El pasado sábado 24 de marzo de 2018, Venezuela perdió sin duda alguna a uno de los hombres más nobles que ha podido ofrecer el país en su último siglo de historia. Y es que el Maestro José Antonio Abreu, fue sin duda un gran visionario que a diferencia de muchos grandes hombres, el Maestro si pudo ver los frutos de su honorable proyecto.

Para quienes no lo saben, el Maestro Abreu fue un gran músico compositor y director de orquesta; uno de los mejores de Venezuela y del Continente Americano. Pero su legado y principal obra no radica en alguna gran pieza musical o alguna increíble interpretación, sino que su mayor hazaña fue fundar y desarrollar El Sistema Nacional de Orquestas Sinfónicas y Coros Juveniles, Infantiles y Pre-Infantiles de Venezuela. Conocido por sus integrantes y allegados como “El Sistema”.

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El Sistema creado en el año 1975, ofrece a los niños y jóvenes del país la posibilidad de relacionarse íntimamente con la música sinfónica, bien sea tocando algún instrumento o participando en la Coral. La principal finalidad del Sistema no solo era desarrollar una Orquesta Nacional Profesional conformada por niños y adolescentes, sino fomentar el conocimiento, la práctica y la pasión hacia la música sinfónica y aun más allá también buscaba el Sistema inculcar en los niños el amor hacia la Nación y por supuesto enseñar a los niños los valores que debía tener un ciudadano ejemplar.

Pero realmente lo que buscaba el Maestro Abreu con el Sistema era crear un programa social de inclusión para los niños y jóvenes de todas las zonas populares del país. El maestro tenía la fuerte convicción de que la música era el método más efectivo para combatir la pobreza material y evitar en el individuo la pobreza espiritual e intelectual que muchas veces acompaña a la material. El Maestro tenía la certeza de que un niño con un instrumento en mano, ocupando todas sus tardes aprendiendo y descubriendo sus aptitudes, mientras sus padres trabajaban; era un niño que se estaba salvando de caer en las tentaciones que la calle tiene para ofrecerles y a las que muchos terminan cediendo.

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Con el Sistema El Maestro logró sembrar esta idea en la sociedad y así mientras los gobiernos iban pasando, El Sistema prevalecía y se fortalecía, recibiendo el apoyo de diversos sectores. El Sistema comenzó en el año 1975 con 20 niños y tres meses después eran 160 niños y jóvenes, en su décimo aniversario eran más de 20 mil. Ya para el 2008 el Sistema había tocado el alma de cerca de 600.000 niños y jóvenes. La meta del Maestro Abreu era llegar al millón de integrantes, meta que desafortunadamente en la actualidad no pudo ver cumplir, pero se fue estando muy cerca de ella, pues se estima que ya el Sistema ronda los 850.000 integrantes. Sin duda alguna una hazaña increíble y genuinamente altruista.

Además de todo esto, El Sistema no es solo buenas intenciones y estupendas estadísticas, ya que del Sistema también han salido los mejores compositores y directores de la música sinfónica de la actualidad a nivel continental y mundial. Talentos virtuosos como el de Gustavo Dudamel, Christian Vásquez, Gregory Carreño, Alfredo Rugeles, Dietrich Paredes y Diego Matheuz han sido forjados bajo la tutela del Maestro Abreu. Lo cual deja en evidencia que el innovador método educacional del Sistema es efectivo y garantiza no solo la enseñanza musical, sino también, la formación de talentos de primera calidad.

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El método de enseñanza del Sistema está basado en la disciplina, la constancia, el compromiso, la responsabilidad y en especial en la pasión; si en la pasión por hacer las cosas bien, en la pasión por amar lo que se hace, en la pasión por creer que se puede hacer y en la pasión por hacerlo cada día mejor. El Sistema por sobre todas las cosas les enseña a los jóvenes a ser apasionados con lo que hacen y a sentir amor por la música.

Una de las metas pendientes del Maestro Abreu es lograr que en un futuro cercano la música sea incorporada como materia obligatoria en todos los programas escolares a nivel nacional. En Venezuela existen muchos Colegios en los cuales los niños deben obligatoriamente ver música y aprender a tocar algún instrumento de su preferencia, pero la mayoría de estos Colegios son Privados. Así que la asignatura pendiente es incorporar la música en todos los colegios públicos del país, tarea que sin el Maestro Abreu en vida será más complicada de ver materializada, pero si algo nos enseñó el Maestro es que no hay imposibles.

Foto de mi autoría tomada durante el homenaje/velorio del Maestro Abreu el pasado domingo 25 de marzo.

Despedimos a un gran hombre que entendió perfectamente que los niños son el futuro y la base de la sociedad y su desarrollo espiritual e intelectual es primordial para el progreso de una Nación. Nos enseñó que el Arte y en especial la música comprenden estudios tan importantes y esenciales como lo son el Derecho, la Medicina, la Ingeniería, etc. Su obra y su legado prevalecerán y dependerá de nuestra generación y de las que vengan, mantener su obra y si es posible mejorarla aún más.

Cierro esta nota con una frase del Maestro muy adecuada para los tiempos que hoy vive Venezuela:

«Y el que crea que Venezuela está muerta que entre a esta sala y escuche la orquesta sinfónica de Venezuela y se llene de esperanza.»