Canciones beneficiosas en lugar de canciones deprimentes (buenas vibras vs. malas vibras).
Muchos estudios científicos, como por ejemplo los realizados por Jacob Jolij, han demostrado que la música que escuchamos nos afecta, en varios aspectos.
Es cierto, al menos en mi opinión. Yo tengo un estado de ánimo completamente distinto si escucho pop rock, a si escucho blues o jazz, o música new age. Con esto no quiero decir que un género musical sea mejor o peor que otro, solo quiero expresar que cómo nos sentimos, y por lo tanto cómo reaccionamos a lo que nos sucede, también depende, en parte de qué escuchamos.
Por la radio, en los anuncios de televisión, en el transporte público... Incluso en las series o películas, nos bombardean constantemente con canciones o melodías que nos producen estados de ánimo, la mayoría de las veces distintos a los que traíamos antes de escucharlas. Algunas veces son canciones escogidas intencionadamente, para producir un determinado estado de ánimo o una emoción (la música que suena en la mayoría de las tiendas es un ejemplo de esto). Otras veces son canciones seleccionadas por ser populares, lo cual da un mínimo de seguridad a quien decide reproducirla de que a, al menos, una pequeña parte de los que la escuchen les guste (esto suele pasar en el transporte público).
Algunas canciones trasmiten buenas vibraciones por su tonada, que te hace querer bailarla, o por su letra, que te recuerda cosas alegres o porque te ayuda a imaginar cosas felices que podrían suceder, lo que te hace querer cantarla. Por el contrario, hay canciones con melodías deprimentes, que te hacen sentir inseguro, enfadado, asqueado..., o con letras que evocan cosas de ti o de tu pasado que no quieres recordar, o que te hacen figurarte cosas tristes, asquerosidades, catástrofes, cambios negativos...
Aunque también es cierto que los gustos musicales son extremadamente subjetivos, y pese a que lo que una determinada canción o tonada expresan siempre sea exactamente lo mismo, para una persona puede evocar sentimientos o situaciones absolutamente contrarios que para otra (ejemplo: una canción de Adele, como puede ser Hello, a mí me produce una sensación muy agradable en el cuerpo y en la mente, pero a alguien a quien le hayan roto el corazón podría parecerle deprimente, o directamente detestable).
Y, también, una misma persona puede odiar una canción que antes amaba, o viceversa, porque esa persona ha sufrido un gran cambio en su manera de ser, de sentir y/o de ver el mundo.
Mi propuesta desde aquí es que, en lo posible, evitemos escuchar canciones que transmitan con su letra o su melodía (o que nos provoquen a nosotros, aunque las canciones por sí mismas no lo transmitan) estados de ánimo que no queremos experimentar (y aquí puntualizo: eso no quiere decir que evitemos las canciones tristes, porque para hacer determinadas cosas, como por ejemplo escribir una escena de despedida en una novela o en un guión, es bueno escuchar canciones tristes para ponernos “en situación”. Y lo mismo se aplica, si somos personas pacíficas, con el rock o el heavy metal).
>{Es cierto, y de esto me he dado cuenta hace poco, que las canciones sirven muy eficazmente de catalizador y revelador al exterior (desde nuestro inconsciente a la parte consciente de nosotros o de nosotros a las otras personas), gracias a sus letras o a sus tonadas, de emociones reprimidas, las que no queremos experimentar. Por lo tanto, y digo esto sin ningún aval salvo mi propia experiencia (pues no soy terapeuta formada, ni coach titulada..., ni nada profesional de ese tipo), la música que exprese estados de ánimo que no queremos experimentar puede ser beneficiosa para nosotros a largo plazo si tenemos que (o queremos) hacer un trabajo interior de auto-descubrimiento, ya sea de una forma externa (con la ayuda de un profesional del campo, en terapia etc.) o de una forma interna (solos, por nosotros mismos, indagando en qué y quién somos, y en cómo nos sentimos).
Así que, si hace mucho que (por decir algo) no os permitís ser melancólicos, porque creéis que vivir en el presente o en el futuro es lo mejor para vosotros (por un motivo o por otro), quizá escuchar una canción que os recuerde a algo de vuestro pasado sea mejor (a corto o a largo plazo, depende de muchos factores que no voy a mencionar) para vosotros que escuchar una que os hable del presente, de cómo sois ahora, de que "el futuro no existe y el pasado ya se fue" (entre otras cosas), o del futuro, de lo que vais a hacer, de cómo vais a ser...
Pero, si no tenéis nada importante que queráis exteriorizar o no hay cosas internas que tengáis que trabajar, seguid leyendo desde el párrafo anterior a los "brackets rizados". En el siguiente párrafo continúo con la idea de la propuesta que os hago.}<
Si, por ejemplo, no queremos que nuestro/a novio/a nos deje, no es buena idea estar todo el día escuchando canciones que hablen de soledad o de separación.
Y, en lugar de eso, propongo que escuchemos canciones positivas (salvo que, como indico arriba, vayamos a hacer algo para lo que sea beneficioso escuchar otro tipo de canciones); que exalten ciertos aspectos positivos de nosotros mismos, que, por uno o por otro motivo (por la letra o por la tonada) nos hagan sentir bien, que expresen cómo queremos ser, dónde queremos vivir, alguna cosa o algún objetivo que queremos conseguir...
¡Probadlo!
A mí me ha funcionado; me levanto cada mañana con más energía, a veces más feliz, a veces más pacífica, a veces con una mayor determinación, a veces más inspirada... Y siempre, SIEMPRE, veo la vida mejor después de escuchar alguna canción positiva.
Si no sabéis qué canciones son esas, o si no se os viene a la mente ningún ejemplo, buscad por internet “canciones motivadoras”, “canciones inspiradoras” o “canciones felices”.
De todas formas, pronto haré aquí en Steemit una lista con mis canciones positivas favoritas, las que tengo en mi playlist.
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