Pum pum pum… Escuchaba unos sonidos en la distancia pero no lograba asociarlos con nada, estaba dormida. Pum pum pum… Los fuertes golpes la sacaron de su sueño reparador, trató de seguir durmiendo pero los sonidos continuaron, no sabía que eran en su estado de duermevela. Pum pum pum…  Ahora lo identificó, era la puerta. Soltó el quejido lastimero de quien duerme muy sabroso y no se quiere despertar. ¿Quién rayos estará tocando la puerta? ¿Qué hora será? Se preguntó desorientada. A lo mejor se canse y se vaya. 

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PAM PAM PAM… Por lo visto era importante, cada vez tocaban más fuerte. Medio dormida todavía y con la mente embotada se levantó y caminó tambaleante hasta la puerta. Gritó mientras abría la puerta: 

-¿Se puede saber quién quiere tumbar mi puerta? 

Vio su reflejo en unos ojos fulminantes y acusadores y volvieron de golpe a su mente los recuerdos de la noche anterior como flashes, la música, la llamada, la policía… - ¡Oh, oh! Te lo advertí –Le dijo su conciencia recién activada. Abrió mucho los ojos y se acordó de que estaba en bata, ya era demasiado tarde. Antes de que ella pudiera reaccionar su vecino arremetió y se puso a vociferar como loco. 

-¡Eres un grandísima hija de perra! ¿Cómo se te ocurrió llamar a la policía? ¡Era la despedida de soltera de mi hermana! ¡Mi jodida hermana! Hemos pasado la noche en la comisaría y su estirado prometido nos tuvo que sacar de allí, con su cara de avergonzarse de nosotros, ahora mi hermana me odia, la boda es mañana pero los policías le comentaron a mi cuñado el incidente de los strippers y ahora no sé si habrá boda o no, es un desastre ¡¡Un maldito desastre y todo porque la señorita aquí presente es una amargada!! El chico bufaba y exhalaba como si hubiera corrido un maratón. 

Ella atónita pero muy altiva le respondió. 

-No soy una amargada, solo soy trabajadora y responsable. Además ¿Cómo sabes que fui yo si la música estremecía todo el edificio? 

-Lo sé porque todos y cada uno de los habitantes de este edificio están en la fiesta menos ¡Tú! El único ser en el planeta que no sabe divertirse. Ella ahora sin argumentos se puso nerviosa, no contaba con eso, pero qué más daba así que trató de excusarse. 

-¿Cómo se supone que iba a saber yo que era la despedida de soltera de tu hermana? Además ni siquiera tuviste la decencia de invitarme. 

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El chico aún más furioso, se puso como un tomate de la rabia contenida 

-¡Claro que te invité! les envié una invitación a todos en el edificio, coloqué un cartel abajo por si no las habían visto y de paso les envié un correo electrónico confirmando la información, antes de que preguntes, la información de todos los vecinos las tiene el portero, que por cierto también estaba en la fiesta y por eso no notó a los policías ni a los jodidos menores de edad que se colaron, además todos conocen a mi hermana y todos saben que se casa mañana. 

-¡Oye! Yo no tengo la culpa de ser distraída, además si hubieras querido mi presencia me hubieras invitado en persona y no con notitas como los adolescentes, mucho menos tengo la culpa de que hagas fiestas irresponsables e inmaduras, si hubieras tenido una buena organización todo te hubiera salido mejor. 

-¡Buena organización… buena organización!  

Esta vez su grito alcanzó unos altos decibelios. Se acercó mucho a ella e invadió su espacio personal, le habló con susurros calculados sin dejar de mirarla fijo a los ojos. 

-Soy el rey de las fiestas, el puto amo ¿me entiendes? Nadie hace una fiesta mejor que yo, todos quieren que yo les organice las fiestas, todos mueren por ser invitados a mis fiestas, ¡Todos! Menos tú, que me arruinaste la única fiesta que no se podía arruinar ¿Sabes lo que me costó convencer a mi hermana de que dejara todo en mis manos? Yo, su hermano mayor quería hacer algo especial para ella y ahora todo se fue al garete. Pero no te creas que esto se va a quedar así, tendrás que ayudarme a reparar este desastre, empezando por el principio, me debes 1000 dólares, le prometí a mi cuñado que le pagaría la fianza y no pienso hacerlo yo, tú tienes la culpa y tendrás que pagarla tú. ¡Vamos, arréglate! Te doy media hora para estar lista, tenemos una boda que salvar. Ella en shock, se quedó con la boca abierta contemplando como su vecino se alejaba y desaparecía por la puerta de su apartamento, no le dio opción ni de replicar. 

Con un bufido exasperado cerró la puerta de su apartamento. Por inercia lanzó la vista hacia la mesita que tenía en la entrada, allí estaban apilados todos los recibos y su correspondencia, nunca los revisaba, revisó entre los sobres y allí estaba, la famosa invitación. Para asegurarse revisó su correo electrónico y efectivamente, había sido cordialmente invitada a la despedida de soltera de Hanna, porque así se llamaba la homenajeada, si no hubiera tenido tanto sueño cuando revisó su correo en la noche hubiera notado ese e-mail que resaltaba entre los demás, prácticamente sobresalía. A lo mejor hubiera apreciado la intención y no hubiese llamado a la policía.

-¿Viste? Te dije que fueras a esa fiesta.  

Su conciencia y otras partes de sí misma y al parecer de otros nunca le perdonarían ese acontecimiento, al parecer querer dormir en paz era un pecado hoy en día.

Continuará... Gracias por leer hasta aquí