Estando lejos de mi país, y habiendo traído al mundo a dos niños en otra tierra que la mía, he aprendido a valorar lo que tengo, ese origen venezolano, muy anclado a nivel de las emociones, y que constituye de lo que estamos hechos, nuestra esencia.

También estar lejos me ha permitido desmitificar lo que pensaba, encontraría aquí en este lugar: rigor, excelencia, honestidad. ..que los hay, pero en menor medida de lo que creí.

Para mi un país no esta hecho unicamente de sus paisajes, esta hecho de sus paisajes y de la inteligencia de su gente, la inteligencia la entiendo como honestidad, y también de acción.

De la excelencia y la honestidad de su gente, estén donde estén.

¿Qué puedo aportar a la construcción del país que sueño?

La cuestión es que no tengo solo un país, los tengo a todos, porque ser mamá es querer un lugar mejor para tus hijos... ¿pero cuál? no puedo adivinar donde vivirán, pero puedo hacer mi parte, como la del colibrí, de mi querido Pierre Rabhi https://es.wikipedia.org/wiki/Pierre_Rabhi

Y también puedo ser espejo de la excelencia, la honestidad y la bondad de mi origen, que esta pegado a mi piel, en cualquier gesto, en toda acción... estar consciente que las fronteras son construcciones humanas, y que, como dice nuestra bella melodía patria

la fuerza es la unión.

Y pasar a la acción, haciendo parte de un esfuerzo para ayudar desde aquí, con este proyecto, con otros personales que vendrán, en la dosis adecuada, en armonía con mi tiempo y mi espacio.
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