¿Hacemos lo que amamos?
Dicen que la felicidad no es una meta, sino el camino de la vida. Entonces, ¿cuál es la meta?
La meta debe ser también aquella que al cumplirla uno sienta satisfacción y felicidad. El camino y el destino deben hacernos sentir bien por igual, aunque no todo sea color de rosas siempre, claro está. Lo más difícil de lograr produce una satisfacción mayor al final. Existirán obstáculos que no son más que oportunidades de mejora y/o aprendizajes necesarios para llegar a nuestro objetivo.
Sin embargo, todo esto son palabras. Pensemos en cada uno de nosotros. ¿Estás haciendo o viviendo lo que de verdad amas y te hace feliz? ¿En tu trabajo, carrera profesional? ¿Eres feliz de verdad con tu pareja? ¿En qué gastas tu tiempo libre?
Son simples preguntas que denotan todo nuestro futuro. El ahora es lo que podemos moldear para construir un futuro y un pasado a la vez. No debemos conformarnos con menos de lo que nos merecemos. La vida corre ante nosotros y no nos damos cuenta sino cuando ya ha pasado lo mejor.
Cada etapa de nuestra vida es digna de disfrutar al máximo, y para eso, debemos amar lo que hacemos. De esta manera la rutina no se ve tan mal.
Es verdad que no siempre lo que consideramos que queremos, es ciertamente lo que queremos. Ejemplo, esa carrera universitaria que pensabas que era para ti, y resultó no serlo. ¡Pero no hay nada de malo con probar! No es un fallo, al contrario, es un paso más cerca de hacer lo que queremos. Nunca es tarde para encontrar ese móvil de nuestra vida.
Al ir a tu trabajo todos los días, ¿te sientes atrapado en un bucle de tiempo, o disfrutas aprender y esforzarte? Estas cosas son las que hacen la diferencia. Las que al final del día te hacen sentir tranquilo, y te impulsan a un nuevo día.
Existe un buen dicho que dice, con palabras más o menos, que lo ideal es tener una vocación, una profesión, un oficio y un hobby.
Una vocación es aquella inspiración o interés que mueve ese sueño o proyecto de vida. Por ejemplo, alimentar animales callejeros.
Una profesión es aquel título de grado superior al cual te dedicas para poder generar ingresos para poder vivir. Ejemplo, Administrador de Empresas.
Un oficio es una actividad laboral que no requiere de un previo aprendizaje, sino más bien de uno experimental. Por ejemplo, hacer manualidades o postres.
Y por último, un hobby es aquella actividad que se realiza por placer en nuestro tiempo libre. Por ejemplo, hacer ejercicio.
Cabe destacar que otro ideal es conseguir actividades que fusionen las anteriormente. Un oficio que sea tu profesión, o un hobby que sea tu vocación, por ejemplo. Todo esto hará que puedas compartir tus habilidades y deseos en distintas actividades, en las cuales puedes ir creciendo, tanto en dicha labor como personalmente.
Es válido reiterar que no es fácil conseguirlo todo, pero que el logro se encuentra en los intentos.
Así que te recomiendo que te plantees la siguiente pregunta: ¿Estoy haciendo de verdad lo que amo? Y actúes respecto a eso. Recuerda que aunque la felicidad es el camino, la meta es la que impulsa la creación de dicho camino, así que elige muy bien esa meta, y crea tu destino.
Fuente de imagen: https://principiodeuncomienzo.wordpress.com/2014/07/20/camino-a-la-felicidad/
Tus palabras no podría ser más acertadas y oportunas. ¡Gracias por compartir esa reflexión y por recordarnos que debemos siempre ser felices con lo que hacemos!
¡Gracias a ti por leerme, y comentar! Espero que les sirva de ayuda.