Oración por nuestras bellas intenciones...
REFLEXIONES DEDICADAS A SAN FRANCISCO DE ASIS
ENTONRNO A LA ESCUCHA DE LA PALABRA DE DIOS ES SU VOCACION PARTICULAR.
HERMANOS Y HERMANAS, iniciamos con fecunda caridad cristiana en la vivencia radical del Evangelio.
En el nombre del Padre, del Hijo...
Oración Preparatoria
Dios Padre de amor y misericordia,
que otorgaste a nuestro
Padre San Francisco de Asís,
la gracia de asemejarse a Cristo,
por la humildad y la pobreza,
por el amor y el servicio,
concédenos caminar tras sus huellas
Para que podamos seguir a tu Hijo Jesús
y entregarnos a ti con Amor Jubilosos. Amén
- Rezamos un Padrenuestro, Avemaría y Gloria
𝗩𝗶𝗱𝗮 𝗽𝗿𝗶𝗺𝗲𝗿𝗮 𝘀𝗲𝗴𝘂́𝗻 𝗖𝗲𝗹𝗮𝗻𝗼, 𝗻º 𝟮𝟭-𝟮𝟮
Entre tanto, el santo de Dios, cambiado su vestido exterior y restaurada la iglesia ya mencionada [la de San Damián], marchó a otro lugar próximo a la ciudad de Asís; allí puso mano a la reedificación de otra iglesia muy deteriorada y semiderruida [la de San Pedro]… De allí pasó a otro lugar llamado Porciúncula, donde existía una iglesia dedicada a la bienaventurada Virgen Madre de Dios, construida en tiempos lejanos y ahora abandonada, sin que nadie se cuidara de ella. Al contemplarla el varón de Dios en tal estado, movido a compasión, porque le hervía el corazón en devoción hacia la madre de toda bondad, decidió quedarse allí mismo. Cuando acabó de reparar dicha iglesia, se encontraba ya en el tercer año de su conversión. En este período de su vida vestía un hábito como de ermitaño, sujeto con una correa; llevaba un bastón en la mano, y los pies calzados. Pero cierto día se leía en esta iglesia el evangelio que narra cómo el Señor había enviado a sus discípulos a predicar; presente allí el santo de Dios, no comprendió perfectamente las palabras evangélicas; terminada la misa, pidió humildemente al sacerdote que le explicase el evangelio. Como el sacerdote le fuese explicando todo ordenadamente, al oír Francisco que los discípulos de Cristo no debían poseer ni oro, ni plata, ni dinero; ni llevar para el camino alforja, ni bolsa, ni pan, ni bastón; ni tener calzado, ni dos túnicas, sino predicar el reino de Dios y la penitencia, al instante, saltando de gozo, lleno del Espíritu del Señor, exclamó: «Esto es lo que yo quiero, esto es lo que yo busco, esto es lo que en lo más íntimo del corazón anhelo poner en práctica». Rebosando de alegría, se apresura inmediatamente el santo Padre a cumplir la doctrina saludable que acaba de escuchar; no admite dilación alguna en comenzar a cumplir con devoción lo que ha oído…
𝗥𝗲𝗳𝗹𝗲𝘅𝗶𝗼́𝗻
Una característica que hace de Francisco un hombre ecuménico es su relación con la palabra de Dios . Del encuentro con el Evangelio brota la elección de su vida y la vida de sus hermanos. Pues la vida de los hermanos franciscanos es una vida “según el santo Evangelio”, tal como nos lo señala la regla bulada: La regla y vida de los Hermanos Menores es ésta, a saber, guardar el santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo, viviendo en obediencia, sin propio y en castidad. La interpretación de la palabra de Dios en San Francisco es clara y lineal: “la letra mata, el Espíritu da Vida” (Adm .7); El principio interpretativo de Francisco no es de erudición, sino de conversión, es total prontitud para obrar con el propósito de en todo momento dar Gloria a Dios. Para Francisco la caridad, el contenido de la palabra de Dios, vale más que a lectura, por lo cual no duda en regalar a una persona necesitada el texto del Nuevo Testamento (LP56). Su profunda lectura sapiencial y experiencial de la palabra de Dios lo preserva no solo de una interpretación ad litteram, sino también de una pura observancia literal: el haber buscado siempre el mensaje del espíritu fue para él fuente de creatividad y de gestos proféticos, de distensión, de diálogo, de conciliación. Y es precisamente la escucha de la única palabra de Dios la que acompaña a las Iglesias cristianas en lento camino hacia la unidad. Camino del cual los franciscanos tenemos una vocación particular y arraigada en la vida de Francisco. (La Vocación ecuménica del Franciscano. Tomo 2.p.127).
