Carta a la del Vestido Tricolor
Caracas, 14 de febrero de 2017
05:26 AM
Amada mía con V de valiente,
Recordando todo aquello que me enamora de ti hoy te escribo. Me acompaña un café bien caliente cultivado en ésta tierra que me vio nacer con la mirada puesta en el amanecer detrás del Ávila, tan mágica y tan pura, me pregunto si quizás sabes que elegante te ves vestida de verde, nublada de esperanzas y rodeada del calor de tu gente, te ves alegre, te ves como realmente eres.
Fuente: Parque Nacional Waraira Repano (El Ávila), Caracas - Venezuela, @belisa, febrero 2017.
¡Oh amada mía! ¿Cómo no extrañarte estando lejos? Lo tienes todo, un ecosistema perfecto que me invita a recorrer cada parte de tu cuerpo. No puedo pasar por alto verte cristalina, con tu traje azul y degrades blancos como espuma rodeado de escarcha, pareces acuarela, tan fresca como agua de coco con el sol incandescente de testigo marcando bronceados mientras niños, figuras diminutas de inocencia, recorren las orillas de tus sonrisas.
Fría también me gustas, en la punta de una montaña con ese vestido blanco que te sienta a la perfección, con los cachetes rosáceos de las personas que hacen vida cerca de ti, con esa amabilidad y buena educación.
Árida y entre cactus sigues insuperable, es un delito no admirarte con tu piel caliente y suave deslizándose incesante entre mis dedos.
Y cuando te visito en el llano no tienes comparación, entre caballos y coplas muestras otra faceta, ¡hasta tu acento cambia! las faldas ondeando por doquier mientras escucho el joropo y suenan las alpargatas acompañadas de arpa cuatro y maracas, pero no solo eso danzas, bailas al son que te toquen, con el repique de tambores y una morena sonriente dando vueltas también despiertas emociones, a uno de tus hijos lo llaman el sonero del mundo por su maravillosa salsa y por allá en el Zulia donde dicen que se encuentra la tierra del sol amado con un furruco y una charrasca haciendo algo a lo que le llaman gaitas.
Me encanta tu diversidad ante un cielo estrellado mientras el Salto Ángel con su caída constante de agua ensaya su canto.
Eres tan compleja como toda mujer, te aturden bocina, semáforos en rojo y gente apurada por llegar a quién sabe dónde, esa misma gente que no se conforma con todo lo que das ni intenta ver más allá de tus defectos las virtudes que guardas, los secretos que entre ciudad, montañas, sabana, selva, desierto, llano, picos nevados y playas hermosas has ocultado para quien sepa apreciarlos y te dé la oportunidad de lucir tu esplendor.
La madre de las mujeres exuberantes, cada una de ellas junto a ti para sus redes sociales posa mostrando su figura torneada, demostrado su origen levantando el tricolor en tierras lejanas, representando a todas aquellas que por venir de ti son luchadoras desde el vientre y lucen bellas hasta con canas, pero debo aclarar que de mujeres hermosas, ninguna lo es tanto como tú. Belleza con nombre de mujer, tan coqueta como tus hijas, mi Venezuela amada, siempre tan dulce y congestionada, por ti lucharé, como miles de jóvenes luchan día a día para levantar los cimientos del caos que entre hermanos creamos y por el que hoy morimos, de hambre, de indiferencia, de impotencia, quizá de sueños rotos que a algunos les rompe el alma y de una sarta de pesimismos que no nos llevan a nada.
Con todo el amor que te tengo, por siempre tuya,
Una venezolana de vestido tricolor
