Reflexiones cotidianas: Rubik
Mientras estaba en el vagón del metro de mi país, Venezuela (quienes viven allí saben el desastre que puede ser el metro de Caracas), observé a un chico con un cubo rubik, intentando organizarlo con mucho esfuerzo, uno de los lados estaba casi todo blanco pero tenia una pieza azul, seguía y seguía y mientras más movia las piezas el lado blanco se desdibujaba más y más, sin embargo empezaba a verse el orden en los otros lados de colores del rubik.
Y eso me hizo pensar: ¿Es que acaso la vida es como un cubo de rubik desordenado? Las personas intentan darle orden y estabilidad a cada uno de los lados con los colores correspondientes pero mientras arreglan un lado, el otro se desorganiza... ¿Acaso no puedes tener estabilidad en todos los aspectos de tu vida? ¿Siempre tiene que estar algo desordenado? Pero es que si no lo está ¿qué hariamos? ¿cuál sería el proposito? Tener un rubik en orden no tiene sentido, sería aburrido. Ahora, ¿a cuál de los lados deberiamos darle prioridad? Pues estar en un constante desorden no es lo ideal. El amor, el trabajo, la familia, los estudios, la recreación... a mi parecer todos son prioridad.
La conclusión a la que llegué luego de pensar esto (para no hacer esta nota más profunda o larga) es que lo importante no es el orden del rubik, no importa si uno de nuestros lados esta perfecto y los otros lados no tienen ningún color definido. Creo que sinceramente lo importante es hacer el esfuerzo para seguir organizandolo, ese movimiento, ese constante cambio, esa transformación continua, hace que crezcamos mucho más aunque todos nuestros lados no tengan un mismo color.