Serenata Guayanesa es un cuarteto vocal de música popular y folclórica de Venezuela. Su trayectoria es muy amplia y abarcan casi todos los géneros conocidos de la música venezolana. Sus integrantes, profesionales todos, dejaron sus carreras para dedicarse a la música, en las áreas de interpretación, investigación y divulgación a nivel nacional e internacional. Y vale la pena destacar, que en todo ese tiempo de actividad ininterrumpida, solo uno de los integrantes originales ya no permanece en la agrupación, un fenómeno casi exclusivo de esta agrupación. Cuenta la historia que los pilares fundadores de Serenata Guayanesa, Iván Pérez Rossi y Hernán Gamboa, se conocieron en una calle de su Ciudad Bolívar natal, llevándole serenata a sus respectivas novias. De allí en adelante, surge una hermosa amistad que serían las bases para la futura formación de este cuarteto.

El canto de Serenata Guayanesa empezó a sonar en 1971, durante un pequeño concierto de música típica de la región de Guayana, Venezuela, que organizara el entonces gobernador del estado Bolívar, Manolo Garrido, quien era amigo de sus familias y los había escuchado en algunas fiestas. Se trataba de un cuarteto de muchachos formado por Iván Pérez Rossi, con su voz de primer barítono y cuatro acompañante, su hermano César Pérez Rossi en el bajo, Mauricio Castro como tenor y Hernán Gamboa en el primer cuatro y segundo barítono. En esta primera presentación que hicieron estos “serenateros” guayaneses hechizaron a los presentes, al punto de que, Garrido, les pidió con bastante entusiasmo, la elaboración de un disco de música guayanesa. Ellos aceptaron, prepararon el material, lo ensayaron y así grabaron su primer álbum en Agosto de ese mismo año, en el marco de la Feria de la Zapoara. La gobernación del Estado editó ese primer larga duración. El título de este disco fue Serenata Guayanesa, ya que era un canto de la región para toda Venezuela. Es importante decir aquí, que aunque el título del disco era Serenata Guayanesa, el cuarteto como tal carecía de algún nombre que lo identificara, y en su primera presentación en Caracas, en una conocida estación privada de televisión, cuando los fueron a anunciar para que actuaran, el presentador dijo, “que pasen los muchachos de la Serenata Guayanesa”, y de esa manera quedaron bautizados en toda Venezuela. Ese fue el comienzo de infinidad de éxitos, como: Casta Paloma, El Sapo, La Mula y el Calipso de El Callao, por mencionar unos pocos. De hecho, el género calipso no era conocido en el territorio nacional, sino solamente en el estado Bolívar, y como era cantado en patois (una mezcla de inglés, francés y español), muy hablado en esa zona, SACVEN no quería reconocer a este género musical como venezolano, sin embargo, de muchas investigaciones y luchas legales consiguieron que el calipso fuera reconocido dentro de la música venezolana. Otro aporte más realizado por Serenata Guayanesa. Es importante mencionar que el primer éxito que los dio a conocer a nivel nacional fue el sapo, un golpe guayanés del compositor Alejandro Vargas, y que aún hoy, 47 años después, sigue siendo el icono que identifica a esta agrupación.

En 1977, nace una nueva línea visionaria en su trabajo: la idea de recopilar y hacer música infantil. Esto fue gracias a una exposición de juegos y juguetes para niños realizada por el Museo Nacional del Folklore. Tomaron entonces, el reto de hacer cantos para niños con aires criollos que manifestaran de nuestras tradiciones, por lo que se dedicaron a investigar a fondo el repertorio folklórico infantil y a releer los versos de los cultores del género, para posteriormente embellecerlos con su música. De ese primer trabajo, surgieron: La pulga y el piojo, La botellita, A la una, Este niño don Simón, El papagayo y Estribillo de los juegos. Desde el principio, la receptividad por parte del público fue extraordinaria, no sólo entre los más pequeños, sino también entre los adultos, como quedaba demostrado en cada uno de sus numerosos conciertos que realizaban, tanto en las plazas de los pueblos más pequeños del interior del país, como en los teatros más exigentes de las grandes ciudades. En 1983, el cantante y cuatrista caraqueño Miguel Ángel Bosch se incorporó a la agrupación, en sustitución de Hernán Gamboa, quien había decidido abandonar el grupo y seguir una carrera como solista.

Serenata Guayanesa ha hecho una contribución irrefutable a la difusión de los valores musicales venezolanos. En su vasta trayectoria musical, se ha dedicado a interpretar no sólo música guayanesa sino los cantos más representativos de las regiones de Venezuela, como: golpes y estribillos, aires margariteños, joropos, merengues, guasas, sangueos, golpes cumaneses, fulías, melodías andinas, calipsos, gaitas, bambucos zulianos, tambor coriano, golpes larenses, parrandas, aguinaldos y más, como música latinoamericana.

A lo largo de su trayectoria artística, se han presentado en un sin fin de escenarios, tanto dentro como fuera del país, y han editado más de 30 discos como agrupación, sin contar las ediciones especiales, que sobrepasan la veintena, solicitadas por diversas instituciones venezolanas y foráneas, así como su pródiga participación en trabajos de otros importantes representantes de la música nacional.

El 21 de noviembre de 2011, salió publicada en Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela N° 39.803 que la agrupación que cuenta con 40 años de formación es declarada Patrimonio Cultural bajo el decreto N° 8.608, donde se indicó que "la obra y trayectoria del grupo será objeto de preservación para las generaciones futuras y el Estado garantizará su más amplia difusión, conocimiento, reconocimiento y disfrute nacional e internacionalmente".