Soluciones Baratas

Naricual, el pueblo donde crecí, siempre ha tenido problemas con el agua. La abundancia o escasez del preciado líquido suele ir al ritmo de la época, según sea seca o lluviosa.
El verano causa incomodidades que la gente ha aprendido a sobrellevar de una forma u otra. En la actualidad es común el uso de tanques y bombas en cada casa para mantener y controlar la reserva hídrica. Ya los lugareños. por sus propios medios, han aprendido a tratar y depurar el agua del río. Para esto usan, entre otras cosas, sulfato de aluminio.
Recuerdo de niño un tiempo de grave precariedad y falta de recursos para enfrentar la escasez de agua. Por las tuberías sólo llegaba el líquido en las noches. A medida que pasaban los días, el problema se iba agravando. Era muy poca el agua que se lograba obtener; las amas de casa iban de trasnocho en trasnocho para conseguir apenas una ñinga.
Colapso
Llegaron noches sin agua. Se dispararon todas las alarmas sobre la gravedad de la situación. La gente hacía largas colas con tobos en un puente donde había una llave que todavía tenía agua. De las tertulias en esas colas surgió una posible solución al problema. Alguien se percató de una segunda tubería, más gruesa, que también cruzaba por debajo del puente. Lograron averiguar que esa tubería conducía un caudal más grande de agua.
Migración a otra tubería
Comenzó la migración a la segunda tubería. Esto lo hacía cada vecino por su cuenta. Empezaron los rumores sobre la abundancia de agua que tenían los nuevos conectados. Llegó el día en que le tocó a nuestra casa hacer la conexión.
Se me ocurrió así
Había que comprar una abrazadera-reducción. Las medidas eran de cuatro pulgadas que debían reducirse a media pulgada. Mi papá dijo que comprar la abrazadera era un gasto innecesario, que las personas seguían esa solución porque no conocían otra. Optó por soldar un tubo de media pulgada con rosca a la tubería de cuatro pulgadas y luego horadaría la tubería principal con un berbiquí. Al final conectaría bregando con el chorro de agua.
"Pequeño" imprevisto
Cavamos en la tierra, en frente de nuestra casa, un hueco de 1,5 metros cúbicos. Encontramos la segunda tubería. Se soldó el tubo y se hicieron las conexiones según el plan. Todo perfecto. Antes de tapar el hueco, mi papá revisaba las conexiones, apretando las que estuvieran flojas. Parece que se le pasó un poquito la mano apretando... Partió la soldadura y comenzó a salir agua a borbotones. Primera vez en la vida que veo a mi papá con cara de que no sabe qué hacer. Quedó inmóvil, como en estado de shock, viendo el agua llenar el hueco e inundar el frente de nuestra casa y el de los vecinos.
Pariendo soluciones
Mi papá salió de su trance y se percató de que lo estábamos mirando.
—Anda a llamar al compinche—dijo.
Se refería al señor Ascanio, hombre que llamaba a todo el mundo "compinche" por lo cual a él mismo lo re-bautizaron con ese apodo. En el camino yo iba pensando que Ascanio sólo era un conuquero. Él sabía sembrar y hacer cazabe, pero no era plomero ni fontanero. ¿cómo podría ayudar?
Bueno... de verdad fue determinante la ayuda de Ascanio. Logró coadyuvar a la solución del problema. Estuvieron un rato él y mi papá discutiendo la estrategia a seguir. De pronto Ascanio cortó una estaca, la talló un poco y se metió de cabeza en el agua de barro. Él era un hombre pequeño; quedó sumergido por completo.
Se detuvo el "manantial" y comenzamos, entonces, a sacar el agua del hueco. Al final, se pudo hacer la conexión hacia la casa y tuvimos agua abundante otra vez. Con el detalle curioso de que mi papá decidió comprar la abrazadera y resolver el problema como lo hizo el resto de la gente.
Re-publico este post que nadie vio...
Créditos del texto: Amaponian Visitor (@amaponian)
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(Foto de Portada: Soluciones Baratas)
Introducemyself
Wow, tremenda historia. De los peores momentos salimos siempre con la inventiva humana y la ayuda del projimo. Por cierto no se me ha olvidado lo que aprendi de ti en la historia del sapo :) Un abrazo