Creer o no creer; ese es el dilema. A esto puedo decir que desde mi lado más escéptico (porque lo soy, aunque siento que no del todo) he sentido el miedo estremecerme el cuerpo, ponerme los pelos de punta, sentir el corazón trabarseme en la garganta en esos ciertos momentos en los que me he vistos solo en la oscuridad. Sí, porque la oscuridad genera esa sensación de vacío, de ansiedad, de escalofrío, de miedo. Como dicen en el lugar de donde vengo: "hasta el más guapo se hace en los pantalones." Así que, ¿ quién puede decir que no le teme a los sonidos extraños de una casa que rechina, o al sigilo de las sombras, o a las voces en los rincones? No creo que sean muchos.