LA ENFERMEDAD DEL BESO
La enfermedad del Beso, es una enfermedad linfoproliferativa benigna autolimitada que la origina el virus de Epstein-Barr (VEB), el cual se presenta con mayor frecuencia en adolescentes y adultos jóvenes.
Clínicamente se presenta con una tríada de fiebre, faringitis exudativa y linfadenopatías, en los estudios inmunológicos se observa en la sangre linfocitos T y B (células de defensa de nuestro sistema inmunológico) atípicos y anticuerpos heterófilos de naturaleza IgG (Inmunoglobulinas capaces de reaccionar con antígenos diferentes de aquellos que le dieron origen). La mortalidad es rara y la recuperación completa es lo habitual en un período de dos a tres semanas.
El virus de Epstein-Barr se relaciona con la patogenia de varios linfomas y del cáncer nasofaríngeo, pertenece a la familia Herpeviridae, en algunos casos se presenta en co-infección con otros virus constituyendo fuente de riesgo por el desarrollo de actividades linfoproliferativas, es una enfermedad de distribución universal, mayormente benigna o asintomática, es muy frecuente en clases sociales elevadas. El reservorio son los seres humanos y algunos primates, el modo de transmisión es de persona a persona por la vía bucofaríngea por medio de la saliva. Los niños de corta edad pueden infectarse por la saliva presente en las manos de las personas que lo atienden. El beso facilita la diseminación entre los adultos jóvenes, también se describe transmisión por transfusiones de sangre a receptores susceptibles, pero es raro que se manifieste clínicamente.
El período de incubación de la infección por el VEB es de 4 a 6 semanas. La excreción del virus por la faringe puede persistir durante un año o más después de la infección y aproximadamente un 20% de los adultos sanos que presentan anticuerpos contra el VEB son portadores sanos del virus (faringe) por mucho tiempo. La susceptibilidad es general y la infección confiere un alto grado de resistencia.
La enfermedad comienza con escalofríos, fiebre (95%), cefalea, malestar general, dolor de garganta (odinofagia) y aumento del tamaño de los ganglios linfáticos los cuales son dolorosos. La faringe y las amígdalas están cubiertas de un exudado blanco-amarillento, con lesiones petequiales en el paladar en la mitad de los casos, en el 25 – 75 % presentan esplenomegalia (aumento del tamaño del Bazo) y en el 50% hepatoesplenomegalia (aumento del tamaño del hígado y bazo).
En personas mayores de 40 años se puede adquirir por vía parenteral (transfusiones), siendo una evolución prolongada probablemente por la alta frecuencia de disfunción hepática.