La primera vez, la última vez, un adiós… pero no un para siempre
A la derecha mi mejor amigo (bueno ya es un hermano), a la izquierda mi hijo, esa fue el día en que Nicolás conoció a Sebastián. Él tenía que irse del país y por circunstancias no había conocido al nene. Me pidió conocerlo antes de irse, fue este día.
Unos días después partió. Lo que me conmueve de todo esto es que esta fue la primera vez que vio a Sebastián, la ultima vez que nos vimos y el día en que nos despedimos. También sé que no es para siempre, solo es por un corto tiempo, pronto estaremos nuevamente esperando el ocaso, A la orilla del mar, mientras tomamos algo conversando de la vida y sus caprichos, como solíamos hacerlo en esas extensas conversaciones.
Hoy no quiero hacer un gran post, solo quiero compartir el sentimiento que me invadió al encontrar esta fotos hurgando entre mis cosas.
No todas las despedidas son para siempre, hay algunas que son pequeñas pausas hasta que la vida vuelve a colocar todo en su lugar.
Foto de mi autoría, tomada con mi Samsung j2 prime.
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¡Qué bonito!
Aunque es breve, el sentimiento es enorme.
Las despedidas duelen en el alma como nada en esta vida.
Te invito (si gustas) a ver mis trabajos.
Saludos.