A pesar de las adversidades mantienen viva la alegría- Leprocomio

Al llegar,siempre nos recibía el personal obrero y administrativo. Los médicos se regocijaban, al vernos traerles los medicamentos, las religiosas muy contentas por la labor que realizábamos con ellos y estos a pesar de tener dicha enfermedad nos recibían con mucha alegría, cantaban con nosotros, bailaban, se reían y lloraban de emoción al ver todos esos regalos que les ofrecíamos... sin duda estos momentos te marcan el alma.

Una de las primeras cosas que nos impresionaba al llegar al lugar era el estado en que se encontraban, unos estaban ciegos, a otros les faltaban las manos y piernas, algunos tenían la enfermedad muy avanzada y les faltaban los dedos de las manos, partes de las orejas, en pocas palabras era muy doloroso ver la situación en la que se encontraban y a pesar de eso nosotros siempre manteníamos nuestra alegría que nos caracteriza como jóvenes.

Presenciábamos el dolor que estos sufrían cuando les curaban sus heridas, era horrible verlos gritar de tanto dolor y que su única calma era al irse a dormir.

Gracias a la vacuna que descubrió el Dr. Convit ya su lepra estaba controlada y nosotros los que lo visitábamos no teníamos nada que temer pues ya su lepra no se nos contagiaría.
Hoy en día solo quedan unas pocas de ella y de la lepra cada día sufren menos personas, gracias a la hermosa labor y a este gran descubrimiento. Sin embargo muchos de los enfermos de los que nosotros visitamos ya han partido al cielo donde les espera una mejor vida y en el hospital solo quedan cinco pacientes de trece que visitábamos en los primeros días.

La alegría que se respira al ir a visitar a esos hermanitos esta mas allá de las necesidades y precariedades en las que viven, porque en un simple gesto de amor hacia ellos les eleva como si vieran al mismo Dios, ellos olvidados en ese hospital solo necesitan de la comprensión y el amor de quien los visita y a veces solo con poner la oreja y escucharles es símbolo de alegría tanto para ellos como para nosotros. Dios en sus parábola sobre las obras de misericordia habla sobre lo que ganamos al visitarlo cuando esta enfermo y hace constar que esa visita se la hacemos cuando visitamos a un hijo suyo.