Relatos de una Noche: Lo frágil que es la Vida
Quiero compartirles algo que viví en una guardia que realice los últimos días, normalmente no hablo mucho de las cosas que ocurren en el hospital. Pero esta vez siento que necesitaba contarles, desahogarme y ver si se puede sacar una reflexión de esto, porque para mí si hubo y creo que es algo que deba hablarse.
El señor que metieron a quirófano murió.
Sí, estas son cosas que suelen suceder en el hospital y más si es una herida por arma de fuego. Continuamos con la guardia, revisamos unas historias y en eso recibimos una llamada de un conocido, mejor dicho un compañero de clase, un amigo. Al parecer a un familiar de él lo habían ingresado a quirófano y que supuestamente había sido por un disparo. En eso mi amiga me mira, me comenta y no sabíamos que pensar, ni decir, porque ese mismo paciente por el que nos estaban preguntando era aquella persona que subieron a piso a operar y quién minutos atrás te dijeron que había muerto. ¿Cómo haces para decirle a alguien tan cercano que su familiar murió y más por una llamada telefónica? No lo haces al momento, esperas idear con el tiempo una mejor manera de decírselo y que no sea de una manera tan rústica.
El hecho es que nuestro amigo llegó al hospital porque estaba cerca del lugar y apenas se entero de lo ocurrido decidio movilizarse, este amigo conoce bastantes médicos que trabajaban allá, así que le explicarían lo sucedido con su familiar, subió a piso a averiguar, pero al parecer no le dijeron nada, volvió a donde nosotros y sin querer uno de mis compañeros no sabía que él era familiar del herido a lo que cuando él pregunta por el señor, mi compañero respondió que él había muerto, así sin anestesia, tan crudo. En ese momento la cara de nuestro amigo fue de shock y de verdad me dio tanta cosa porque siento que estas cosas hay que decirlas de la mejor manera posible y en este caso no fue así. Son noticias que nadie quiere escuchar. Mi amigo al rato se disculpo y bueno digamos que todo fluyo después del incidente.
Continuamos con la guardia, ayudando con los ingresos, hablando con los doctores, buscándole cosas o llamando a los familiares para interrogarlos. Y suena el ruido de la ambulancia y empieza el desastre. Hora tras hora, emergencia tras otra, llegaron distintos casos y digamos que no todo el mundo tuvo a la suerte de su lado.
Llego un joven de menos de 25 años, quien había sufrido una caída de una altura considerable, al parecer tenia fractura del cráneo, específicamente del hueso occipital, el chico cuando lo revisamos tenia las pupilas totalmente dilatadas (midriasis) no había reflejo fotomotor (es decir que no respondía al estimulo luminoso), tampoco había respuesta a los estímulos dolorosos. A este chico lo intubaron y le colocaron un balón ambu para ayudarlo a ventilar, ya que no había un respirador artificial disponible. Entre todos los que estuvimos en la guardia pasamos más de 5 horas turnándonos para mantenerlo respirando, no podíamos dejarlo allí mientras que los médicos esperaban a que llegaran los de neurocirugía para ver que se hacía.
¿Por qué esperar? Les cuento hay ciertas cosas que algunos servicios no pueden tratar y a pesar de que los cirujanos lo revisaron, su caso era netamente neurológico. Y hasta que no aparecieran los de neuro, quienes estaban operando arriba no podían hacerle nada como tal, solo mantenerlo con vida el tiempo suficiente para que lo revisaran.
Mientras que ocurría todo esto, llego una señora, no sé exactamente en que estado se encontraba pero cuando la fuimos a ver, esta persona no estaba consciente, si respondía al dolor, pero se deterioro muy rápido. Entro en Paro Respiratorio, le realizaron RCP, le colocaron adrenalina y aun así no hubo una respuesta positiva. Creo que lo más triste de todo es que después nos comentaron que esa señora estaba cumpliendo años ese mismo día y que había perdido el conocimiento haciendo su torta de cumpleaños. Esto resonó un poco en mi porque era una señora que vivía sola, al parecer no tenia familiares, ni hijos y morir de esa forma, tan repentinamente, de un momento para otra, que pasaría con ella, nadie se haría cargo de su cuerpo, quedaría en el olvido.
Llegaron muchísimos más casos de emergencias, los residentes estuvieron toda la noche ocupados, operando, atendiendo e incluso hubo cirugías que estaban para ese día que no se pudieron realizar por todos estos casos que ameritaban ser llevados a cirugía. Y estaba también el otro lado de la moneda: avisarle a los familiares de esos pacientes que llevaban esperando bastante tiempo para su operación, de que aun no podían ser operados porque habían casos peores que necesitaban atención urgente.
