LA MIEL DE ABEJA ¿QUE ES?
La Miel de abeja.
Hoy en día, como ya hemos visto, la agricultura química, la refinación de los cereales y las transformaciones industriales de los alimentos, nos obligan a comer, muchas veces, productos empobrecidos de cualquier electo vital.
Por ese motivo, necesitamos algunos elementos llamados generalmente “integradores alimenticios” , algunos de los cuales, en nuestra opinión, pueden ser considerados en todo sentido, verdaderos y auténticos alimentos.
Su ingestión, en efecto beneficia a nuestro organismo al aportarles elementos indispensables (vitaminas, sales, minerales, enzimas…) que frecuentemente faltan en la alimentación moderna.
El primero, en orden de importancia, es la miel de abeja consumida desde siempre por el hombre y a la cual, entre otros, han contado Virgilio y Plinio. Esta es el néctar de las flores recolectado por abejas. Vamos a ver su composición y propiedades.
¿Qué es la miel?
• Agua
• Glúcidos (glucosa, fructosa, sacarosa, maltosa) en valore de 16% al 20%.
• Prótidos y aminoácidos en valores del 75% al 79%.
• Sustancias minerales y oligoelementos en 1% aproximadamente.
• K, CA, P, Na, Mg, Fe, Cu en 0.2% aproximadamente.
• Vitaminas (grupo B, C, K, E, Botina, acido fólico), enzimas, elementos.
En comparación con los demás alimentos podemos decir que comer 1 Kg de miel, que contiene unas 3,000 calorías, equivale a comer 1.8 Kg de carne, o 1.2 Kg de queso, o 11 Kg de papas, o 12Kg de legumbres frescas, o 36 huevos, o 28 naranjas aproximadamente.
Su consumo en el desayuno asegura eficiencia física y mental durante todo el día. Es por lo tanto un alimento útil a todos, gracias a sus efectos beneficios sobre el metabolismo humano en cualquier edad, de la infancia a la vejez.
Como contiene los minerales indispensables para el crecimiento, y su ingestión facilita absorción de calcio útil a los huesos y dientes, los niños serán sus consumidores privilegiados.
Las partes del organismo que se benefician especialmente del consumo de la miel son: en primer lugar, las vías respiratorias (por su acción descongestionante y calmante de la tos), el aparato digestivo (por su acción protectora, estimulantes y regulación), los músculos (al aumentar la potencia física y la resistencia), el corazón, el hígado (por su acción protectora y desintoxicante), la sangre (por su acción antianemica), los riñones (por su acción diurética).
Sin embargo, no hay que abusar de este precioso elemento natural, que nos ofrece directamente la naturaleza. Debemos consumirlo con moderación, por ejemplo, por la mañana con pan (no más de una cucharada), yogur, leche o cualquier otro alimento que nos guste. Además durante el día podemos usarlo como sustituto del azúcar, para endulzar nuestras bebidas calientes, si la necesitamos.
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