El suicidio

in #spanish7 years ago

Alguna vez lo tentó el suicidio; repitió, como
casi todos los hombres, el monólogo de Hamlet
J.L. Borges

Este artículo pudo estar lleno de definiciones teóricas, de formalidades que a fin de cuentas no moverían ningún corazón, pero, mientras transcribo toda la información que fácilmente pueden buscar en la web, muchas personas se suicidan en todo el mundo, por tanto, creo que lo importante es dedicar estas líneas a despertar a todo aquel que pueda ayudar a restar números a esa cifra.

Los números no son importantes, lo importante son las vidas que pueden salvarse.

Cada día perdemos más padres, esposos, hermanos, abuelos, hijos, amigos, vecinos, compañeros de trabajo, alumnos; personas valiosas al fin y al cabo, que probablemente mantuvieron una lucha silenciosa e inconfesable, que necesitaban ayuda y apoyo, que bien pudo empezar por una palabra de afecto o aliento, por un poco de comprensión y empatía, por un poco de compañía, por motivarlos en la búsqueda de algo que diera sentido a su vida. Pero, principalmente, por motivarlos a buscar ayuda profesional antes que sea muy tarde.

Hoy quiero recordarles:

Hay gente que ríe aunque por dentro lleve un inconfesable dolor o tormento (físico o psicológico), hay gente que sonríe aunque los problemas, las dificultades, las decepciones y la desesperación los abrume o atormente llegando a superarlos finalmente.

Hay gente que cumple sus obligaciones, su jornada de trabajo, gente que sirve el desayuno a sus hijos, aparentando tener otro día común y cualquiera, cuando en verdad, viven el último día de sus vidas y sirven una última cena.
Hay gente muy inteligente, capacitada, talentosa, caritativa, que se siente presa, en un laberinto mental, cuya salida no tiene retorno ni deja oportunidad para el arrepentimiento.

"Siempre que por fin me suicido, acto seguido le entran ganas de vivir".
Joaquín Sabina

Hay gente así, en todos lados, en los más impensables lugares, a la vuelta de la esquina, en nuestra propia casa, a veces somos nosotros mismos quienes albergamos este tipo de pensamientos, en algún momento de nuestra vida, como seducidos por esa opción aparentemente más fácil.

¿Fácil? no creo que lo sea, pero detenernos en tales razonamientos tampoco aporta ninguna solución, por el contrario, suma rechazo y señalamiento, es decir, no representa ninguna ayuda para ese amigo, familiar, o vecino, que camina en un límite del cual la mayoría no retorna.

Se lanzó de un edificio por que no conseguia medicamentos

A veces no hay tiempo de nada y justo como describe Lolita Aniyar en el prólogo del libro del Dr. Solano Calles, "Antología del suicidio", el prestidigitador suicida saca su último truco del sombrero, sin advertencia previa ni aviso, dejando desolada la arquitectura social.(Calles Paz, S. LUZ 1983)

Otras veces, deliberadamente ignoramos el padecimiento del otro, anulamos su importancia, le restamos valor y credibilidad, nos dedicamos a señalar y a aleccionar a quien no está así porque quiere o porque lo disfruta; se nos antoja llamarlos malcriados, dramáticos, débiles, como si conociéramos sus adentros, su historia, cuanto dolor han acumulado.

¿Quién nos conformó así,
que hagamos lo que hagamos
tenemos siempre la actitud de quien se va?
Cómo el que sobre la última colina,
desde donde se divisa todo el valle,
una vez más, vuelve, se detiene y
se rezaga,
así vivimos –
despidiéndonos siempre”.
R. M. Rilke


¿Acaso, estás posturas ayudan a quien nos necesita?


Por supuesto que no, y así, mientras nos entretenemos, las ideas se instalan irremediablemente, los planes se consolidan y una vez ejecutados, ya no hay oportunidad de ayudar.

Entonces, el tiempo es fundamental, puede salvar una vida, que puede ser la nuestra en un momento dado, aunque hoy nos parezca impensable.

