La sonrisa de Dante

Interpretaciones de la divina Comedia hay muchas, pocas son las obras que han suscitado tantas criticas, pero sobre todo, provocado tanto asombro.

Entre mas avanzamos en las espirales dantescas, mas aumenta ese misterio, como si de circulo en circulo una ligera neblina, fuera ganando en espesor, en constancia, anulando los significados, dispersando los indicios, divagando los espacios.
De la fatalidad casi matemática por la cual aquellas pobres almas encuentran su lugar proprio en los infiernos, de las interrogaciones metafísicas del purgatorio, en el paraíso, de canto en canto, Dante nos aproxima cada vez mas de aquello que no puede ser ni conocido ni comprendido, por no encontrar en el lenguaje, las palabras adecuadas para reflejarse.

En alguno de sus libros, Borges escribió que cualquier interpretación de una obra, es en si misma, una obra aparte. Escribir sobre un libro es ya alejarse de el. Para disecar el animal es necesario matarlo y la vida que se escapa no se deja nunca ver.
Las primeras interpretaciones de la Divina comedia, se las debemos al proprio Dante, sin saber con certeza si su voluntad era la de aclarar, o de todavía mas oscurecer. Luego vinieron muchos otros, algunos grandes escritores, otros críticos literarios, filósofos, artistas, historiadores.

Si yo ahora me sumo a ese desfile interminable, es solo porque en lo poco que leí y lo mucho que miré, no encontré que alguien hubiese ya, postulado esta interpretación.

No tengo erudición alguna, las criticas me cansan, mi inteligencia es mucho mas corporal que intelectual. La teoría que propongo aquí, la propongo desnuda, sin argumentos ni citaciones que la vengan ayudar, no es tanto pensamiento, como intuición animal.

Tal vez tenga su origen en un texto de Hauser sobre el primer « impresionismo prehistórico », en aquella época, nos dice Hauser, no podía haber acción humana que no respondiera a una necesidad; el arte tenia que tener una utilidad inmediata que justificara su existencia. Pintar un jabalí era un acto mágico que equivalía a poseerlo.

En esta ultima frase cabe para mi, toda la razón de ser de la comedia.

Dante estaba enamorado, o mejor dicho obsesionado con Beatriz, que murió joven, bella, sin que el pudiera poseerla. Sabemos que por tres veces, Dante declaró su llama y fue rechazado por Beatriz. La muerte y el rechazo hubieran sido suficientes obstáculos para que cualquier otro, renunciara a su delirio, pero Dante, al contrario, debió ver estas fatalidades como una fortuna. Mejor que poseer a Beatriz en esa carne, que se acabaría pudriendo, seria poseerla en alma, para siempre. Dante sabia que para contrarrestar esas dos fatalidades, su voluntad, por grande que fuera, no seria suficiente. Tenia como tercer adversario, el mismo tiempo que siempre acaba disolviendo las palabras por mas que de magia sean. Fue tal vez después de muchos ensayos, que ideo ese conjuro absoluto que lo mantendría siempre Beatriz a su lado, y al cual dio por nombre la « Divina comedia ». Su hechizo no consta de una sola frase, sino que es un libro entero. En el, Dante se pintó en elegido, en héroe que atraviesa los infiernos hasta llegar puro al paraíso, que es Beatriz. Su epopeya la adorno con la teología necesaria para que los hombres la respeten, con el suficiente arte y misterio para que la lean y la relean durante siglos. De esa manera, a travez de cada lectura de la Divina Comedia, se repite el conjuro, se refuerza el hechizo.

Dante puede seguir viviendo su delirio sin preocuparse; como su locura, su obra no envejece, los hombres seguiremos orando por el, inocentes, seguiremos reforzando su paraíso, sin siquiera sospechar que resuenan en el, los alaridos de Beatriz.

Referencias:

"Paradis", 2016 de Miquel Barcelo - Courtesy Galerie Taddeus Ropac © Photo Éric Simon
"La Divina Comedia" 1307 de Dante Alighieri