Eres por lo que valió la pena estar vivo
Antes de que mi piel se arrugue y ya no pueda distinguir bien tus huellas. Antes de que mis ojos pierdan claridad y no pueda distinguirte en nuestras fotografías. Antes de que mi boca pierda la sensibilidad al sabor y ya no pueda traer a ella lo que eran tus besos. Antes de que mi corazón tenga prohibido cualquier sobresalto. Antes que mi memoria te perciba borroso. Antes…, mucho antes de que mi corazón se vuelva piedra. Quiero decirte: “Te amo. Eres lo más bello que mis ojos contemplaron. Eres lo más suave que mis manos tocaron. Eres el motivo por el cual mi corazón entonó la melodía más sublime. Eres la miel más dulce que probaron mis labios. Eres por lo que valió la pena estar vivo. Eres lo que en ésta vida me salvó de ser nadie”.