¿Qué te habría gustado saber o hacer en el pasado?

¿Te sientes conforme con las decisiones que has tomado hasta ahora? ¿Piensas en alguna experiencia que desearías haber evitado?

De seguro que sí, todos en algún momento de nuestras vidas hemos cometido errores, nacemos sin una guía que nos indique “Cómo vivir la vida sin equivocaciones” o un folleto que nos proporcione todas las Respuestas…Y conseguirlas es precisamente el reto que a todos nos obsequia la vida, y para ello debemos equivocarnos una y otra vez con el fin de aprender. Ahora, el problema es cuando decidimos hacer entorpecer el proceso, volviéndonos obtusos, cerrando nuestras mentes al conocimiento. Esto depende del tipo de percepción que decidamos tener ante las diversas situaciones. Las experiencias que consideramos como “pérdidas”, debemos convertirlas en ganancias.

En lo particular, no me arrepiento de ninguna decisión antes tomada. Porque he sabido convertir mis lamentos en sabiduría. Pero, sí hubiese deseado ser un poco más inteligente en algunas áreas, darle el debido valor a lo que realmente importa, tener prioridades.

• Prioridades

Una de las cosas que todo individuo debería aprender a manejar prontamente son sus prioridades. Diría que una persona que sepa definir la jerarquía de las cosas en su vida, está más cerca de conseguir la felicidad, el éxito y la paz. ¿Por qué es importante priorizar? La prioridad indica orden, planificación, saber lo que se desea, y nos obliga a emplear nuestra energía hacia los propósitos correctos, por ende, es imprescindible en la toma de decisiones. Ahora, una persona que no establece prioridades en su vida, queda demasiado expuesta a tomar caminos que no se integran a sus necesidades y por ello se observa que varias personas se sienten frustradas, deprimidas o desanimadas cuando las cosas salen un poco distintas a lo esperado.

Recuerdo que en mi época de secundaria, donde mi inmadurez estaba en completo éxtasis, no me establecí ninguna prioridad. Tenía una meta, sí, pero no estaba trabajando por ella. Mi meta era estudiar Medicina, pero en aquel momento mi boba prioridad era salir con mis amigos, experimentar, dormir, las redes sociales y muchas tonterías más que desencadenaron en mi futuro bastantes situaciones indeseables… Todo esto me conllevó a descuidar mis estudios por lo que mi promedio cada día iba cuesta abajo, invertí tiempo valioso en gente que la verdad no aportó nada positivo en mi vida, creé una guerra con mi familia totalmente innecesaria, dejé pasar oportunidades únicas donde podía aprender cosas que más adelante me servirían como herramientas...y un sinfín de cosas que pude haber previsto de haber tenido un poco más de perspicasia. Mis padres sabían lo que iba a pasar, me advirtieron pero aun así la terquedad pudo más conmigo, haciéndole honor a la rebeldía juvenil.

Después del disfrute pasajero, la realidad tarde o temprano nos alcanza.

Ahora me encontraba en el punto crítico de la situación, en donde eres inteligente, piensas como exitoso y comienzas a ingeniar alguna manera para resolver los problemas o te metes a perdedor y continuas en lo mismo, la segunda parece a veces más fácil por el hecho de que siempre habrán “demonios” en nuestra cabeza que nos harán pensar que no podremos, que todo seguirá saliendo mal o que simplemente ya no hay alguna vuelta atrás, pero ¡Nada en ésta vida es irrecuperable, a excepción del tiempo, y es peor no hacer nada!
Admito me encontré bastante afligida, no es fácil afrontar la realidad, no es fácil admitir errores, no es fácil comenzar de cero… Y todo esto por no haber establecido mis prioridades, algo tan relativamente sencillo.
Haber pasado por esas experiencias me hicieron conocer el gran valor de la responsabilidad, de la perseverancia, aprendí que escuchar es de inteligentes, comencé a tener verdaderas prioridades en mi vida y muchas cosas más que en síntesis, todas debían estar tomadas de la mano para hacer un verdadero Reset.

¿Y a ti? ¿Qué te habría gustado saber en el pasado? Déjame tu comentario.