Cuando la lógica funciona aun estando “patas arriba”

in #spanish7 years ago (edited)

Cuando un estudiante se dispone a estudiar alguna carrera y entonces ve que en el plan de estudios que le tocará cubrir, aparece la materia “lógica”, no siempre se alegra; no siempre se entusiasma. Esto ocurre en las carreras asociadas con la matemática. Habría que agregar que cuando un libre lector de la prensa convencional o de las redes sociales, ve un artículo que trata el asunto de la lógica, pues a lo mejor le ocurre lo mismo que a los estudiantes. Y si –por suerte- se anima este lector, a lo mejor lo que más busca sea pulsar su frescura en materia de ordenar correctamente el pensamiento.

Ese carrasposo fenómeno tiene que ver con muchos elementos. Uno de ellos es que normalmente los programas de instrucción, propios de esta asignatura, son hechos por profesores de matemática. Es más, quienes se atreven a escribir en los medios sobre lógica suelen ser profesionales de esta ciencia de números, corchetes y raíces cuadradas. Paradójicamente no vemos que de esta temática se ocupen profesionales como psicólogos, sociólogos, psiquiatras, filósofos del conocimiento-lenguaje (gnoseólogos), pedagogos, en fin…

Pienso que esto constituye algo así como una tragedia educacional y, más allá de esto, una desventura cultural generalizada. Dicen por ahí que “el que tiene destreza con el martillo, todo lo ve como si fuera un clavo”. Y esto tiene mucho de verdad. Los que ven la enseñanza de la lógica (y los articulistas de esta temática) a tenor de esta monovidencia tradicionalmente instalada en la matemática, suelen colocar todos los huevos en la cesta de tres enfoques, y nada más. Estos enfoques son, sin más, las tres leyes genésicas de un específico modelo de pensamiento. Modelo de pensamiento dado por llamar preferentemente, “analítico”. (También lo denominan, formal, aristotélico y de otras maneras).

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Pero bueno es dirigir ahora nuestra atención al recién referido trío de leyes del modelo lógico en cuestión.

La primera ley lógico-analítica es denominada “no-contradicción”. Sostiene que no puede existir una cosa que, a la vez, sea ella misma y su contrario. Tampoco puede haber un razonamiento que al tiempo en el cual se afirme, se niegue. En pocas palabras, se es o no se es. “No se puede estar embarazada, solo de a poquitos; se está embarazada o no se está embarazada”, suele decirse no solo en las salas de parto.

La segunda ley es la de “identidad”. Está harto unida a la anterior. Toda cosa (y toda reflexión) es igual a sí misma. La genialidad popular suele decir, honrando este principio, adagios como estos: “La culebra no pare maripositas”, “Todo flojo llega tarde, y cuando madruga… todavía no es la hora”.

El tercer (y último) principio lógico-analítico es el de “tercer excluido”. Sin ambages sostiene que todo razonamiento que en su desarrollo vulnere las leyes de no-contradicción e identidad, necesariamente conduce a la falsedad, a la invalidez. No hay alternativa adicional. Todo lo que se contradiga y lo que desconozca su propia identidad, es un disparate. Pocos ejemplos resultan más claros que la desgraciada conseja tan comúnmente vista en los dictadores (sea cual sea el signo ideológico que ostentan) y en dizque demócratas en estado de torpeza y desesperación; a saber, “El que no está conmigo, está en mi contra”. Otros adagios que dibujan esta ley lógico-analítica: “Mula con mula, no se llevan”; ”El mal obrero, culpa a las herramientas”.

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No nos cabe duda que esta trilogía de principios resulta hoy por hoy un apoyo de innegable utilidad para lo dado en llamar (en los manuales clásicos del asunto), “el pensamiento correcto”. Ah, pero en esto no se devuelve el viento de la razón. Más allá de este modelo lógico-analítico, hay mucha madeja que cortar. Más allá de esas orientadoras leyes, existe un universo de giros de pensamiento cuya corporeidad es tan irreverente como basta. Dicho más claramente, colocando un tanto “patas arriba” estas leyes lógico-analíticas, se facilita el libre tránsito por un modelo lógico distinto ¡y más agudo, más profundo!

