Engaño Locuaz

Detesto a todas aquellas personas que dudan de mi cordura, detesto ver que una pila de ignorantes de corteza cerebral limitada se crean mejor que yo. Por eso los maté, loco no estoy, no hay ninguna forma en la que yo quedase como falto de un tornillo y lo voy a explicar.

Me parece que era sábado por la noche, salía yo de mi usual rutina laboral y decidí pasar por unas copas en lugar de ir a mi aburrida pieza alquilada. Allí, la mujer más hermosa que mis ojos han visto en la vida se hizo presente ¿Qué diablos hace una dama como ella en un lugar así? Me pregunté, su cabello amarillo como un sol, su piel pálida como la nieve dejando marcar sonrojos por todo el cuerpo, era pequeña, no medía más de 1,60 diría yo, pero no quitaba lo sensual de la misma. Entonces sin que me lo esperase aquella hermosa damita se desvistió casi por completo y empezó a danzar entre tubos y demás elementos coquetos, los cerdos del publico avasallaban y tal cual monos excitados gritaban vulgaridades a la señorita. Durante una fracción de segundo nuestras miradas se interconectaron y entonces pude discernir que a ella no le gustaba nada de eso, de modo que mi corazón se vio corrompido por esa idea de libertarla, libertad imposible que yo estaba dispuesto a darle.

Cuando terminó el espectáculo fui directo al vestuario con la muchacha, había guardias pero mis métodos eran más efectivos, así que logre pasar de ellos, allí entonces empecé a hablar con ella, mis sospechas jamás fueron tan validas, trabajaba allí no por placer, sino por necesidad, tenía un hijo al cual mantener. Hijo, esa palabra me produjo una ira enorme que apenas pude callar, no obstante prometí mi ayuda, yo la sacaría de ese lugar y por dinero no tendría que preocuparse. De modos que salimos despavoridos por la puerta de empleados, lo que resulto bastante conveniente para que no viese el pequeño desastre que había dejado. Antes de ir a cualquier lar, la señorita primero quería ir por su cría, y yo no iba a impedir eso, cortos y sin más que hacer llegamos a esa polvorienta casa derruida por el tiempo, allí estaba el mocoso, un niño apático de 12 años me parece, ¿Partimos? Pregunté, a lo que la descarada me respondió, déjame ir por mi marido…

En ese momento, aquellas palabras se sintieron como un balazo en el corazón, la hija de puta hipócrita ¿qué pensaba? Qué aparte de ella quien sabrá Dios por qué terminó siendo una basura en la sociedad, ¿se supone que debía hacerme cargo de un mocoso mugroso y un hombre lisiado? Apreté mis dientes con tal fuerza que era absurdo así que tome lo primero tenía a la mano, “por eso vieron que perpetre mi fechoría con un jarrón” sin tapujo rompí aquel grueso jarrón en la cabeza del infante, deberían haber visto como convulsionaba, parecía haber recibido un choque eléctrico de alto impulso, sus patéticos padres se abalanzaron a él, inclusive aquel inútil lisiado quien no podía hacer más. Era desesperante, así que con el pedazo de porcelana que quedo en mi mano me encargué de abrirle un hueco en la cabeza a ese hombre, el bastardo murió en seco. La cara de desesperación y los gritos de aquella mujer degeneraron en una inmensa erección en mí, aquello me recordó otros sucesos del pasado que jamás salieron a la luz, más temprano que tarde desnude a la fuerza a la meretriz de bar aquella, violarla fue lo más fácil, evitar estrangularla hasta matarla fue lo más difícil, no solo me encargue de penetrarla a ella, el cadáver de su hijo también, todo mientras puse el cadáver del lisiado a espectar con la cara más estúpida que jamás había visto. En ese momento, me había perdido, ignoré por completo que los gritos de la rubia atrajeron la atención de indeseados que llamaron a la policía. Cuando me encontraron, estaba yo en pleno apogeo orgásmico entre sangre y viseras en la mejor orgia de mi vida. Fue un pequeño error del cálculo…

Ellos dicen qué estoy loco, que no califico para una cárcel normal, pero si hubieran visto la maestría con la que engañe a esa puta fingiendo ser de la realeza, mi credibilidad, mis tácticas más que locuaces les hubieran hecho creer que soy simplemente un genio de primera categoría. Pero heme aquí, esperando ser encarcelado, para volver a salir por buen comportamiento…