Luego fui a un café donde quede admirado por el arte que adornaba todo el local, algún artista expreso sus emociones y pensamientos dando como resultado esta obra maestra.

Llego la noche y fui con algunos amigos a tomar unos tragos en el bar, no falto la música y las risas que desbordaban de todos los jóvenes reunidos en ese lugar. Es curioso como todos parecen estar tan llenos de vida, de energía y ganas de ser cada vez mejores como personas creciendo y aprendiendo en esta jungla de cemento, frase que puede sonar cliché pero si duda la mejor manera de describirla.

Por último regreso a casa y tomo el subterráneo, donde siempre algún artista con grandes aspiraciones nos regala su talento por pocos pesos, algunos lo ignoran, otros se duermen y muy poco nos dedicamos a admirar la belleza de su arte, arte que debería ser expuesta en los grandes escenarios para que miles de personas la disfruten tanto como yo lo hago.