Mi nombre es Luz. (Primera parte)

Era una palabra perfecta, para definir cómo me siento en este momento.

En una “habitación” claro, si se le puede llamar así, cuatro paredes oscuras y una cama que parecía más dura que el suelo, creo que el suelo sería más cómodo en estos momentos.

Me llamo luz y esta es mi historia, donde no todo es un cuento de hadas, donde el príncipe no rescata a la damisela en apuros, quisiera creer que es así, que mi príncipe vendrá a salvarme, pero me estaría sumergiendo en un mar de mentiras y lo único que me despertaría seria mi cruel realidad.

Y pueden creerme cuando les digo, que mi vida es todo lo contrario a mi nombre…

_ 2 semanas antes…

Me encontraba caminando con mi mejor amiga por las grandes calles de los Ángeles, era tarde y todo estaba solo.
Maggie me convenció de ir a uno de esos clubes nocturnos, ni siquiera sé cómo nos dejaron pasar si somos menores de edad, pero con todo este maquillaje cualquiera pensaría que tendríamos 19 años cuando en realidad era 16.

_ Cuando logramos entrar a mi casa ya eran aproximadamente las 2 de la madrugada.
_ Mier.. mi madre me matará – Dijo Maggie con una mueca 😉.
_ No dejaré que te vayas, sola es tarde, déjame buscar ropa y hacemos una especie de pijamada.
_ Bien, entramos a la casa cerrando la puerta detrás de nosotras.
_ ¿Como es que tus padres, nunca están en casa? – Me pregunto mi amiga, sentándose en uno de los sillones de la sala.
_ Siempre trabajan y me dejan sola…, en fin, si quieres puedes, espérame aquí – le dije dirigiéndome hacia la escalera.
_ Bien, sabes que mi paciencia es muy limitada.
_ Solté una carcajada – gracias por recordarme el primer día que nos conocimos y me dejaste plantada, sabes, tuve que hacer el proyecto sola.
_ Ella también se rió 😊 – mueve tu gordo y plano trasero antes de que me vaya sin ti. Sonreí negando con la cabeza, subí las escaleras hasta mi cuarto.

Abrí la puerta y encendí la luz, me dirigí al armario y saqué un pequeño bolso donde metí mis converse favoritos, una camisa y mis mezclillas, cerré el bolso y me dirigí a la puerta con él en la mano.

Me detuve en seco cuando escuché un grito agudo desde la planta baja.

Escuche a alguien subir las escaleras, lo hacia con mucho cuidado como si supiera, que hubiera alguien más dentro.
Cuando logré reaccionar cerré la puerta y apague la luz, agarre un pequeño adorno de vidrio que me regaló mi tía en mi cumpleaños número catorce y me escondí debajo de la cama.

Cuando logré recapacitar había olvidado cerrar la puerta con seguro.

_ Idiota – me susurre a mi misma golpeando mi frente.
No pasaron más de veinte segundos abrieron la puerta con mucha sutileza.
Vi por debajo de la cama sus pies viendo detrás de la puerta y le agradecí a todos los seres religiosos cuando vi sus pies dirigirse al armario.

Cuando me aseguré de que estuviera lo suficientemente distraído Sali de mi escondite y lo golpee con todas mis fuerzas, con el objeto entre mis manos. Tanto fue la fuerza que se había partido en miles pedazos produciendo un sonido sordo.

Sali de mi habitación lo más rápido que pude escuchando los quejidos de dolor de mi atacante que se retorcía en el piso tocando su cabeza.

_ Maldi.. – fue lo único que escuche de sus labios antes de salir de ahí.
Baje las escaleras lo más rápido que pude cuando logre llegar a la cocina agarre el teléfono y marque el número de emergencia.

• Un pitido, dos pitidos – policía de los Ángeles, cual es su emergencia?
  _ Yo…, po – por favor vengan rápido, un ladrón entró a mi casa, y traigan una ambulancia creo que mi amiga no está bien – dije con la vista nublada por las lagrimas y mirando hacia todos lados.
  _ Por supuesto mantenga la calma y dígame su dirección.
  _ Cueeelgaaa el teléfono.
  _ Me quedé helada cuando escuché una voz detrás de mi y algo frio que se posaba en mi nuca.
  _ Hola…, ¿señorita sigue ahí?
  _ Te he dicho que cuelgues el teléfono – dijo el hombre de tras de mi levantando un poco la voz.
  No fui capaz de moverme, estaba en un pequeño trance, causado por el miedo, me arrebataron el aparato entre mis manos y escuché un pequeño piii que significaba que había finalizado la llamada.
  Continuará…

Voten y comente para una segunda parte... Los quiero