La estela de la vida

Debo haber leído en alguna parte, “si tuviera la oportunidad de vivir mi vida nuevamente, la viviría tal cual he vivido”, a lo que yo le agregaría, “pero en algunos momentos estaría obligado a detenerme. No podría dejar pasar la oportunidad de retocar algunos detalles, haciendo reparaciones aquí y allá. Bajaría el tono de muchas palabras. Cambiaría el ceño fruncido por amables sonrisas. Me olvidaría de reproches y tendría el tino de compartir más tiempo de calidad con mis seres queridos”.

El momento de escoger un lugar intimo para la meditación es ahora, hoy es nuestro presente, nuestro gran regalo de vida, para alejarnos del bullicio y buscar nuestra voz interior la cual nos orientara y ayudara a dar un vistazo al lugar donde nos encontramos; cuales son las circunstancia que nos rodean actualmente. Y mucho más importante, quienes son las personas que nos rodean, ha cuantas personas puedo acudir hoy, en busca de ayuda, con una total seguridad de obtener la respuesta y el apoyo esperado.

Cuantas veces no hemos deseado, con todas nuestras fuerzas, reparar los instrumentos destruidos por un nefasto y triste arrebato de rabia. Cuantas veces no hemos deseado que esas palabras tan hirientes, hayan provenido de algún otro lugar menos de un corazón herido y maltratado. Cuantas veces, y nuevamente, hemos pedido perdón por ser tan necios y torpes.

Mientras aún estemos en esta rápida y fugaz travesía, habrá tiempo y lugar para llenar nuestra estela de alegrías y momentos felices; cuidémonos de no postergar.