Veridis Quo

Cuando algo va a cambiar, nada tiene el más mínimo sentido.

Solo sabes que estás allí otra vez, donde siempre te ha gustado volver, con los que siempre vuelven.

El olor a marihuana está en toda la habitación, es de esperar por los prácticamente nulos esfuerzos de ocultarlo, pero no te incomoda en lo absoluto.

Ya te cansaste de perder como un idiota en F-Zero X (aunque lo sigues intentando). En Smash no te fue tan mal, si te lo pones a pensar.

¿Los covers acústicos de Deftones fueron esa noche? No, ya te acuerdas. Eso fue la última vez que estuviste allí, unas semanas después, junto con los covers de Interpol.

¿Hubo Death Grips esa noche? Lo más seguro es que sí. The Money Store para ser exactos. Nunca te gustó más allá de las primeras dos canciones.

Aphex Twin hubo en su momento, ¿o fue en otra noche? Es imposible que estés seguro.

¿The Weeknd? Si, definitivamente The Weeknd pero con Daft Punk, así que es aceptable.

Deben ser las 12:00 A.M. ya, lo sabes porque ya te echaste en la cama que tienes al lado.

Perdiste la cuenta de las cervezas que llevas (y las que dejaste calentar). Quizá no fue buena idea empezar la noche con ron. Tratas de justificar que ya no aguantas esos trotes como antes, pero siempre has sido así.

Algo ocurre, algo que no creo que esperabas. Estás escuchando Veridis Quo por primera vez, aunque aún no lo sabes. YouTube sabe muy bien en qué momento estás más vulnerable. En realidad todas las redes sociales lo saben, si les das la oportunidad.

Regresemos a Veridis Quo: ¡qué gran canción, sin duda! Dentro de unos días te decidirás a escuchar Discovery y la reconocerás, y casi sin querer, tendrá un significado más allá del que puedas manejar.

Pero es inevitable que en ese momento, en el cuarto con olor a marihuana y demasiadas botellas de cerveza vacías, tu mente sobrepensadora y embriagada se ponga a girar sin rumbo y en círculos cada vez más pequeños.

Piensas en como te rompieron el corazón, ¿o era el hecho que dejaste de hacerle falta lo que te desanimaba? Ya ni te acuerdas. Pero, ¿en realidad eso importa? Aún eres joven y no quieres morir sin cicatrices. Supones.

Piensas en ese trabajo que no te dieron, con el que tantas expectativas te hiciste, el que merecías, el que era para ti. ¿Sí lo era? Lo peor es que nunca lo sabrás.

Te acuerdas cuando te dicen "éxitos en tu nueva etapa", o la vieja confiable "vendrán cosas mejores". ¿Cómo pueden estar tan seguros de eso? ¿Qué ven ellos que tú no? Eso solo te incomoda más.

¿Qué será de los demás? ¿Se acordarán de ti? ¿Contarán esas historias en las que apareces? ¿Le sacarás alguna sonrisa a alguien? ¿Alguien se tomará la molestia de visitarte?

Entre tanto drama que prefieres callar, porque sólo eres bueno para escuchar el de los demás, decides descansar mientras te dejas seducir por esa melodía tan reconfortante pero a la vez tan nostálgica que decidió regalarte Daft Punk esa noche.

Y de pronto, ahora estás "2.600 metros más cerca de las estrellas", y la vida te vuelve a reencontrar con Veridis Quo. Pero algo cambió en ella.

La canción es la misma, sí. Es exactamente la misma propiedad intelectual, desde luego. Pero por más que quieras, por más que lo intentes, y aunque ahora lo hagas con el Spotify Premiun que ahora si puedes pagar, y que ahora la cerveza no se calienta tan rápido, te das cuenta que esa Veridis Quo que escuchaste antes jamás volverá a sonar.