Jardín Botánico de Maracaibo
Crecer en una casa con patio y jardín, fue una de las mejores cosas que me pasaron en la infancia, eso, y conocer el Jardín Botánico de Maracaibo, por allá en los años ochenta.
Foto tomada con iPhone 6S
Allí compartí con mi familia muchas veces, enamorándome de cada uno de sus rincones, desde el inmenso e ingenioso parque infantil, en forma de castillo, con los toboganes más altos que había en la ciudad.
Confieso que me parecía un poco peligroso, aún me lo parece, sin embargo, es único en su tipo y por ello aún entretiene a más de un niño.
Mi área favorita era y sigue siendo la de las xerófilas, plantas que tienen una apariencia distinta a las demás, con floraciones que parecen de otro planeta, algunas enormes, en comparación a la planta de donde surge la flor. Esta área estaba además poblada de rocas de distintos tamaños, que contemplaba y comparaba. Eran los tiempos en que leía sobre los distintos tipos de rocas y tenía incluso una pequeña colección heredada de mi mamá.
Foto tomada con iPhone 6S
El área de las orquídeas también me encantaba, pero quizá lo que más amaba del Jardín Botánico, era el silencio propio de la naturaleza, un silencio poblado de sonidos de ramas y hojas moviéndose, y de vez en cuando algún pájaro.
Lamentablemente, por alguna razón, el Jardín cayó en el abandono, por mucho tiempo (desde 1999), abriendo sus puertas recientemente.
De más está decir que apenas me enteré de su reapertura, corrí a reencontrarme con mi bosque citadino, mi bosque adorado de la infancia, pero ahora fui con mi propia familia, con mis hijos, en quienes también sembré el amor por lo verde.
Foto propia
Indudablemente, en ese largo periodo de abandono, muchos árboles sufrieron, sucumbiendo finalmente a la espera de un rescate que llegó demasiado tarde. Por ello, en algunas áreas podemos observar aún grandes promontorios de troncos secos apilados como basura que aún no terminan de remover.
Pero, algunos resistieron, sobreviviendo a un olvido que pudo ser fatal; esos guerreros verdes aun nos arropan con su sombra, con su imponente presencia e historia de lucha.
Algunos están adornados con aglomeraciones de orquídeas que proliferaron con ayuda de los pájaros, y así, contra todo pronóstico, florecen, como espero florezca nuevamente mi país.
Mientras tanto, el Jardín Botánico sigue siendo mi lugar favorito, un refugio verde donde recobro la cordura, donde no siento miedo, donde siembro mi esperanza.
Curarire floreado
Tal como prometí, aquí dejo mis impresiones, mi sentir sobre este sitio tan especial, también dejo un enlace de reseña sobre el Jardín Botánico, y, algunas imágenes para que lo conozcan, sin importar la distancia.
Una florecita en el camino
Todas las fotografias son propias tomada con mi telefono
Cuenta Instagram del Jardín Botánico
Es muy hermoso el jardin, yo estuve alli hace unas semanas
Si, muy hermoso, espero que con el debido apoyo institucional recupere completamente su antiguo esplendor. Saludos y gracias por comentar
Fantástico post!!! Sigue así!!!
Gracias por leerme e inspirarme con esta temática . Saludos
Bonitas fotografías, felicidades! :D
Gracias, trate de seleccionar unas pocas, tengo muchas y en todas hay sonrisas. A mis amigos y familiares les costaba trabajo creer que la locación es en Maracaibo. Saludos.
Me gusta, tienes mi voto al 100.00%
saludos
fair.zombie
Gracias al 100% por el apoyo
De mis sitios favoritos, @arteagaile nos estaremos viendo
Espero conocerte pronto, aprovechando que estamos de varias maneras, por los mismos rumbos. Un abrazo
Hola @arteagaile. Su post del precioso jardín botánico se ha votado por el proyecto de curación de Cervantes "posts de ciencias".
Un saludo.
Muchas gracias por su apoyo! Saludos