...Rezamos la Oración simple...
Señor, haz de mí un instrumento de tu paz.
Que donde haya odio, ponga yo amor;
que donde haya ofensa, ponga yo perdón;
que donde haya discordia, ponga yo unión;
que donde haya error, ponga yo verdad;
que donde haya duda, ponga yo fe;
que donde haya desesperación, ponga yo esperanza;
que donde haya tinieblas, ponga yo luz;
que donde haya tristeza, alegría;
¡Oh Maestro!, que no busque yo tanto
ser consolado, como en consolar
ser comprendido, como comprender,
ser amado, como amar.
Porque dando, se recibe;
olvidando se encuentra;
perdonando, se alcanza el perdón;
y muriendo, se resucita a la vida eterna. Amén.
𝑺𝒆 𝒅𝒊𝒄𝒆𝒏 𝒍𝒂𝒔 𝒊𝒏𝒕𝒆𝒏𝒄𝒊𝒐𝒏𝒆𝒔 𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝒏𝒐𝒗𝒆𝒏𝒂 𝒚 𝒔𝒆 𝒓𝒆𝒛𝒂𝒏 5 𝒑𝒂𝒅𝒓𝒆𝒏𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒐𝒔, 𝒂𝒗𝒆𝒎𝒂𝒓𝒊́𝒂𝒔 𝒚 𝒈𝒍𝒐𝒓𝒊𝒂𝒔 𝒆𝒏 𝒉𝒐𝒏𝒐𝒓 𝒅𝒆 𝒍𝒂𝒔 𝒄𝒊𝒏𝒄𝒐 𝒍𝒍𝒂𝒈𝒂𝒔 𝒅𝒆 𝑺𝒂𝒏 𝑭𝒓𝒂𝒏𝒄𝒊𝒔𝒄𝒐.
𝗢𝗿𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝗙𝗶𝗻𝗮𝗹
Oh, querido y Seráfico Padre mío San Francisco, pobre y desconocido de todos, y, por esto, engrandecido y favorecido de Dios. Porque te veo tan rico en tesoros divinos, vengo a pedirte limosna. Dámela generoso, por amor al buen Jesús y a nuestra Madre, la Inmaculada Virgen María, y por el voto que hiciste de dar por su amor todo lo que se te pidiese. Por amor de Dios te ruego que me obtengas dolor de mis pecados, la humildad y el amor a tu pasión; conformidad con la voluntad de Dios, prosperidad para la Iglesia y para el Papa, exaltación de la fe, confusión de la herejía y de los infieles, conversión de los pecadores, perseverancia de los justos y eterno descanso de las almas del Purgatorio. Te lo pido por amor de Dios. Así sea.
𝗘𝗻 𝗲𝗹 𝗻𝗼𝗺𝗯𝗿𝗲 𝗱𝗲𝗹 𝗣𝗮𝗱𝗿𝗲 𝘆 𝗱𝗲𝗹 𝗛𝗶𝗷𝗼 𝘆 𝗱𝗲𝗹 𝗘𝘀𝗽𝗶́𝗿𝗶𝘁𝘂 𝗦𝗮𝗻𝘁𝗼.
𝗔𝗺𝗲́𝗻.