Experiencia Paranormal #14: La llama bendita.
Por muchos años Francisca había perfeccionado la manera de leer el significado de las velas que colocaba frente al altar de sus santos católicos.
Le bastaba colocar una vela frente a una persona para saber su pasado, presente y hasta su futuro, las muchachas del barrio, iban a buscar sus consejos, a lo cual ella respondía con la sabiduría que afirmaba provenía de la luz divina de las animas benditas.
El humo, mecha, cera, sonidos, la llama cada elemento le contaba parte de la historia de cada visitante de Ma´ Francisca, ella usaba sus conocimientos para el bien de los que a ella venían.
Una vez un muchacho dicen que fue para hablar con la vidente, pedirle que acabara un matrimonio para él poder vivir con maría la mujer del portugués, de la cual se hallaba enamorado y aseguraba que ella le correspondía pero le tenía miedo a su marido.
No mijo las velas no se pueden usar pa´ maldad – sentenció la viejecita- porque con el dedo que usted señala, de regreso le apuntan tres, y esto es como advertencia para quien trabaja con la luz divina.
Pero el muchacho estaba empecinado en su accionar y en un descuido de Francisca, le robó una vela del cajón donde las escondía.
Llegado el muchacho a su casa, rezó un “Padre Nuestro”, un “Ave María” y junto a un vaso de vidrio con agua colocó la vela, pidiendo a la luz divina que le resolvieran su asunto.
El muchacho se durmió, junto a la vela, esta empezó a humear oscuro y con fuerza, la mecha crepitaba y botaba cera en cantidades, de alguna manera misteriosa, la vela rodó con la mecha flotando sobre la cera derretida hasta alcanzar las cortinas de la casa, que rápidamente prendieron fuego a la casa y asfixiando al
muchacho que murió sin enterarse siquiera.
Francisca que se enteró de la noticia al día, hizo silencio y caminó hasta el lugar donde las cenizas aún estaban tibias, cuál sería su sorpresa, cuando entre los restos pudo ver la forma de los restos de cera que dibujaban un rostro oscuro, como de muerte:
¡Ay Muchacho! Yo no te dije que no se metiese con candela que no conoce, aquí está clarito, la única salida de su situación, es la muerte de uno de los tres enamorados.
Es un relato intrigante. Espero poder leer más historias.