¡Yo tuve un sueño Llamado libertad!
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Yo tuve un sueño, el cual les cuento y espero que ustedes me entiendan.
Yo era una mujer muy feliz y mi vida era sostenida por una justa causa, podía alinearme del aire, de la energía del sol, cobijarme con la noche, bañarme con la brisa, podía contar con el viento y a nadie le rendía cuenta de mis actos. Era salvajemente ¡libre! Todo, absolutamente todo existía en función de mi felicidad…
Hasta que alguien pudo haber dispuesto de mi vida y por los oscuros pasillos de mis tierras comenzaron a habitar, entonces comencé a poner en tela de juicio mi existencia…. Ya no podía dormir tranquila y ser diferente ante mi entorno ¡pero! Yo tenía un sueño, que ahora les entero y espero que ustedes me entiendan.
Vi morir a mucha gente por lograr liberarme… a muchos en los brazos insaciables de mujeres, madre y padres que aun buscaban librarse.
Vi a muchos cobardes con uniforme, golpear el rostro de indefensos que se negaron a vivir a merced de esos cobardes.
¿Y yo? Allí estaba, viendo morir a mis hijos….
Hice gritos a mis cuatros puntos cardinales, pero de inicio nadie oyó mis gritos, ¿y yo? Yo me encontraba allí, suplicando que mis hijos me escucharan… pero ya no me escuchaban mis bendiciones al amanecer, ni mis buenas noches al ser acobijado con la fría sombra de la noche…
Fueron días fuertes y dolorosos, pero mis ansias crecían cada día mas… estaba dispuesta a morir para vivir por esta justa causa, la realidad se me metió a flor de piel, ya no sentía tristeza, tampoco los golpes contundentes y crueles que me desangraban cada día más y más; me sentía sola y agobiada en la distancias de la soledad de mis tierras.
Hasta que, un día uno de mis hijos busco librarme; ya no me sentía sola, no tuve ni un instante de duda, porque estaban allí en mis suelos gloriosos mis niños, mis libertadores, dispuestos a morir por libertar mi nación y comencé a oír el paso fuertes de voluntarios que combatían por estas luchas que eran la de libar mi nación ¡su nación!.
Ya comenzaba a ver avances en mis tierras y las sonrisas empezaban a alimentar las esperanzas de los venezolanos, me vi ante un espejo y me pasee por las esquinas del tiempo ¿y yo? Yo, ya no era la misma, en mis manos había armas de libertad y estaba dispuesta a morir para vivir… pero sabía que había un gran guía conduciendo mi vida, buscando luchar por mis tierras sin necesidad de usar esas armas.
Pero aun yo tengo un sueño, no se si ustedes me entiendan, y ese, ese sueño es liberar mi Nación.