La tercera guerra mundial #blog
Dicen que la vida es un boomerang pero la verdad creo que no es así. No todo lo que das regresa.
Hay quienes realmente nos gusta dar sin importar lo que se reciba, y la verdad, creo que aunque somos seres más sensibles, somos los fuertes de este mundo. Como dice Beret en su canción Vuelve "al mundo le sobra gente rota y necesita de verdad personas fuertes que sepan unir"
En esa misma canción dice algo que deberíamos recordar siempre "las cosas que se cuidan no se tiran de repente"
En esta montaña rusa que nos lleva la vida en la que a veces no paramos de gritar de emoción y otras pedimos a gritos ahogados por favor que se detenga y bajarnos; en este constante ejercicio de yoga donde buscamos re-conectar con la divinidad que nos conforma, justo en ésta vida, hoy quiero compartirles otras de mis letras.
Llevo días con algo rondando en mi mente, de esas cosas que son tuyas pero que ni tú mismo puedes descifrar. Estaba o estoy en una situación donde no me encuentro totalmente a gusto, pero no había querido decir nada, o reclamar porque en el fondo sabía, o siempre sé, que en realidad lo que sea que me estaba haciendo ruido era mío, no de los otros.
De las batallas que todos llevamos por dentro, yo siempre llevo activa ésta de cuidarme, de observarme, el cómo me hablo, cómo digo las cosas, cuándo afronto como mujer y cuando no puedo salir de mi niña. Hoy, eso que estaba dejando fluir hasta que se mostrara solo qué era lo que necesitaba aprender ahora de mí, explotó.
Hoy me caí, hoy me lastimé, hoy lloré, hoy me entendí, hoy busco perdonarme, mejorar y aprendo a ser feliz.
Lo que me estaba molestando del otro es mío; me molestaba no entenderlo completamente, no tener de alguna manera el control de la situación. Me estaba doliendo porque me estaba queriendo y yo tengo éste detalle como sé que lo tienen muchos, que me cuesta recibir.
Fuente. Mia Astral
Aceptar que hay personas que realmente pueden querer como quiero yo, y que además, puedo coincidir con esas personas y pueden quererme, que de hecho lo hagan, esa no es una batalla, es una guerra en mi interior.
La manera en que creemos hace tanto de nosotros y no nos damos cuenta. Los adultos que hoy somos es la conformación de todo eso que escuchamos, vimos y sentimos, lo hayamos afrontado o no, en toda nuestra vida. Por esto es que conseguirse con personas o parejas que funcionan, que se entienden, es como un huevo de oro, un sueño que pareciera inalcanzable.
Qué rudo es tener un constante miedo y duda de sí encontraremos esa persona con quien despertar sea una sueño hecho realidad, que respirar sea estar en el cielo, que sonreír sea el propósito de cada día, que sus brazos sean un hogar y no un refugio.
Nos desarrollaron con educación, así no hayamos ido al colegio, pero es una cultura donde solo nos dieron la información de letras, de modales, de todo lo que se debe y lo que no. Cuando apareció toda ésta revolución del despertar de consciencia, muchísima gente la rechazó y aún lo hacen centenares de grupos sociales, pero, desde mi lente, ésta es la educación que realmente necesitamos.
Qué distinta sería la vida y el convivir sí nos enseñaran a querernos a nosotros mismos, a aceptar el amor, a escuchar y no a responder. Creo que habrían personas más fuertes en el mundo, más unión y la revolución mundial que dicen libros como La Novena Revelación, dónde desarrollamos esos sentidos que no nos dicen que tenemos, donde podemos ver a dónde debemos ir, dónde usamos la intuición y comprendemos que somos más que masa muscular.
Mostrarse tal y como somos se hizo un reto, un ridículo, una exposición y una vulnerabilidad precisamente por esto, porque no todos estamos preparados para escuchar lo que duele en los corazones que laten. Es una pena porque nos sembraron un miedo infinito, literal infinito, a que sí demostramos lo que sentimos somos débiles y van a herirnos.
¿Por qué mostrar lo que se siente tiene que ser dar el látigo y el permiso para que nos hagan daño?
Por esto es que aceptar la inclusión de hombres que aman hombres y mujeres que aman mujeres ha sido un proceso tan obstruido en la sociedad, porque sí, la sociedad es muy buena para armar unidad pero también son profesionales separadores, divisores. Desde el inicio ha sido una separación de quién tiene más que quién, o quién es digno de qué.
Quizás sonará cliché pero, amor es todo lo que necesitamos.
Amor para nosotros mismo ante todo.
xoxo
M