El reloj de nuestras vidas
Qué curioso cómo funciona el tiempo. A veces coincide con tus deseos, a veces se adelanta o se atrasa, otras ni siquiera llega el momento. Y ahí estamos, intentando adaptarnos a él, para estar lo más a gusto que podamos.
El problema está cuando queremos que el tiempo se adapte a nosotros. Que lo que deseamos ocurra ya, y que esté en nuestras manos que suceda.
El 2020 fue el perfecto ejemplo de que el mundo hace lo que quiera, y nosotros debemos resolver detrás de ello. Cuántas metas se modificaron, tergiversaron, se cancelaron por una nueva pandemia en siglo XXI, pero también otras que nunca se habrían podido lograr surgieron. Sin embargo, nos enfocamos en las que no pudieron ser.
Otro ejemplo muy común, y mi razón de este escrito, es en el amor. Qué complicado es coincidir. Tantas variables para que una relación tenga éxito. Cada persona tiene sus propios tiempos. Qué mágico que ambos tiempos coincidan, y que ambas personas así lo quieran. Es alucinante, si lo piensas, cuántas cosas deben cuadrar para estar con ese ser que tanto amas. No solo querer, es poder. No es totalmente cierto eso de “el amor todo lo puede”. Son otras mil cosas que influyen. Coincidir en tiempo es algo que nunca podremos controlar. Solo rogar que así ocurra.
Algo que pensabas que era “destino” resulta ser una novela bien complicada donde resultan muchos desastres. Pero con todo y eso, no te rindes.
Aquí empieza lo peligroso, desear algo con tantas fuerzas, que no te percatas de las probabilidades de que suceda. Ya que no está en tus manos, y solo vas caminando, esperando a que el gran milagro ocurra, con el corazón arrugado en tus manos. Con un altibajos de emociones, donde a veces sientes que en cualquier momento podrá llegar, y otras simplemente te intentas convencer de que no sucederá, que te dejes de engañar a ti misma. Quizá ese tiempo ya se agotó... ¡Vaya tela cuando eres terca! Y perder es lo último que aceptarías. Y vuelves a vivir de recuerdos, con nostalgia, y se repite el ciclo.
Dicen que el tiempo todo lo cura. Impresiona cuando hay cosas que ni el tiempo puede borrar. Amor genuino, que ni el tiempo ni la distancia lo disminuye… El amor no todo lo puede, pero sí mueve montañas. Y esperas que tu camino se tope con esa montaña que podrías mover y que del otro lado este lo que tanto anhelas.
¿Llegará? El tiempo lo dirá.