Joker (Parte 4): El descenso paralelo a la claridad y la locura
Escrito por: Alan González.
(IG: eldr_genial)
(PARTE 1: https://steemit.com/spanish/@alangon/joker-parte-1-introduccion-el-fracaso-de-los-superheroes)
(PARTE 2: https://steemit.com/cervantes/@alangon/joker-parte-2-el-hombre-del-subsuelo)
(PARTE 3: https://steemit.com/spanish/@alangon/joker-parte-3-el-hombre-del-subsuelo-norteamericano)
(Fuente: Pinterest.com. Link: https://www.pinterest.com/pin/357402920430564030/)
Arthur Fleck, interpretado por Joaquin Phoenix, pertenece a los que no tienen voz. Padece de una enfermedad mental y trata de reintegrarse a la sociedad tras una estadía en el psiquiátrico. Tiene historial de abuso físico y un expediente de violencia. Vive en un período de crisis económica donde la gente está sin trabajo y los distintos gremios entran en huelga. Necesita de la asistencia del estado para acudir a terapia y conseguir sus medicamentos. Tiene un empleo de payaso en el que gana poco. Siempre corre el riesgo de ser despedido. Sufre maltrato por parte de sus compañeros y demás ciudadanos. Ha de mantener a su madre enferma. Ríe a contrapunto. Le comenta a su trabajadora social que durante toda su vida ha dudado de su existencia porque nadie lo nota.
Los entes del estado viven del cinismo. Son incapaces de un verdadero aporte a la sociedad. La trabajadora social que atiende a Fleck se limita a repetir las mismas preguntas en cada entrevista para llenar un formulario. No existe entre ellos una comunicación real orientada al cambio. Sabe que las condiciones de Fleck no van a mejorar, él no se integrará con éxito en la sociedad. Él es la encarnación de cualquiera de los expedientes que inundan su oficina por lo que ella pasa por alto las advertencias de su diario. Por otra parte los policías son sádicos. Maltratan a Fleck aun cuando admiten que son responsables de que su madre se encuentre en el hospital. Para ellos es otro invisible, un perdido. Deben resolver un crimen en una ciudad sin ley y como camaleones, terminan confundiéndose con las lacras de la ciudad.
(Título: Charlie Chaplin- Factory Scene- Modern Times (1936). Fuente: Charlie Chaplin Official. Link:
¿Cuál es el rostro humano de la verdad oficial? Thomas Wayne. Él simboliza a quienes establecen las condiciones de trabajo, el poder adquisitivo y la posibilidad del individuo de desplazarse en el aparato social. Representa a los dueños de las televisoras, periódicos y programas de radio, quienes se venden como figuras paternales de los desahuciados. Les ofrecen trabajos y oportunidades, prometen seguridad. Se lanzan a políticos con discursos nobles para proteger sus intereses. Venden el orden de los que ven la desigualdad como algo de otro tiempo, de otra realidad. Modern Times (1936), dirigida por Charlie Chaplin, es un divertimento para ellos, un artilugio de una época muda. Dicho film, citado por Phillips, corre la misma suerte que su propia película, dependiendo de la clase social es un escapismo o un discurso subversivo. Las realidades también determinan las sensibilidades.
(Título: Charlie Chaplin Modern Times Roller Skating Scene Youtube. Fuente: janapietro. Link:
Los medios de comunicación viven en una negación permanente. Su perspectiva deforma y manipula a conveniencia. Como si la mentira previniera del colapso. Como si las ratas gigantes taparan la basura en las calles y los payasos asesinos ocultaran la crisis. Ante un discurso masivo de tal naturaleza es comprensible que Arthur Fleck se niegue a sí mismo, que ni se atreva a nombrar lo que ve y lo que vive. Su historial psiquiátrico no le va a dar credibilidad.
Un día, después de perder su trabajo, Arthur Fleck es acosado en el metro por unos corredores de bolsa de Wall Street. Entonces, saca su pistola para defenderse y accidentalmente le dispara a uno de ellos. Tras la conmoción inicial decide ejecutarlos a todos a sangre fría. Lejos de sentir remordimiento se reintegra a la rutina.
El crimen es comentado en la televisión y Arthur nota que afectó hasta al hombre más rico de la ciudad, Thomas Wayne. A partir de entonces, se desata el conflicto por significado de las cosas, el contraste del sentido impuesto y el sentido vivido. Arthur hizo algo capaz de resonar en los otros, por lo que comienza a reflexionar sobre sí mismo. Existe. Se percata de que hay otras personas que piensan y sienten cómo él, ellas son el eco que constata su voz. De este modo, sus pensamientos negativos no son un delirio propio y excluyente sino un sentir colectivo. Racionales o no, correctos o no, son una realidad y la verdad oficial se devela como increíble. Chocan los íntegros corredores de bolsa que Arthur ve en la televisión contra los abusivos que lo atacaron en el metro, la cara del payaso asesino en el periódico y su rostro que se ve como en un espejo deformador. El discurso de Thomas Wayne sobre los payasos antisociales es una grieta que anuncia la tempestad.
