Cómo es común en las tardes, me encontraba en casa de mi abuela, haciéndole la visita dado que está viejita y toca turnarnos para que nunca esté sola.

Me encuentro con mi hermano en la mesa del comedor tomando el café de las cinco, cuando llega mi primo. Saluda, se sirve café al tiempo que lanza uno de sus chistes malos y seguimos hablando mientras se sienta en la mesa.

- Si pero toca ver que ofrecen.

Otro rato más de conversación casual, y de repente suelta.

- Si y a mí me cosieron el cu...

Me muestra la foto desde el celular, porque como tenía mangas largas no se le podían ver los brazos, con la intención que mi abuela no lo viera para no ponerla nerviosa.

- Que bolas de pana que sí, pa esa vaina no vas más así en el peorro trabajo ese te ofrezcan lo que sea.

Quedé con la indignación, el susto, la impotencia y la rabia. Pensando que gracias a Dios no le pasó algo peor como le pasa a muchos.