En esta oportunidad comparto un contenido muy significativo para mí, hace casi dos años tuve la oportunidad de asistir a un viaje misionero donde debía prestar mis servicios de Bioanalista (profesional de la salud encargados de realizar pruebas de laboratorio para ayudar al diagnóstico de enfermedades), les confieso que tuve un poco de miedo porque no sabía con qué me enfrentaría en ese lugar.

Cuando estás acostumbrado a ejercer tu profesión en tu zona de confort sin peligro alguno pareciera ser lo normal, pero personalmente me gusta ir más allá donde está realmente la necesidad y así fue como emprendí este viaje, solo con una maleta de instrumentos y reactivos comenzó mi misión.

Al llegar al lugar rápidamente pude conectarme con las personas del lugar, junto con un grupo de profesionales de la salud y de otras áreas, hicimos un gran equipo, entre el espectáculo de paisajes, viaje sobre el río Orinoco y algo de peligro entendí que somos creados para servir. Es lo que amo hacer, fue impresionante como en tres días de trabajo no paraban de llegar las personas para que les realizáramos exámenes, entre parasitosis y el diagnóstico de malaria transcurrían los días. El gran pago fue ver rostros felices al poder recibir medicinas gracias a los diagnósticos que realizamos, no cambiaría por nada esos días.

Sin duda una de las mejores experiencias de mi vida, te invito a que tu vida se enfoque en servir a otros con lo que has aprendido a hacer. Dios es mi razón de ser y todo ideal que ahora persigo es gracias a la gran transformación que ha hecho en mi vida, el ha cambiado mi lamento en baile y gracias a El hoy soy una motivadora y madre de muchos niños que aunque no lleven mi sangre son mi inspiración, es una decisión convertirse en verdaderos agentes de cambio.