Un mar de posibilidades | Reflexión propia

Algunas veces son pequeñas, pero siempre en la vida hay que tomar decisiones, y ¿cómo decidir cuando algo esta bien o está mal?

A veces parecen insignificantes, pero algunas son tan grandes que hay una vida de felicidad o de desgracia de por medio, siempre tendremos miedo y siempre surgirá aquella interrogante ¿qué es lo mejor?

¿Qué está bien? ¿Qué está mal?

¿Cómo reconocer una buena decisión? Nos torturamos pensando cual será la más conveniente para que no tengamos arrepentimientos en el futuro, pero quizás dejar que todo siga igual sea una buena decisión.

No se puede tener todo en esta vida, siempre habrá que elegir.
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¿Amistades o amor?

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¿Futuro o pasado?

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¿La verdad o la mentira?

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¿Corazón o razón?

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¿Pensar o dejarse llevar?

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Siempre me he preguntado por qué hay que elegir, los seres humanos somos capaces de hacer TODO por no perder lo que deseamos, hacemos cosas inimaginables, irracionales, y allí, sin querer estamos eligiendo, una y otra vez, sin plena conciencia de ello siempre lo estamos haciendo, y la mayoría del tiempo elegimos con el corazón porque no importa si al final lo pierdes todo, lo importante es ser feliz.

¿No es así?

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