Si a la vetusta ley lógico-analítica de la no-contradicción colocamos la aún más alumbrante ley de la contradicción, nos hallamos entonces con el siguiente planteamiento: En toda cosa (y en todo razonamiento) habitan en permanente estado de confrontación, una fuerza que lucha por mantenerla tal como es, y otra que lucha por voltearla; por invertirla. Esta nueva y contestataria ley de la contradicción, vistas así las cosas, ha de formar parte de un modelo lógico distinto. Un modelo que además de ser relativamente nuevo, es superior, contestatario e irreverente. Siguiendo con el uso didáctico encarnado en la cultura popular, los siguientes dichos son elocuentes en materia de este principio: “No hay cuesta arriba sin cuesta abajo”, “No hay mal que por su bien no venga”.

A partir de las entrañas de la nueva ley de la contradicción, surge la siguiente pesquisa: De la inevitable lucha de contrarios que existe en toda cosa (y en todo razonamiento), se hace asimismo inevitable que haya movimiento; que haya cambio. Que lo viejo quede relativamente atrás y que lo nuevo se imponga (con la huella, claro está, de lo viejo). Trátase del principio del cambio. Hay un adagio de corte criminológico el cual habla por sí mismo… “El que miente roba; el que roba mata”. Otros refranes que dan cuenta del novedoso principio de cambio: “Arroz, pez y pepino crecen en el agua y terminan en el vino”; “Muerto el perro, se acaba el mal de rabia”; “El que olvida su pasado, está condenado a repetirlo”.

Del deficitario principio lógico-analítico del tercer excluido, brota un filón superior. Nosotros pudimos haberlo llamado “tercer incluido”, pero nos habríamos quedado cortos. A través de la oficial tribuna hemerográfica de un instituto adscrito a la UNESCO, hace años planteamos exitosamente (desde Venezuela) la categoría nuevo incluido. Es que si negamos tanto la ley de la no-contradicción como la de identidad, se dan entonces las condiciones conceptuales en virtud de las cuales se pueden crear reflexiones nuevas capaces de tomar el pulso a los novedosos estados de la cosa que se trata. Volvamos al recurso didáctico de los refranes populares… “En la lucha de dos dragones, el único que pierde es el césped”; “De donde menos se piensa, brinca la liebre”; “Éste es el cuchillo que mató al diablo, y lo dejó vivo”.

A las nociones recién referidas de cambio, contradicción y nuevo incluido las hemos denominado: Ontoguiaturas dialécticas. Estas tres solo forman una parte de ésas. En general, a este modelo lógico se le conoce como “dialéctica”. Sus raíces pueden ser buscadas en los griegos mismos. También en el empujón tan notable que en los siglos XIX y XX dieron a ello, filósofos tan prolíferos como Hegel, Marx y Kosík.

Claro… no solo con voltear las débiles leyes analíticas, se llega a la razón superior; tampoco “aplicar” linealmente las ontoguiaturas dialécticas. Es necesario tener la agudeza propia de quien no solo capta cómo es la cosa concretamente, sino cómo se moverá (dialécticamente) en el futuro.

Apoyos bibliográficos básicos:

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Excelente artículo. Importantes argumentos para reflexionar desde el ámbito educativo, donde tenemos en nuestras manos la formación de los más jovenes. Es un desafío para el docente enfrentarse ante las barreras de quienes elaboran los planes de estudio, y nos los entregan para que desarrollemos, y en donde nos damos cuenta de que están en algunos aspectos sesgados hacia lados opuestos a los verdaderos intereses de la educación como lo es "Desarrollar el pensamiento reflexivo y crítico"; siendo la regla de oro para esto, la enseñanza de la lógica en sus términos cuantitativos y cualitativos.

He advertido -a través de sus posts en Steemit- que usted es docente de matemática. Valoro entonces asaz sus opiniones sobre la temática abordada aquí en mi artículo (temática esta, la cual tanto tiene que ver con su disciplina profesional y materias conexas). Gracias @analealsuarez .

