hubiese vivido esta experiencia con la marihuana probablemente no sería la persona que soy actualmente, de la cual si me enorgullezco enormemente. Hoy en día mi auto control es muy fuerte y la verdad ya no me provoca fumar, siento que no lo necesito para disfrutar un momento, en este año me he fumado un porro solo en dos ocasiones muy puntuales, con unos amigos que se marchaban del país y bueno era casi una tradición hacerlo pero creo que ahora no volveré a fumar por un largo tiempo nuevamente, es que simplemente me aburre. Creo que solo volvería a fumar si tengo que pasar por algún trauma físico que me genere mucho dolor y tenga que recurrir a una dosis de marihuana para sentirme aliviado, por ejemplo una vez me fracturé tres costillas y fumar me ayudó mucho a sobrellevar el dolor durante esos días.
En definitiva esos días de fumar encerrado en mi cuarto o de fumar de madrugada por ahí en la calle o de andar todos los días drogado, están en el pasado y no fue fácil porque la inmensa mayoría de mis amigos fuman marihuana y tuve que lidiar con numerosos eventos en los cuales todos estaban fumando y yo estaba con mi vaso de ron, pero ya hoy eso no es problema y de hechos muchos aún se sorprenden de que yo rechace un porro, pues nunca imaginaron que Marcos dejaría de fumar. Creo que eso es una de las cosas bonitas de la vida, las situaciones impredecibles.
Esta fue mi breve anécdota sobre mi experiencia con la marihuana, esto es aún un tema tabú para muchos y no es algo que todos acepten, así que no espero que todos los que lean esto se sientan identificados, complacidos o cómodos pero si aspiro a que al menos vean en todas estas palabras experiencias de vida que no son nada fáciles de contar y que tiene cierto mérito intentar hablar abiertamente de ellas, en mi opinión me parece que es un tema que tiene mucha tela para cortar y bueno en un próximo capítulo les hablaré sobre otra de mis experiencias con las drogas ilegales: la cocaína.
Sin más que decir, gracias por leer. Si quieren preguntarme algo siéntanse libres de hacerlo.
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En nombre del Cisne del Anauco,
¡Te deseamos unas felices navidades y un próspero año 2018!
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Wow, increíble experiencia. Ciertamente has vivido la weed en la faceta más engañosa, como suelo visualizarla yo. Te preguntarás a que me refiero con esto, pues te cuento. Siempre se suele acceder a fumar weed creyendo que será de manera ocasional, poco frecuente, una que otra vez, pero lo que no sabemos muchas veces es que su efecto psicológico nos da la armonía y la paz, acotando además de la elevación a nuestros sentidos y percepción, cosa que nos amarra a querer volver a experimentar estas sensaciones una y otra vez, incansablemente. La marihuana te hace reflexionar de una manera increíble, podría decir que mi historia es bastante parecida a la tuya, pero nos engaña haciéndonos creer que el mundo es realmente perfecto y vibra magníficamente, en esa utopía viajamos, y podemos quedarnos varados y estacados por mucho tiempo con esa loca idea en la cabeza. Pero al final es una adicción netamente psicológica, si se tiene voluntad se deja, si por que sí. Excelente historia, y como todo lo bueno, las cosas siempre mejoran y las experiencias quedan para hacernos crecer. Un abrazo.
Hola @paop me alegra mucho que te gustará esta experiencia que decidí publicar, Si es así tiene sus cosas buenas o ilusoriamente creemos que es así, pero ya sabemos como es realmente, espero que nos sigamos leyendo mutuamente, te deseo lo mejor. Saludos y un abrazo!
Súper densa ésta publicación, pero creo que es necesario abordar estos temas con la mayor naturalidad y lo importante es que fue una etapa que fue quemada, de manera literal.
Un abrazo y nos leemos en la red.
Hola @argentoescribe, sin duda alguna un tema denso, literalmente quemada jajaja buena expresión. Si vale hay que perderle el miedo o la incomodidad a estos temas para poder lidiar con ellos mejor.
Un abrazo para ti y nos leemos!
Hola, muy interesante tu post, siempre hay que saber de todo en la vida asi sea un tema tabú y más que todo porque es una experiencia muy personal, saludos.
Hola @luxyb me alegro que te gustará leerlo, estoy de acuerdo siempre hay que saber de todo en la vida, después de todo solo se vive una vez. Saludos para ti.
Lo importante es que haz madurado y la forma en que abordas lo demuestra
Gracias @breili <3
Que bueno que hayas decidido contar tu experiencia con esta droga por esta vía... Ojalá decidas dejar esta droga de manera definitiva en tu vida por tu bienestar emocional y psicológico... Saludos
Hola saludos para ti y si ya lo he decidido. Gracias por leerme
hola te voy a seguir para leerlo detenidamente
Nos leemos @pattyfa, Saludos.
he tenido oportunidad de conocer este tema de cerca, y los resultados nunca son buenos, por mucho que alguien pueda o quiera decir lo contrario, gracias por compartir tu experiencia
Gracias a ti por tomarte el tiempo de leerla y si es un tema bastante denso.