Tu mejor amigo y vecino, el punto y coma ;)
Fuente
Como si pudiera
ordenar: para, viento;
retrocede, minuto;
o resucita, muerto.
José Hierro.
Ese silencio misterioso y ambiguo que marca a la política española
sólo es posible hacerlo conocer a través del punto y coma.
Una victoria para los puntycomistas.
Lo peor de estas épocas es que se pierde cada vez más el uso del signo de puntuación más heroico, enigmático y por lo tanto, el más complejo de utilizar: hablamos del punto y coma (;). Y venga, sabemos que a todo el mundo le parece genial ese ejemplo de Julio Cortázar sobre el uso de la coma (,), pero cualquier escritor puede saber utilizar una coma. Una coma es un lugar seguro, nada atrevido; es hacer lo común. Sucede lo mismo que con el punto. Ser verdaderamente atrevido es saber utilizar al punto y coma, que es lo mismo que ser un puntoycomista.
La literatura y la vida se miden en silencios como también lo hace la música. Dentro de un texto, los silencios son marcados por la ligereza de la coma cuando separa la síntesis y las ideas; por una pausa más larga y sentida que es la del punto y seguido. O por la pausa definitiva que es el punto y final. El punto y aparte por su lado, es bastante obscuro. En Steemit se recomienda —a lo mejor sin quererlo conscientemente— separar muchísimo los párrafos, lo que conlleva a utilizar muchísimos punto y aparte. Esto por supuesto es ser tan controvertido como James Joyce o como Dios; he aquí una oda también a la vida misma: la coma son los momentos en que te detienes a pensar, mientras que el punto y seguido son esas pausas largas que sugieren el cambio de tus ideas manteniendo sin embargo, la esencia de las mismas; el punto y final es el momento en que te mueres; este claro es el punto más autónomo y el mismo que todo el mundo sabe que va a llegar de manera indefectible. ¿Pero y el punto y coma? El punto y coma es la pausa media, la enigmática y ambigua que no sólo separa sino que también una a una idea con la otra después de un silencio más prologando pero no como el del punto; es como cuando te detienes a pensar, haces retrospectiva y análisis de todas tus cosas para a continuación, regresar a la marcha en lo que estabas haciendo.
No sé si para este punto haya que agregar que el punto y coma es sinónimo de elegancia, glamour y estilo. ¿Lo tienes, escritor?
La vida y los textos pueden caer en vorágines de eventos como de letras, y en ocasiones la mejor quietud posible es la del silencio que el punto y coma nos puede llegar a ofrecer. (Claro que el punto y coma también se utiliza para separar la enumeración de las palabras, como por ejemplo cuando nos hallamos ante una jauría de comas, sabemos que ya pronto viene nuestro héroe a sembrar el orden entre tanto caos).
El ser humano en signos lingüísticos se presenta como la coma, para separar sintaxis o dar breves pausas; o como el punto, con pausas largas, o una última como el punto y final. Dios en cambio, en su gran indiferencia es el punto y coma, el más subjetivo de todos los silencios.
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Sin el punto y coma no se puede ser nunca un buen escritor. Quizá sólo un periodista de sucesos, pues los sucesos son estáticos, y la supuesta objetividad periodística pide que todo sea escueto y sin ánimos. En cualquier caso, aun sin punto y coma hay vida, pero no una muy buena.