Las últimas páginas de mi vida

Nunca deja de impresionarme la gran variedad de libros infantiles que existen, y a mis 23 años, no he dejado de disfrutar leerlos (creo que eso no pasará). El primero de estos que leí y obviamente el que más amo fue **"Harry Potter y la Piedra Filosofal"**, pero también leí otros a los que le tengo mucho cariño, como **"El País de los Pitigrundos", "El Pequeño Nicolás", "Momo"**, etc. Lo que más me gustaba de leer, además de la historia en sí, era encontrar palabras desconocidas. No sé porqué, pero me divertía muchísimo ver palabras nuevas y correr al diccionario a buscarlas, aunque la mitad de las veces no entendía la explicación y terminaba preguntando el significado a cualquier adulto inteligente que estuviera cerca (mi mamá, la mayoría de las veces).

---

Ahora, casi 20 años después de que aprendí a leer, sigo disfrutando muchísimo los libros infantiles. A comienzos de este año descubrí a Andrea Ferrari, y su libro "Las últimas páginas de mi vida" es de lo mejor que he leído en mi vida . Un poco antes había leído "El complot de las flores" de esta misma autora. Me gustó, pero le faltó algo para enamorarme. En cambio, esta historia tuvo ese poquito que le faltó al anterior, y muchísimo más.

El libro básicamente trata sobre una biblioteca que se va a quemar y el pánico que se apodera de todos los libros que la conforman cuando se dan cuenta de lo que va a pasar.

"Entre nosotros la tensión se volvió insoportable. La biblioteca entera estalló en un griterío terrible, mezcla de insultos y lamentos. No importaba que Miguel no nos oyera: cada uno le deseó, según su propio estilo, lo peor que se le ocurría: "Despertarse convertido en insecto!", gritó uno. "¡Una nariz demasiado grande!", clamó otro. A eso siguieron más y más maldiciones: un amor imposible, una madrastra malvada, mil y una noches de temor, una terrible joroba en la espalda, un lobo feroz en el bosque, cien años de soledad."

Me parece una idea maravillosa que los libros sean los protagonistas. Leer sus "pensamientos" que van mucho más allá de lo que plasman sus páginas, se me hace una cosa preciosa. Entender su desesperación por no poder hablar o moverse, querer leerlos a todos para que se sientan lindo. Quizás a alguien que no ame en serio a los libros esta historia podría parecerle una estupidez, pero a mi me encantó. Además, aprecio mucho como la autora logró darle vida a objetos que en el mundo real son supuestamente inanimados.

Me quedé con ganas de más, ya que siendo un libro para niños, tiene pocas páginas y letras muy grandes. Me tomó 45 minutos leerlo y me rompió el corazón cuando se acabó, no porque sea triste, es solo porque apenas lo terminé sentí lo mucho que lo iba a extrañar. Ojalá pudiera borrarlo de mi mente y leerlo de nuevo, por primera vez.