Joker (Parte 1): Introducción, el fracaso de los superhéroes.
Escrito por: Alan González.
(IG: @eldr_genial)
(Fuente: Amazon.com. Link: https://www.amazon.com/Cinemaflix-Joker-2019-Joaquin-Phoenix/dp/B07XQXYTFD)
Algunos hombres solo quieren ver el mundo arder, quizás muchos más de los que Alfred cree. En The Dark Knight (2008), dirigida por Christopher Nolan, el mayordomo de Bruce Wayne describe al Guasón como un caso excepcional, en cambio, Joker (2019) de Todd Phillips plantea un cambio de perspectiva en las películas de superhéroes. La enfermedad del payaso es generalizada.
En el plano más superficial se trata de la visión del villano, pero en un sentido más profundo trata de la soledad del hombre moderno y su relación con la sociedad. El fracaso de los superhéroes en tanto defensores de un status quo que no resuelve el verdadero origen de la criminalidad. Promotores de una justicia en la que el individuo marginado queda cada vez más alienado.
El Joker es producto de una sociedad individualista donde el sujeto es responsable de realizarse por sí mismo. Esta mentalidad lleva implícita una soledad psicológica, social, económica y política. Cada quien responde por su propia felicidad. Para los menos afortunados se traduce en una sensación de asfixia. Sus posibilidades son limitadas y piensan que es su culpa. Sin el sentido de una comunidad que apoye a sus miembros solo les queda encerrarse en sí mismos. Cuando la angustia es generalizada y concientizada, degenera en estallidos sociales, cuando es propia, puede tener las más variadas manifestaciones más o menos racionales. Las elaboraciones de la fantasía pueden llevar al individuo a atacar a los enemigos más arbitrarios. Hacer atentados, cometer crímenes en mayor o menor escala, seguir a líderes delirantes que encajen con su sentir y sus prejuicios.
El panorama de la modernidad plantea el problema de la soledad del hombre. Sin el amparo de un Dios como absoluto, sin un sentido o lugar definido en el mundo, el individuo moderno tiene que crear su propia razón de ser a través del pensamiento y la acción. Sin embargo, está impedido por un contexto que le antecede y se le impone. Sus necesidades más inmediatas, sus proposiciones, más o menos originales, deben pasar por el filtro de la sociedad. El individuo en esta circunstancia vive de la angustia de tener que hacerse constantemente o entregarse al olvido de sí. Sin embargo, como afirma Erich Fromm, en este contexto que describe en el Miedo a la Libertad, la angustia nunca desaparece, solo se ignora. Quien la acepta, vive de equívocos, quien la olvida, padece de síntomas que no sabe interpretar y reacciona de las maneras más diversas. En el olvido se intuye, se actúa contra una injusticia que no se sabe nombrar y paga un chivo expiatorio señalado a dedo.
(Fuente: canalviax.com. Link: https://www.canalviax.com/noticias/cine-y-series/34285-fuentes-internas-warner-bros-desmienten-la-secuela-del-joker-sea-real
La moral es una construcción. Viene dada por la sociedad o por la propia reflexión del individuo que se piensa a sí mismo y lo que lo rodea. Puede ser más o menos racional, pero siempre arbitraria. Ella ofrece la pauta general de lo que es correcto e incorrecto. Su ideal premia lo primero y castiga lo segundo. Ofrece normas de comportamiento. Un deber ser que abarca los más profundos niveles de la vida individual. Por su parte, el individuo moderno debe lidiar con el hecho de que es un ser complejo. No es bueno ni malo, tiene necesidades, inclinaciones y condiciones que no necesariamente encajan con lo acordado por la comunidad. En determinado caso ambos entran en conflicto.
Quien difiere del resto padece un acoso invisible o patente. Es más complejo lidiar con el primero porque no es tan claro como el segundo. En ambos casos se enfrenta a un aislamiento creciente. El individuo es rechazado de las maneras más diversas. Lo es si sus valores cuestionan los acordados por una comunidad, si su físico no encaja con los estándares de aptitud, si su manera de percibir y/o expresar las cosas no concuerda con el aceptado, con lo que es verdad, lo que está bien, lo que es correcto, lo que es normal. Cuestionar el ideal colectivo conlleva a que se cuestione la sanidad mental. Para el conformista, el innovador es un loco, el curioso es incómodo, el desvalido es invisible e inaceptable.
El antisocial es una respuesta al orden establecido. El antisocial es quien, por olvido o en pleno uso de su razón, se enfrenta a los parámetros que se le imponen desde afuera. Él es la prueba viviente del fracaso de una sociedad en tanto ella es incapaz de responder a las necesidades de quienes la conforman. Un antisocial puede ser un revolucionario si las condiciones son propicias y la historia clemente. Si es portador o detonante de nuevos valores a ser aceptados, de ideas sumergidas en las rutinas opresoras, pulsiones que se esconden en las negaciones cotidianas.
Un antisocial de olvido puede ser un vidente como un revolucionario puede ser un delirante. La razón una manera de delirio y la euforia una verdad encarnada. Cualquier mal se puede racionalizar en un discurso así como el bien se puede intuir más no verbalizar. Ambos, quien padece en el olvido como quien pretende una revolución, fantasean con el fin del mundo y un nuevo orden. ¿Qué distingue la genialidad de la mera megalomanía? El nombrar de nuevo las cosas, repensar su sentido previo, es algo que comparten el libre pensador y los regímenes totalitarios. Pueden construir verdades o hacer puro bochinche, asumir el vacío y generar algo de él. Ambas clases de antisociales son síntomas de los tiempos, su pertinencia siempre es relativa.
Fromm, Erich (1980) El Miedo a la Libertad. Buenos Aires, Argentina. Editorial Paidós.
Nolan, Christopher (2008) The Dark knight. Warner Brothers. EEUU
Phillips, Todd (2019). Joker. Warner Brothers. EEUU.