“Como quien vuelve de un perdido prado yo volví de tu abrazo.
Como quien vuelve de un país de espadas yo volví de tus lágrimas”.
J. L. Borges

La fatalidad y la crisis han puesto a prueba nuestra resistencia mental


En Venezuela, hoy en día, abundan detonadores de estados depresivos; ningún estrato social, raza, sexo, edad, estado civil, profesión, parece estar exenta. Desde la pérdida del empleo, el caos económico, la desintegración familiar, problemas crónicos de salud, la violencia y el acoso en cualquiera de sus escenarios; la injusticia intrínseca de todo lo que estamos viviendo, pueden infundirnos un pesimismo crónico donde la muerte pareciera un mejor panorama, una opción a considerar, un camino que duele menos.

Es fundamental atender las señales tempranas del padecimiento, buscar ayuda profesional oportunamente, pues aunque personalmente considero que debe respetarse el derecho de cada quien de vivir o no, hay problemas, temores, tristezas que con atención, acompañamiento y tratamiento adecuado, pueden superarse, de modo que después parecen nimiedades, pruebas y hasta aprendizajes necesarios, y si no, sencillamente valió la pena intentarlo de cara a decisiones que no admiten duda ni ensayo, son definitivas e irremediables.

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Fuente

Espero desde el fondo de mi corazón, que usen el suyo para ayudar con inteligencia y empatía. Para empezar, recomiendo que le hagan saber a la persona que hoy los necesita, que la quieren, que es valiosa e importante, que no van a dejarla sola ni a rechazarla. Eliminen de plano de su vocabulario, palabras como debilidad o cobardía, pues quizá, aunque no lo sepan, esa persona ha sido valiente por demasiado tiempo.

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Fuente

Por último, espero que tengan la misma convicción y valor que tuvieron estas personas al salvar a un desconocido. Ellos lo intentaron, ¿acaso no merece un ser querido el mismo empeño?

Por lo menos, inténtenlo, quiero animarlos a intentarlo, y si la empresa es demasiado difícil, busquen ayuda, y si al final, el cometido no se logra, nunca tendrán nada que reprocharse.

La compasión nunca es parcial.
La compasión es lo sagrado de todas las cosas vivientes”.
J. Krishnamurti

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IOA.-

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guauu muchas veces las personas no saben lo que la otra tiene en mente, una vez me paso con un conocido, estábamos hablando de lo más normal y lo único que si note era que su mirada de repente se iba hacia otro lado, y regresaba, el hombre al rato se despide de mi y me da la mano, al otro día no lo encontraban, a los 3 estaba guindado e un árbol, a la final el problema fue por la esposa. En realidad no soporto que lo dejaran. Pero si se le hubiese notado algo se salva, pero era muy encerrado no decía nada, y aparentaba ser fuerte.

Ninguna ayuda o apoyo psicológico o psiquiátrico es infalible, ni siquiera la medicación, pero pueden ofrecer mejores oportunidades de recuperación, al igual que el acompañamiento de la familia y amigos. Tal como cuentas en tu anécdota, hay personas que no dan muchas señales, quizá tampoco estamos entrenados para verlas a la primera, pero creo que tomando en cuenta las situaciones que atraviesa la gente, podemos deducir que podrían estar en riesgo de caer en una depresión severa y actuar a tiempo para ayudarlos. Es el caso de las personas que experimentan un duelo profundo por la pérdida de un ser querido, un hijo, por ejemplo, una separación o divorcio, entre otras. Aún intentando ayudar, podemos fallar, sólo quise invitarlos a oponer resistencia a la desesperanza. Gracias por comentar. Saludos.

Es buweno conocer lainformacion del numero preventivo, el problema en este pais, es que se toman las enfermedades mentales como la depresion y estres como bromas, que no existen

Hola, coloqué la imagen de esa línea de ayuda ante emergencias psiquiátricas o psicológicas, como referencia, hay otros. Precisamente, el llamado es a cambiar esa visión empezando por la individualidad, ayudando a la gente que tenemos cerca y nos duele, pues tal como dices, la depresión y los trastornos emocionales son un problema muy serio. Gracias por comentar.

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