Primero que nada, muchas felicidades por el artículo, muy enriquecedor y generador de respuestas a dudas del porqué no gusta o la apatía a lo cuántico matemático. He podido apreciar en muchas instituciones que la gran debilidad de las matemáticas en la primera y segunda etapa de educación primaria es el empoderamiento y la apatía, pero por parte del maestro, limitándose a enseñar a sacar cuentas, pero poco a usar y estimular el pensamiento lógico y crítico, así como también son muy monótonos durante sus encuentros o clases se matemática. La reflexión que me lleva es, no puedo aportar lo que no tengo, lo que no dominó o lo que no me agrada. Por cierto, lo invitó a leer mi artículo referente a algunas reflexiones de la propuesta Educativa de la pionera de la educación emocional, la hermana Montserrat del Pozo.

Con gusto e interés leeré su post. Mil gracias por sus valoraciones. Me satisface coincidir con su persona en lo que respecta a cómo la tradición viene conspirando con la potencialidad que la matemática encarna, de ser fértil, convocadora a la reflexión . En contacto "gustanak .

Hola @alexandermoreno!!
Ohh vaya!! este es un tema bastante complejo. Yo me enamore de la filosofía cuando leí por primera vez el libro "El mundo de Sofia", que es un tremendo abre boca a este mundo. Tu articulo me hizo recordar una discusión que tuve una vez con un amigo, el cual decía que la lógica no servia de nada, pues claro la única lógica que él conocía era la que nos dan en bachillerato. El problema estriba es que los filósofos siguen usando los mismos métodos antiguas para enseñar sus materia, y por ello las nuevas generaciones cada vez se interesan menos por estos tema. La forma de solucionar esto es, mostrar como la filosofía nos puede ayudar en nuestro día a día a través de métodos más didácticos.
El otro día leí sobre un profesor de filosofía en España que estaba haciendo esto. A través de las redes sociales el prof le mandaba a sus estudiante las tareas que tenían que realizar, la cuales trataban de analizar algunas noticias recientes desde la perspectiva del tema que estaban estudiando.
Saludos!!

¡Claro, amigo @rafalex51 ...! La primera vez que estudié formalmente Lógica fue en 1966 en la Universidad Central de Venezuela (Caracas) y el docente (de apellido Revenga) colocó todos los huevos en la cesta de un libro... "Introducción a la Lógica", de Irving Copi. Admito que es un buen libro, pero hoy por hoy apenas sirve como un excelente entremés. Luego, ya profesional de la docencia, incursioné -motu proprio- en la lógica dialéctica, nutriéndome del clásico libro de Politzer; además de Spirkin, Eli de Gortari, Núñez Tenorio y otros. Fue una buena época (años 70) para la comprensión del asunto; no obstante, ya en los '80 y '90 tuve acceso a un buen docente de la Universidad de París (de origen checo) el cual creó unas buenas condiciones para que mi persona tocara un tanto más a fondo del tema. Strmiska era su apellido. Configuré, así, las ONTOGUIATURAS DIALÉCTICAS. Le invito a que acceda, sin costo, al libro "Fronteras Vivas entre Ciencia, Filosofía e Ideología" en el cual hallará algo de esto. https://drive.google.com/open?id=1mL_yEyiBHnGgPDwl0AyL1X9xSxZaBmFd Asimismo le invito a que siga motivado por ese mundo de la filosofía. Yo siempre estoy "colgando" posts aquí en esta maravillosa red social Steemit. Un abrazo.

Me gusta la filosofía por su sempiterna invitación a atreverse a pensar por uno mismo. Su artículo es una muestra de que en nuestro país hay excelentes pensadores tanto en cosas abstractas, como en cosas de la vida cotidiana. En ese sentido, yo estoy en el afán tratar de repensar la política venezolana, no desde una perspectiva desde arriba sino desde la visión ciudadana, mi lema es:
"De que me sirve decir que amo a mi país, si soy un mal ciudadano". Voy a estar pendiente de sus post, un abrazo virtual.

A y lo estoy siguiendo jajaja

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