Recibir por Inspiración o por Desesperación
El aprendiz acostumbraba a dar paseos por la playa en la madrugada y a veces en el ocaso del día. Cierto día observó a un joven en posición de súplica, los ademanes dejaban ver que hacía alguna petición desesperada. Al ver la situación, pensó en ofrecer alguna palabra de consuelo y aliento, sin embargo no encontró el cómo acompañarlo. Apesadumbrado busco al abuelo de la playa -su mentor y amigo- y le comentó la situación.
-Muchacho, dijo el abuelo- Antes de querer ayudar, primero debes de saber que hay dos formas de pedir al Supremo Creador del universo y la vida.
Los métodos de enseñanza para aprender a alinearnos con las fuerzas vivas de la creación, es una tarea de padres y educadores, entre esos métodos al Ser humano le plantean programas de meditación; la finalidad primeria es aprender a pedir desde la inspiración; la buena enseñanza debe capacitar para responder la pregunta: ¿para qué quiero recibir? La segunda manera en que los seres se acercan a las fuerzas vivas de la Luz, es a través de la desesperación, cuando ya han errado y están metidos en dificultades; en estas situaciones hay confusión y falta de claridad de propósito.
Por tanto, mi querido amigo, está estupendo que quieras ayudar al necesitado. Lo que en verdad importa en tu noble propósito, es que seas gentil y paciente, escuchando y ofreciendo las palabras y orientaciones adecuadas, según sea la necesidad. Los padres y ancianos son los llamados a ejercer esta enseñanza en el seno de sus familias y comunidades. Cuando tales mentores no surgen; debe salir a flote la responsabilidad personal de buscar las ayudas necesarias, como es tu caso.
Recuerda siempre: ¿Para qué quieres Recibir?
Recuerda:
¡Antes que todo, adquiere sabiduría!
*Nota: Esta publicación pertenece al mismo autor del blog:
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