Para el personaje, el descenso a la locura lo es también a la claridad, son dos procesos paralelos. Con cada crimen baja los peldaños de lo establecido pero camina hacia la luz. El distanciamiento de lo aceptado le da perspectiva. Las normas son fachadas de un fondo más inverosímil. Él no es un loco, es un vidente. Vive en una sociedad irracional que le pide que sea un buen ciudadano cuando le corta las posibilidades para ello y lo maltrata sin razón. Se percata que las reglas van acompañadas de su contradicción y la razón de ser de los estatutos es más bien ilusoria, nada funciona como debería. La existencia de Arthur es el absurdo que cobijan las instituciones. Él acepta su condición mental porque es la revelación de una verdad.
Las victimas de Joker, como las de Raskolnikov y Bickle, también son simbólicas. Sin embargo, por el poder de los medios de comunicación, estos crímenes adquieren la relevancia para movilizar el descontento social y pasan de ser el síntoma de un mal latente a un verdadero detonante colectivo. Esto es lo que marca la diferencia entre ser percibido como un antisocial o un revolucionario. La figura de Joker impulsa una novedad. Ciertamente su motivación no es un cambio social, su motor es un delirio y la rabia individual, no obstante, ahí es donde la historia y la política se encargan de escoger a sus próceres. Él es un contenedor de sentido, ellas los dimensionan a convenir.
La sociedad también cumple el rol de progenitor, inculca valores, genera las condiciones para la vida del individuo. Por eso la incógnita de Arthur Fleck sobre sus orígenes se mueve en ambos niveles, el personal y el colectivo. Se rebela cual hijo sumiso que ha crecido bajo la tutela de padres abusivos, cuyas reglas son excusas para el maltrato, cuya autoridad radica en la reiteración y el exceso de un poder imaginario.
La pregunta por un padre ofrece la posibilidad de una explicación, algo que justifique el porqué de su existencia, no obstante, la respuesta que consigue Fleck es la incertidumbre. En última instancia es un bastardo.
Fleck actúa como quien, incapaz de rastrear su origen, se piensa hijo de la nada y ataca a la imagen de Dios. En el proceso arremete contra las injusticias cometidas en su nombre, mata a sus figuras maternas y paternas, a su madre adoptiva, a su falso padre Thomas Wayne, al presentador del programa y la ciudad. Se libra de cualquier atadura.
(Fuente: wipy.com. Link: https://wipy.tv/thomas-wayne-es-realmente-el-padre-de-arthur-fleck/)
Con respecto a Thomas Wayne, Joker es su hijo simbólico, su hijo social. Como todo padre de un hijo no deseado, pretende una atención que no da. Ese niño es un fracaso en lo más íntimo. Sus defectos son producto del desinterés. Es más fácil tildarlo de monstruo y alejarlo que reflexionar sobre la responsabilidad. Arthur Fleck busca el mismo reconocimiento, el mismo respeto, la misma dignidad, del hombre más poderoso de la ciudad como de la ciudad misma. De su bastardía nace Joker. A su vez está ligado a Batman por la más íntima causalidad, ambos están marcados por la desigualdad, condenados a enfrentarse como fuerzas de la naturaleza que se disputan entre el orden y el caos.
Según Erich Fromm en El Miedo a la Libertad, el niño nace en un estado de simbiótico con el mundo. La naturaleza, la madre, le provee de todo lo que necesita. Su ruptura con ese estado natural de las cosas, en el proceso de individuación y formación del yo, lo lleva a la necesidad de una afirmación, de algún otro vínculo sustitutivo sobre el cual afirmarse. El individuo, o las mayorías, cuando se ven incapacitadas a desarrollar sus cualidades inherentes, y de acuerdo a su estructura de carácter, buscaran una figura que supla este rol primario, una figura paterna, algún dictador, autoritario o totalitario. Se trata de una unión simbiótica, de una disolución del yo de las mayorías en la imagen del líder. En él buscan el mismo estado de seguridad que en la infancia a costa de sacrificar su libertad. Joker es una excusa para el olvido masivo, el peligro de la entrega a un poder que podría ser total.
Fromm, Erich (1980) El Miedo a la Libertad. Buenos Aires, Argentina. Editorial Paidós.
Charlie Chaplin Official (2019) Charlie Chaplin- Factory Scene- Modern Times (1936). Recuperado el 09 de Diciembre de 2019. Link:
janapietro() Charlie Chaplin Modern Times Roller Skating Scene Youtube. Recuperado el 09 de Diciembre de 2019. Disponible en:
Chaplin, Charlie (1939) Modern Times. United Artists. EEUU
Phillips, Todd (2019). Joker. Warner Brothers, Village Roadshow Pictures, BRON Studios . EEUU.