¿Cómo te debes sentir o como lidias con el hecho de que sabes que tienes un paciente abajo que se está complicando porque aun no lo has podido meter a quirófano? Quedas entre la espada y la pared… no puedes hacer nada. Te llega otro paciente que está en un estado peor y que es cuestión de minutos la atención que le debes dar para salvarlo. ¿Y si no tienes los recursos completos para subirlo?, ¿Y si los del servicio necesario están ocupados operando?, ¿Qué puedes hacer para salvarlo?
Hay muchas cosas que en el hospital se pueden mejorar, la gerencia, los recursos, los equipos médicos, el personal de salud que hace lo que puede con lo que tiene a la mano, quienes son humanos, quienes no han comido, no han dormido; aquellos que tienen que actuar y pensar rápido porque en sus manos cae la responsabilidad de los pacientes hospitalizados; recae la vida de los enfermos.
Quizás si hubiera una mejor organización, más quirófanos, más médicos en la guardia, más equipos, más medicamentos, más instrumentos, se podrían salvar aun más vidas de lo que se hace actualmente.
Ir al hospital de noche por una emergencia es una ruleta de la suerte, si está solo y no hay tantas operaciones te pueden subir rápido al quirófano y no tardarían tanto; pero ¿Y si esta rebosante de emergencias?, ¿Qué haces?, Solo te queda esperar a que se desocupen uno por uno y desear que no llegue otra persona más complicada para que te atiendan. La incertidumbre es un sentimiento tan horrible y tortuoso que vive el paciente y sus familiares, es justamente como me dijo una señora en la guardia:
“Me queda es rezar y pedirle a Dios que no se empeore mi padre”.
Arraigarte a la esperanza de que todo saldrá bien, apoyarte con la religión que practiques y hacerle saber a tu familiar que no está solo, quizás no lo veas tan efectivo, pero es mejor hacer eso mientras que caer en la desesperación.
Solo para morir debemos estar vivos y la vida del ser humano es tan pasajera… tan frágil que de un momento a otro puedes estar respirando y luego te da un infarto; o que estés en tu casa y te desmayes, o que simplemente tropezaste y te golpeaste la cabeza, o como es en el peor de los casos; ibas manejando y tuviste un accidente o un antisocial para robarte te disparo y acabo con tu vida.
Es algo tan delicado, somos seres tan débiles que cualquier cosa puede matarnos y hay ocasiones en que las personas buscan lo que no deben y consiguen casi la muerte.
¿Por qué menciono esto último? Porque al finalizar la guardia vimos como un chico llego con todo el cuerpo quemado, lo único que se salvo fue el área de sus genitales, al parecer fue una quemadura por electricidad y ¿la causa? El chico al parecer estaba intentando robar un compresor de un aire acondicionado.
Necesitaba desahogarme. Necesitaba contar esto y de verdad espero que a alguien le llegue, ya que ver estos casos desde fuera te hace reflexionar y pensar mucho. Pensar en tu familia, en tus seres queridos, en cómo no nos gustaría verlos en una situación parecida y que no puedan recibir la atención que merecen.
Pensar en lo rápido que se nos va la vida, en que un día puedes estar vivo y al día siguiente puede que ya no estes...
Vivan, amen, díganle sus seres queridos lo importante que son para ustedes, vivan honradamente, trabajen, den lo mejor de sí, hagan lo que siempre han querido, vivan una vida en la que puedan decir que están satisfechos porque somos seres tan frágiles que hasta lo mas insignificante puede acabar con nosotros. Y no busquen riesgos innecesarios o el peligro haciendo cosas indebidas porque se pueden arrepentir. Y en la vida hay veces en que no hay segundas oportunidades.
¡Que tengan feliz inicio de semana!
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Hay vivencias que marcan, percibo tu sensibilidad, no es para menos y sobre todo trabajar en un hospital en estos tiempos de crisis.Pero bien, hay un aprendizaje como tú dices, en cuanto a que, la vida es breve, y somos frágiles, por lo que debemos saber comportarnos, para sacarle el mayor provecho a este transitar que tenemos en la existencia. Parafraseando lo que dices en cuanto a la fe que profesemos, si, es la mejor opción, porque la guía fidedigna proviene de Dios; dice su palabra en Salmo 1:1 "Feliz es el hombre que no ha andado en el consejo de los inicuos...su deleite esta en la ley de Jehová". Allí está el secreto de todo bienestar.
Muy buen post amiga, que fuerte lo que se vive en nuestros hospitales, buena y directa redaccion, saludos...
Fuerte tu historia amiga.
Steemians Productivos
La historia de la Venezuela de hoy. Me impactó cada párrafo. Sólo puedo expresar que "Dios no se muda" y que todo pasará. Algún aprendizaje hay detrás de todos estos eventos que estamos viviendo.
Saludos
Definitivamente los médicos como los maestros en este país lo ejercen porque tienen vocación de servicio. Animo que el sol sale para todos, y hay esperanzas del que el mañana sera mejor
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