Cumi y Rainbow | Cuento

Cumi era una niña de tan poca edad, pero con muchas ilusiones y esperanzas en la vida. Era una niña alegre, siempre sonriente, una mirada que reflejaba aquel amor del cual muchas personas en el mundo esperan tener para poder ser feliz.

Esta hermosa niña tenía una gran familia, la cual le daba el más sincero y hermoso cariño y afecto llenándola de mucho amor. Cumi era muy feliz, pero su familia ocultaba un gran secreto sobre ella.

Un día sin querer Cumi se adentra en una especie de bosque que tiene un riachuelo, para su sorpresa en él se encuentra Rainbow, un ser mágico. Rainbow era una muchacha joven, un hada que vivía allí desde hace muchos años, pero no se había dejado ver por nadie. Cumi ha sido afortunada al acercarse al riachuelo y verla.

Ellas comenzaron a conversar y rieron por y de cualquier cosa. Las dos se sentían muy felices, se olvidaron del mundo por completo. Rainbow ya no sentía tan sola, y Cumi tenía una amiga al fin. Al pasar el tiempo Cumi y Rainbow fueron conociéndose muchísimo más y fueron fortaleciendo su amistad.

Pero, Rainbow vio en Cumi algo que no pensó, ni esperó ver nunca: Muerte. Cumi no viviría por mucho tiempo y ella era la que podía salvarla, pero al hacerlo también acabaría con su propia vida.

Cumi en un atardecer va al riachuelo a encontrarse con Rainbow quien sentía miedo de verla. No quería ver a Cumi y recordar lo que vio aquella tarde de juegos y risas. Cumi la llamaba para contarle de una mala noticia. Su familia la había llevado al doctor porque se había enfermado inesperadamente, pero solo había sido una leve fiebre. Los familiares sabían lo que venía, después de esa fiebre. Ellos sabían de la enfermedad que tenía. Asustada, Cumi corre hacia su mejor amiga Rainbow a contarle todo.
Rainbow aparece frente a Cumi llorando, y Cumi le pregunta:
—¿Qué tienes Rainbow?
—¡Nada, solo me entere de algo que jamás pensé que pasaría!

Cumi le cuenta todo lo que le paso, con lágrimas en los ojos.

—Ya sabía lo que te paso, recuerda que soy un ser mágico.

Cumi se sorprende ante la respuesta de Rainbow.

—¡¿Cómo?! ¿Lo sabías todo este tiempo y no pudiste decírmelo?

Rainbow, entristecida, no supo que responderle a Cumi. Solo la miraba a los ojos, sin evitar tener tristeza. Cumi molesta accede a pedirle un deseo a Rainbow porque ella era un ser mágico y sabía que podía cumplirle cualquier deseo.

—¡Quítame lo que tengo!
—¡No puedo porque morirías! –le grito.
—¿Cómo que podría morir? –pregunto Cumi con mucho más asombro.
—-¡Por qué fui creada por ti, solo por ti! Porque te encontrabas sola y sin amigos, a pesar de ser una niña que tiene el amor de su familia. Si te curo no solo morirías tú, también moriría yo porque fui creada con la esperanza que tenias.

Cumi acepta la condición de Rainbow si la curaba a pesar de que Rainbow desaparecería y ella quedaría sola.

Rainbow le pidió a Cumi grabar su nombre en una piedra cerca de riachuelo, en la misma donde siempre jugaban y que al atardecer de ese día, ella la curaría de su fiebre y de la enfermedad que ella aún no sabía.

El atardecer llegó, Rainbow y Cumi estaban paradas frente a frente en la piedra donde ambas se conocieron y se hicieron grandes y mejores amigas, el mismo lugar dónde compartieron por tanto tiempo.

Las últimas palabras de Rainbow hacia Cumi fueron:

—Perdóname por no decirte la verdad, pero a veces, la vida es injusta con algunas personas tan maravillosas como tú y que tienen mucho por vivir. Yo no quería acabar con la felicidad que tenias por la vida. Hoy bajo este atardecer te pido que no me olvides y vengas al riachuelo como siempre lo haces. Pueda que ya no este, pero nuestros recuerdos y nuestra amistad permanecerán grabados en esta piedra. ¡Adiós Cumi!

Esa fue la despedida de Rainbow, mientras desaparecía con el atardecer. Cumi entró en un sueño por un par de horas. Cuando se despertó estaba un frente a la gran roca, frente a un hermoso dibujo grabado en ella. Una joven hada y una niña a su lado entrelazadas por un arcoíris. No supo quienes eran los personajes dibujados ni quien las había dibujado, pero sintió una alegría y una tristeza al mismo tiempo cuando puso su mano junto al dibujo.

Pasaron muchos años antes que Cumi volviera al bosque. Cuando lo hizo noto que aún la piedra con el dibujo. Volvió a poner su mano junto a él y así fue como recordó lo ocurrido. Hoy, 10 de mayo, se cumple 30 años de haberse sacrificado Rainbow por la vida de aquella joven mucha, mi pequeña Rainbow Sunset.

—Abuelita Cum, ¿y el hada nunca más volverá? Me gustaría conocerla.
—Cada vez que veas tu propio reflejo, mi niña, verás una parte de ella.