Julieta Victoriosa (Capítulo IV 2 parte)
La tentación es roja parte 2
Bálsamo de fuego en sus labios
imperdibles las melodías en su interior,
a paso lento vamos a su lugar
donde podré conocerla en su esplendor.
Las calles resaltan por oscuridad
las casas que se aprecian no son buenas,
no es el mejor ambiente para ella
el deseo de llevármela recorre mis venas.
No temas a rostros desconocidos
no de lo que son capaces,
respetan mi presencia con cautela
saben de mis miradas audaces.
Perdiendo el temor mas vago
sigo sus pasos hasta la esquina,
una casa con portal blanco,
plantas con agua cristalina.
Mas de una vez visité la luna
su azul llenaba el vacío en mi pecho,
esta noche solo quiero poseerla
a querer de nuevo tengo derecho.
Al entrar por su puerta de madera
no diviso la paz que adorna los hogares,
¿no llevas mucho viviendo aquí? pregunté
soy mujer que gusta de otros mares.
He venido a la ciudad por un pedido
estaré satisfecha cuando lo cumpla
la tranquilidad llegará a su oído,
la venganza y la paz son buena dupla.
Sus palabras atacan el ahora
venenosas como piel de serpiente
sepa que también estoy aquí por un pedido
el de mi alma por recorrer su cuerpo ardiente.
Tan directa la flecha de mis palabras,
que ella me ve de forma distinta
se aproxima hasta mi y me dice,
tu deseo de carne quedará extinta.
Mas rápido que la lluvia al caer
siento sus labios al son de los míos,
la aprieto contra mi con lujuria
ella retrocede sin dejar suspiros.
Sé que la pasaremos bine a solas
no dudo de tu capacidad para amar
pero antes disfrutemos de un buen vino
seduce los cuerpos en altamar.
Acepto la copa sin negarme
un sabor amargo de frutas combinadas,
la petición de una dama antes de entregarme
el cáliz perfecto de caricias mimadas.
Sublime belleza me empuja a su cama
las ropas nuestras se hacen a un lado,
nos envolvemos de la piel a las entrañas
perseguimos el éxtasis anhelado.
Entre acto y acto de amor
noto que su sonrisa sigue adelante,
la combinación de mi piel y su calor,
terminan en un remolino hilarante.
Se levanta Julieta satisfecha
mis sentidos no reaccionan como lo esperado,
da la media vuelta y me observa
un dolor en mi pecho me ataca disimulado.