Esclava por ignorante

Me despertó un sonido en los alrededores de mi residencia, solo pretendía tomar una siesta de un par de horas pero un vehículo había aparcado frente a mi hogar y el sujeto que bajaba de él era algo peculiar.

Me asomé al balcón para observar quien llegaba y para mi sorpresa, un hombre alto y fuerte sonreía a la puerta, con una mirada perdida que no dejaba de ponerme los pelos de punta. Era sombrío de cabello alborotado y rostro anguloso, vestía ropa negra incluyendo unos guantes.

Me quede en rotundo silencio mientras tocaba mi puerta, jamás lo había visto en mi vida y su insistencia era cada vez más aterradora, teniendo en cuenta que vivía en un pueblo montañoso y que mi vecino más cercano se encontraba a 1.3 Km de distancia, lo único que me quedaba era averiguan que quería.

Me acerque a la puerta y mientras miraba por la mirilla le pregunte ¿Que desea? pero su respuesta fue nula, solo me devolvió una mirada penetrante acompañada de una sonrisa mucho más siniestra y perturbadora que la anterior, por lo cual de golpe cerré la puerta con los dos seguros de emergencia que tenía.

Su cara cambió, ya no era fingida intentando ser amable, en su rostro apareció na sonrisa cínica con una mirada calculadora, que me hizo entender inmediatamente que buscaría otra manera de entrar a mi casa y mi pánico creció.

De repente comenzó a correr hacia la parte de atrás de mi casa, era obvio que buscaría la puerta trasera por lo cual mi instinto hizo lo mismo y al llegar a ella cerré con doble seguro y una silla.

Cuando levanté la vista a la ventana borrosa de la puerta, su rostro estaba ahí, sonriendo y como adivinando mis pensamientos soltó una carcajada y salió corriendo, mientras mi mente calculaba cuál podría ser su próximo plan, pensé en las ventanas, pero para mi suerte, todas tenían rejas de hierro que odie desde un principio cuando compre la casa, cosa de la que hoy me encontraba agradecida.

Me puse helada cuando pensé que había dejado la puerta hacia el balcón abierta de par en par y con teléfono en mano intente llamar a la autoridad mientras corría hacia las escaleras, intente un par de veces que contestaran sin éxito hasta que llegue al balcón y cerré la puerta con el corazón envuelto en un manto de miedo y esperanza.

En ese momento llamé a mi vecino, quien contestó al tercer intento y le grite desesperada que me ayudara, que un hombre intentaba entrar a mi casa, justo cuando oí que golpeaba insistentemente la puerta que daba a mi balcón, la cual contaba con un marco de metal pero que en su mayor parte constaba de vidrio y que carecía de protección puesto que la había retirado 3 meses atrás para disfrutar mejor de la vista.

No tenía opción en pocos minutos conseguiría la manera de abrirla y dudaba que mi vecino tuviera la capacidad de llegar antes que eso sucediera, por lo cual corrí hacia la planta baja y busque refugio en el último cuarto que consideré que inspeccionará, el cuarto de mis padres, quienes habían salido de viaje hace algunos días. Su ubicación en mi casa era ideal pues seria la ultima que encontraría desde la escalera. No obstante tome un poco de tiempo para cerrar con llave las 3 puertas de los cuartos que existían en la planta baja.

Al cerrar la puerta del cuarto donde estaba, sentí el sonido del vidrio cediendo y me metí debajo de la cama de mis padres en posición fetal, justo pegada de la pared, si todo funcionaba bien, llegaría primero mi vecino antes de que él me consiguiera.

Oí cada una de las puertas de los cuartos romperse y como las recorría y reía al no encontrarme, mientras más cerca estaban sus risas, peor se encontraba mi corazón, le había tomado menos tiempo del que yo pensaba abrir cada puerta y llegar hasta la de la habitación donde estaba.

Cuando entró su carcajada hizo que mi corazón se parara, caminó muy lentamente hasta llegar al escaparate y dijo -Hermosa ¿estás aquí?- luego de abrirlo y resolverlo soltó otra carcajada diciendo -No, obviamente no estás aquí-.

Fue hacia el baño e hizo el mismo procedimiento, sentía que estaba jugando conmigo, sentía que ya sabía donde estaba y que sus juegos eran solo para que su placer por mi temor aumentaba.

Luego se puso al lado de la cama y mientras reía decia -Se que estas aqui hermosa, ven a jugar conmigo-.

Me quede callada e inmóvil, rogando que la falta de luz fuera suficiente para que no diera conmigo, hasta que sentí sus manos en mis piernas y me jalo de ellas, comenzó a besarme y a tocar mi cuerpo, desgarrando mi ropa entre cada intento de quitarme de sus manos.

En un momento logró agarrar mis manos e inmovilizarme con una especie de cuerda que traía, sentía como su cuerpo me asfixiaba mientras lograba quitar mis bragas, se quitó los pantalones y grite fuertemente por ayuda hasta que sentí como me penetro...

Desperté nuevamente con mi pecho sobresaltado y considerando seriamente volver a colocar las rejas de protección en la puerta del balcón.

^{Nota: La imagen Mujer esclava fue editada mediante el programa Photoshop cc 2018.}